Corea del Norte no debería dar más asco ni ser más repudiada que los EEUU y sus satélites, quienes se han pasado todo el siglo XX pervirtiendo a las sociedades ahí donde ha llegado su influencia, al punto de vivir imbuidos en un mundo donde se adora todo aquello que prometa placer y bienestar material, ídolos aún más difíciles de derrumbar que esas estatuas de la dinastía Kim.
Marxismo - Capitalismo, que novedad... Preocupémonos cuando solo veamos al segundo.
Saludos,
Marcadores