Cita Iniciado por CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN Ver mensaje
Estimados:

1º la predestinación es un dogma de Fe.

"Dios, por un designio eterno de su voluntad, ha destinado a determinados hombres a la eterna bienaventuranza”

” El principal argumento de la Sagrada Escritura es Rom 8, 29.

2º Por supuesto que Santo Tomás creyó en la predestinación y dedica en la Prima Pars de la Suma Teológica, la Cuestión XXIII específicamente a esta verdad y la continúa en la cuestión XXIV.

3º Lo que la Iglesia condena como herejías son las doctrinas erróneas acerca de la Predestinación que se refieren, principalmente, a dos puntos:
-Si hay en el hombre algún mérito, razón o motivo de su predestinación.
-Cuál es la relación entre la predestinación y la actividad libre del hombre.

Respecto a lo primero hay tres herejías:

-Orígenes: “Dios predestina a la Gloria en atención a los méritos contraídos por el alma en su existencia previa a su unión con el cuerpo.”
-Los pelagianos: “Dios predestina a los hombres a la gloria en razón de los méritos naturales obtenidos en esta vida.”
-Los semipelagianos: “Dios predestina a aquellos que por propia actividad natural emprenden el camino de la salvación”
-Algunos teólogos: Dios confiere la gracia, y con ella la Gloria, a quienes prevé que harán buen uso de ella.

En cuanto a lo segundo existen errores contrapuestos:
-Algunos sostienen que nuestras oraciones y buenas obras pueden cambiar los designios de Dios sobre el hombre.
-Otros juzgan absolutamente inútiles y superfluas nuestras buenas obras y oraciones, pues la predestinación divina no las tendría para nada en cuenta.

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI



"El plan de Dios sobre los elegidos.

Ahora bien: sabemos que Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los que le aman, de los que según sus designios son llamados. Porque a los que de antes conoció, a ésos los predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que éste sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó a ésos también llamó[/I]; y a los que llamó, a esos los justificó; y a los que justificó, a ésos también los glorificó. ¿Qué diremos, pues, a esto? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?. El que no perdonó a su propio Hijo antes le entregó por todos nosotros ¿Cómo no nos ha de dar con Él todas las cosas? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Siendo Dios quien justifica, ¿quién condenará? Cristo Jesús, el que murió, aún más, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, es quien intercede por nosotros. ¿Quién nos arrebatará al amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? Según está escrito:

Por tu causa somos entregados a la muerte todo el día, somos mirados como ovejas destinadas al matadero.

Mas en todas estas cosas vencemos por aquel que nos amó. Porque persuadido estoy que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles, ni las virtudes, ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra criatura podrá arrancarnos al amor de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.


Rom. 8, 28-39

Si hablamos de predestinación como Providencia divina antes de la Creación del hombre, sí, pues la (Providencia) empieza por un conocimiento acompañado de amor que es el principio de la predestinación eterna... para terminar con la glorificación que es el término de la predestinación. Pero si se está hablando de otro tipo de predestinación limitante del libre albedrío por el cual el hombre (genérico) se salva o condena (individual y colectivamente, o lo que es lo mismo: juicio personal y juicio universal), entonces es cuando surge la discrepancia.

La cita está plagada de incógnitas ("a los que de antes conoció" para Él no existe el tiempo, pero para las criaturas y toda la Creación, sí); ¿y todo el párrafo siguiente? De toda la cita no es difícil deducir lo que ya Cristo afirma: "Quién cree en Mi, vivirá"

Por otro lado, el hecho de que Santo Tomás piense en la predestinación como una parte de la Providencia divina (según lo explicado en Rom 8 28-39), no obsta para que considere que el hombre tiene libre albedrío, y ya reproduje la cita. Lo que no tendría sentido es que, tal como se han manifestado algunos, Dios pre-determine todos los actos de los hombres porque, entonces, no habría justificación para la salvación, ni habría necesidad de conocimiento y conciencia, ni..., todo aquello que justifica su Providencia.

El siguiente es el texto de las cinco proposiciones de Jansenio condenado por el Papa Urbano VIII:

"1ª Algunos preceptos de Dios no pueden ser cumplidos por los justos con sus fuerzas actuales, a pesar de su buena voluntad y de sus esfuerzos; y les falta igualmente la gracia que se los haga posibles.

2ª En el estado actual de la naturaleza caída no se resiste jamás a la gracia interior.

3ª En el estado de la naturaleza caída, el obrar necesariamente no priva de la libertad exigida para el mérito y el demérito; basta con no obrar violentamente.

4ª Los semipelagianos admitían la necesidad de la gracia preveniente interior para cada uno de los actos, sin excluir el comienzo de la fe. Su herejía consiste en decir que la gracia debe ser tal que el hombre pueda resistir a ella.

5ª Es opinión semipelagiana el afirmar que Cristo derramó su sangre por todos los hombres sin excepción."


(Fuente: J. Bonatto. Op., cit. pág., 548)

Es menester recordar que los pelagianos (Pelagio y Celestio) negaron el pecado original y la necesidad de la gracia para obrar el bien. Mientras que los semi-pelagianos (Casiano y Vicente Lirinense) admitían la necesidad de la gracia en orden a hacer obras meritorias para el cielo, pero no la consideraban necesaria para lograr la primera conversión y la perseverancia en el bien. Esta doctrina fue condenada en el Sínodo de Orange (529), aprobado por el Papa Bonifacio II.