"....La patria se refiere al sentimiento de pertenencia, a ésa sensación de hermandad entre personas que forman los pueblos y heredan la cultura; y la nación es el ente político sujeto al contrato social, que establece orden y leyes de convivencia pero que es mutable y delimitado por un territorio ¿Algo así o lo entendí mal?..."
Estimado Smetana:
No es que la Patria sea un sentimiento aunque normalmente lo incluye pero, en estricto rigor, puede darse perfectamente el patriotismo sin sentimiento alguno.
El sentimiento, por definición voluble, resulta extremadamente accidental como para fundar un carácter permanente en la voluntad. Lo que importa es el hábito que, a fuerza de repetir una determinada especie de actos moralmente buenos, va otorgando la facilidad para realizar dichos actos. Y aquel buen hábito se llama virtud. Las virtudes son, análogamente, la musculatura de la voluntad, que le permite salir del embotamiento para obrar el bien con facilidad. Pero claro ésta es la meta, y duro es el camino para ser virtuoso por el lastre que entraña nuestra naturaleza herida.
El patriotismo es un modo de la pietas que a su vez se deriva de la virtud de la justicia. Pues tan obligado estamos a nuestros mayores, cuyo patrimonio nos han legado, como a asegurar una heredad que perpetúe dicho legado, y eso es la tradición.
La Nación, rectamente entendida, se basa en la realidad de haber tenido origen en un mismo suelo, ciertos hombres. Pero transformarla en un origen mítico; superior, por el sólo hecho de ser la propia al resto de las naciones; y, más aún, otorgarle una voluntad en que base su poder político no es sólo aberante al intelecto sino profundamente anticristiano.
Es la condición necesaria para el racismo, las iglesias nacionales y el democratismo.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
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