NACIÓN:

No es una identidad definida y claramente reconocible. La nación no tiene como fundamento necesario la existencia de un grupo étnico de rasgos específicos, por ejemplo, Estados Unidos es una nación con multitud de etnias.

La nación no tiene nada que ver en sentido amplio, ya sea política o ideológica, con ninguna realidad natural o biológica. Ejemplos de ello hay multitud entre las etnias del mundo, muchas de ellas repartidas por diferentes naciones. Un ejemplo que podría darse en España podría ser que por historia, rasgos geográficos, orígenes étnicos y hasta similitudes paisajísticas y climáticas, es que se hubiesen generado varias naciones bien diferenciadas: todo el Norte peninsular desde Navarra hasta Portugal en sentido Este-Oeste, y teniendo como frontera Sur el Duero. Otra hubiera podido ser toda la franja Mediterránea, desde Perpiñan hasta Punta Umbría...Pero no ha sido así a pesar de los 2.500 años transcurridos desde Argantonios hasta hoy.

La nación es una emergencia ideológica surgida en el ámbito europeo que sirve para asegurar el funcionamiento del Estado: control sobre un territorio y sobre una población asentada sobre él y en la que se aplica un ordenamiento jurídico. La soberanía atribuida a la nación a la que se hace identificar con el pueblo, es la ruptura de las formas estatales anteriores a la revolución, y entregada nominativamente al pueblo, queda en manos de la minoría dirigente. Se priva al monarca de su principal característica, y se usurpa su función por parte de unos representantes que no representan a nadie salvo a ellos mismos.

Otra cuestión es el sentimiento de nación cultural, es decir, el sentimiento de pertenencia que hace que el individuo se sienta miembro de una sociedad concreta, con historia y tradición propias. Ese sentimiento existe desde muy antiguo quedando muy de manifiesto en la vieja Roma, la cual jamás, por otro lado, se autoidentificó por la raza. Los sentimientos nacionales de los romanos fueron la religión y el derecho, siendo el concepto de natio el relativo al lugar de nacimiento, que se identifica con el de gens.