" REPÚBLICA ESPAÑOLA Y ESPAÑA REPUBLICANA " - MIGUEL DE UNAMUNO
- Ediciones Almar ( Patio de Escuelas )
* Edición de Vicente González Martín.
Recuerdo que años ha, mi padre compró este interesante libro, que resulta ser una colección de artículos de D. Miguel de Unamuno que oscilan entre el 1931 y el 1936, años de la oprobiosa tiranía tricolor. Mi padre se lo leyó, y yo, ahí lo tenía muerto de risa en mi modestita biblioteca. Recordando la inteligencia en los gestos e indicaciones de mi señor padre, me decidí a leerlo.
Son artículos publicados en diversos diarios, como " Ahora ", " El Norte de Castilla ", " El Sol ", etc. A decir verdad, no me acordaba demasiado de Unamuno en sí. Desde el instituto, había leído cosas sueltas y poco más, y algunas que me hicieron criticarlo con saña. No obstante, cuando uno va cumpliendo años, ve las cosas más serenamente y se deja de ciertas tonterías. Si no es así, es que los años que cumples sencillamente no han servido para nada si no es a peor, lo cual en mi caso viene siendo difícil, por no decir imposible.
A priori, destacaría una prosa soberbia. Una prosa castellana que nos podría recordar al estilo conceptista de Quevedo. Una habilidad en el manejo de las palabras y en sus etimologías, una ironía finísima, una técnica depurada; y, con todo, una evolución del autor en los sucesivos años republicanos, desde un inicial entusiasmo a una desazón indisimulada. En contra de lo que sus propios descendientes gustarían ( Caso similar a la descendencia de Francesc Cambó ), Unamuno acabó muy crítico con la República, como otros tantos intelectuales de la época: Marañón, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, etc. Y eso por no hablar de los muchos intelectuales que apoyaron a los nacionales, caso que fue el de Unamuno en un principio hasta el encontronazo con Millán Astray; encontronazo en el que, a mi juicio, Unamuno no entendió nada. Pero sí entendió cosas como que es una barbaridad suprimir los crucifijos de las escuelas. Por ahí empezó, y por tantas otras cosas en las que la progresía sigue fanatizadamente empeñada.
Unamuno tenía una gran sapiencia, eso nadie lo ha de poner en duda. No en vano, por eso mismo llega a doler algunas manipulaciones históricas que hizo: Por ejemplo la fatal identificación de los Comuneros, la supuesta heroicidad de Abraham Lincoln, el considerar a Bolívar o Miranda como artífices de la " Máxima Hispania " ( En su resentimiento antimonárquico, supongo ) y de ser capaces de algo que los peninsulares no fueron.....Amén de todo ello, el proclamarse liberal por encima de todo, el criticar sin mucho fundamento el Syllabus y el que no haya salvación fuera de la Iglesia. Esgrime muchos tópicos acerca de los Habsburgos y los Borbones. Unamuno reconocía a la contradicción como un " motor del pensamiento ", y fue algo que llevó constantemente en su vida. Por lo que da a entender, por encima de la izquierda y la derecha, él es liberal. ( * ) No en vano estuvo en la Liga de los Derechos del Hombre, y a día de hoy, ya vemos los resultados que ha traído este tema. Porque Unamuno se equivocaba, como se equivocan los liberales, en identificar libertad con liberalismo. Nunca fue así. Y si bien Unamuno dijo sufrir las bombas carlistas, también era capaz de criticar atrocidades como el asesinato de la madre del General Cabrera o el de un niño de 6 años hijo de un jefe carlista manchego. Lo que tampoco entiendo muy bien de Unamuno, por ejemplo, es que cuando se refiere a la bandera rojigualda, lo hace refiriéndose a la ¿¿ Casa de Aragón y Cataluña ?? No entiendo este " hecho diferencial ", ¿ no podría ser similar la Casa de Aragón y Valencia, o la Casa de Aragón y Mallorca ? " Hecho diferencial " que Unamuno no supone en los comuneros, a los que homogeneizaba a todos como castellanos, en vez de hablar como fenómeno de la " Casa de Castilla y León ", o de la " Casa de Castilla y Galicia ", o de " Castilla y Sevilla ", o qué se yo. No me acaba de quedar clara su posición sobre la bandera española, al menos en este conjunto de artículos. Ni su misma posición sobre la monarquía; a veces, le noto el tufo aliadófilo al criticar a Alfonso ¿ XIII ? por sus supuestas simpatías hacia los " imperios centrales ". Empero, no habla de imperios liberales.....Su fuerte crítica al Carlismo, asimismo, me parece de lo más alejada de la realidad. Su crítica al fascismo, al que Unamuno, en su españolidad lingüística, llamó " fajismo " ( De " fasces " / " fascio ", " fajo " o " haz " ) creo que en ocasiones se torna un tanto enrevesada.
En cuestiones teológicas, me da que acaba admirando a los protestantes en muchas cosas. Tiene también una constante como entre nación y universalismo que, al menos en los artículos, a mi juicio no acaba de explicar del todo. Porque reconoce por ejemplo que la Monarquía Hasbúrgica era universalista, pero era un universalismo del que él no gustaba. En sus análisis religiosos, al final acaba uno por no ver nada claro. Y una contradicción en la crítica a los dogmas cuando el liberalismo es el mismo que se fabrica los suyos, pero esto lo sabía el escritor vasco, así como lo exponía de buena manera del socialismo marxista.
Pero bueno, como digo, de Unamuno se puede aprender mucho. Aunque hay muchas cosas que ni entiendo ni comparto. No en vano, me ha servido para formarme una idea más clara y menos sañuda acerca del que fue un importante hombre de letras de España. Y desde luego, cómo ha variado el nivel de los articulistas españoles. Uno podría estar más o menos de acuerdo con los artículos, pero había un nivel. Cosa que a día de hoy, salvo muy contadas excepciones, ha acabado por desaparecer. ¡ Y ya Unamuno denunciaba las falacias de los libros de texto de su época !
( * ) Una cosa que me llama poderosamente la atención es que Unamuno expresa su intención de ir " de frente, de cara al sol ", antes de la fundación de la Falange. No sé si el falangismo tomó esta expresión para su himno de Unamuno a ciencia cierta, pero lo cierto y real es que, aunque algunos catedráticos lo nieguen ( A mí me lo llegaron a negar en la universidad ), a pesar de la enemistad que tuvo con el dictador Primo de Rivera, con su hijo mantuvo una cordial relación en sus últimos tiempos e incluso llegó a asistir a un mitin falangista. Antes, José Antonio le había dejado claro que no era reaccionario y que no quería saber nada del conde de Maistre.
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