Los judíos no eran de fiar por ser judíos, sino porque siempre habían formado un grupo cerrado y no se mezclaban con nadie. Como los gitanos: generan desconfianza porque viven apartados y sin mezclarse, ellos mismos se automarginan y se perjudican con ello, y luego muchos recurren a la delincuencia. Pero cuando los gitanos son civilizados y viven entre nosotros, a veces llegan a ser muy populares y queridos (Peret, Lola Flores...); no es por la raza, es por la forma de vida. Claro, no que todos los conversos eran judaizantes secretos, pero ellos eran diferentes en muchas cosas, no como los hispanoamericanos, con los que tenemos tantísimo en común: sangre, lengua, religión, cultura e historia. No se les siente como extraños, sino como gente de la propia familia, al contrario que los moros y otros africanos (y da igual la raza, porque al hablar de hispanoamericanos incluyo a los negros caribeños), así como durante los muchos años que residí al otro lado del charco siempre me sentí en casa, en un ambiente familiar y conocido. Por cierto, en Hispanoamérica no hay racismo (luego los indigenistas dirán lo que quieran), sino mucho clasismo, eso sí.
¿Quién ha dicho que las razas sean un error? No son un error ni un accidente, sino consecuencia normal de la genética, pero si todos somos de una misma familia humana aunque se hayan ido produciendo diferencias de origen genético en el paso del tiempo, ¿quiere eso decir que cada vez la humanidad va a estar más compartimentalizada y dividida en grupos cada vez más aislados entre sí? No tiene lógica.
Y me parece absurda la alusión a Santo Tomás. ¿En qué se está despreciando al cuerpo por afirmar que las razas no tienen mayor importancia? Me parece muy traída por los pelos la comparación con los cátaros y los gnósticos. Precisamente ellos, por despreciar la parte física del hombre, aunque en su tiempo hubiera habido concepto de raza como lo hay hoy en día (no seamos anacrónicos) les habría dado igual porque despreciaban el cuerpo, fuera de la raza que fuese.
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