Re: «Holocausto»: León Degrelle vs. Toledano (“El Imparcial”, 1979)
Me ha parecido muy interesante el debate entre DOBLE AGUILA y Martin Ant, aunque pediría al administrador que trasladase estos últimos mensajes sobre el carlismo a un nuevo hilo que podría titularse "El carlismo y los aliados" o quizá mejor "El carlismo y el fascismo", o algo parecido, aunque se tratan muchos temas. Pero creo conveniente el traslado porque se aportan datos muy interesantes sobre el Tradicionalismo y así será más fácil localizar el hilo en el futuro (con el "Holocausto" tienen poco que ver).
Dicho esto, me alegra mucho que Martin Ant haya podido emplear material diverso sobre la historia del carlismo que un servidor puso a disposición en la red (o solicitó que se hiciera disponible) y le esté sacando partido.
Aunque en general estoy más de acuerdo con Martin Ant que con DOBLE AGUILA (que también dice cosas interesantes, aunque emplea un tono menos sosegado que Martin Ant, como me suele pasar a mí), en algunas cosas no estoy del todo de acuerdo. Me gustaría poder presentar la historia del tradicionalismo afirmando que la ortodoxia en el mismo siempre estuvo del lado de la dinastía legítima, pero desgraciadamente creo que no es tan sencillo.
En el caso del cisma de Vázquez de Mella (relacionado con la "aliadofilia" de Don Jaime) creo que habría que dar la versión mellista también. Desgraciadamente El Pensamiento Español (diario que crean los mellistas en 1919, cuando les echan de El Correo Español) no está de momento digitalizado, por lo que no podemos leer los artículos que allí escribían, pero tenemos por ejemplo la voz Tradicionalismo de la Enciclopedia Espasa, escrita con toda probabilidad por el mellista Dalmacio Iglesias (en este enlace de 1876 a 1909 y aquí de 1909 a 1923, aunque recomiendo ir a cualquier biblioteca pública para leerla entera y enterarse de la historia del tradicionalismo español de 1812 a 1876) como complemento a la extensísima y fantástica obra del jaimista Melchor Ferrer.
Bien, decía que sería bueno leer la versión de los mellistas porque el haber publicado el manifiesto desautorizando a toda la dirección de la Comunión fue una pifia de Don Jaime, mal influenciado por su secretario Melgar. Todo eso era innecesario ya que en realidad a unos y otros solo movía el patriótico deseo de la neutralidad. Amenazando con una guerra civil si España entraba en guerra del lado de Francia e Inglaterra, lo que los tradicionalistas consiguieron es que el gobierno optase por la neutralidad. Es entendible que después de ser humillados públicamente aquellos que representaban a Don Jaime, viesen en él un modelo de cesarismo inadmisible. Por otro lado, Don Jaime nada debía a las potencias centrales e incluso fue confinado por el emperador de Austria durante la guerra. También es comprensible su aliadofilia, y no solo por el hecho de ser el ostentador de la legitimidad monárquica francesa (aunque seguramente éste fuese el principal motivo).
De acuerdo con la Historia del Carlismo de Román Oyarzun (que vivió los hechos y estuvo del lado de Don Jaime) no es verdad que la mayoría de los tradicionalistas en toda España permaneciesen leales a Don Jaime. En solo dos regiones habrían sido mayoría los jaimistas: en Cataluña y en Navarra. Pero es que el cisma sirvió para que El Correo Catalán y la dirección de la Comunión en Cataluña continuasen empeñados en seguir aliados con la Lliga, a pesar de ser cada vez más inasumible su nacionalismo pseudoseparatista, y para que en Navarra se aliasen también con los nacionalistas vascos, con quienes hasta hacía poco andaban literalmente a tiros (como era natural). Es decir, entre los que quedaron con Don Jaime no todos brillaban por su ortodoxia. Los jaimistas también aplaudieron el Directorio Militar de 1923 aunque luego se distanciaron por la persecución a que los sometió la dictadura. Pero en 1930 los jaimistas catalanes llegaron a publicar porquería como estas Doctrinas y aspiraciones, afortunadamente contrarrestadas poco después por unas Doctrinas y anhelos mucho más sensatas y ortodoxas de la Junta nacional de la Comunión. No obstante, en 1931 Don Jaime nos sale con un manifiesto aceptable en varios puntos, pero con excentricidades como las "nacionalidades ibéricas", término el de "nacionalidades" con el que yo no tendría ningún problema si se hubiese usado siempre de forma natural entre los tradicionalistas (no fue así) y sobre todo si no tuviese mucho que ver con Enric Prat de la Riva y el deseo de Woodrow Wilson de dividir a todos los Estados europeos y del mundo menos a su imperio de Yankilandia, al que no se aplica ese "principio de las nacionalidades".
Por otra parte, no sería el archiduque Carlos Pío el que causaría por iniciativa propia la división, sino que fueron muchos de los que habían sido "jaimistas acérrimos" (cruzadistas) los que acabarían promoviendo en 1943 al archiduque, a quien ya habían nombrado presunto sucesor en una asamblea en Zaragoza en 1935. Curiosamente, estos jaimistas que tan anti-mellistas, tan legitimistas y tan regionalistas eran, acabarían colaborando con las JONS primero, la Falange después y luego aceptando la unificación de Franco. Caso curioso el de Juan María Roma (fantástico propagandista carlista y antialfonsino, pero también proto-librecultista y afín a la Lliga) recibiendo en Barcelona la medalla de la Vieja Guardia en 1943 por el "camarada Sancho Dávila". No sé con certeza que Roma fuese octavista, pero pertenecía a esa corriente, de la que luego bebería también el carlohuguismo. Habéis citado también el caso del Conde de Rodezno y podría mencionarse a Esteban Bilbao, que ambos estuvieron con Don Jaime y no con Vázquez de Mella, pero luego acabarían siendo ministros de Franco.
En cambio, entre los tradicionalistas más ortodoxos y antifranquistas se destacaron precisamente los antiguos integristas como Fal Conde, Manuel Senante, José María García Verde, Luis Ortiz y Estrada, José Luis Zamanillo (aunque años después se haría muy franquista), etc.
Curioso también eso que mencionais de las J.A.P. (aunque lo del "espectáculo fascista" que dice José Antonio más bien parece que fuese con admiración, no con "evidente disgusto" como dice infundadamente DOBLE AGUILA) que por cierto funda José María Valiente, quien poco después sería diputado tradicionalista y acabaría siendo jefe delegado de la Comunión en 1955, hasta que Carlos Hugo, disgustado por no haber sido nombrado futuro rey por Franco, lo aparta para unirse a la oposición comunista y tratar de que sean los rojos quien lo nombren rey. Pero el propio Valiente, como tantos otros, acaba en la democracia cristiana, no tan aberrante como el socialismo autogestionario, pero aun así lamentable.
Última edición por Rodrigo; 13/01/2017 a las 03:27
Militia est vita hominis super terram et sicut dies mercenarii dies ejus. (Job VII,1)
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