Re: La culpa del estado-nación

Iniciado por
brua
Ayuso en este video:
https://www.youtube.com/watch?v=q4wkz96Hr0c, traido por Marcosmontt en el hilo "Miguel Ayuso en Buenos Aires", señala, como destaqué, que
"así como el Estado nació como un ente contrario a la cultura católica, ahora, paradójicamente, es el último reducto de la tradición, en contraste a la globalización". Esto es perfectamente explicable: los Estados-Nación anularon el tradicional régimen católico de poder dividido, de fueros, derechos y libertades, y se pasó a una estructura centralizada, mucho menos respetuosa de la libertad medieval. Así es como se explica, por ejemplo, las sublevaciones de los encomenderos en tierras americanas: estaban acostumbrados a esa libertad, no concebían la intromisión de un ente público en su accionar privado.
Tal era, pues, el sistema tradicional: el Estado- Nación vino a derruirlo. Mas, es claro que hoy representa una mejor opción, con su defensa del bien público, del interés nacional y de las tradiciones ancestrales (siendo un Estado auténticamente soberano, claro) que la globalización, destinada a tercermundizar a la población y a concentrar la riqueza en cada vez menos manos.
Eso es lo que quiso decir, a mi entender, Ayuso, en una postura bastante pragmática.
Afirmaba CHESTERTON que la "la tradición es la transmisión del fuego, no la adoración de las cenizas. Por ello puede ser necesario estar dispuesto a un cambio de actitud ante las realidades, pero nunca del paradigma. Si lo que propone el Sr. AYUSO es eso, dejaría de ser un carlista para transformarse en un conservador. Y esta afirmación que hago tampoco debe sorprender, porque la configuración del Estado moderno es la culminación del final de la sociedad tradicional. Cierto es que nace en el siglo XIII con la Constitución de Melfi, pero después lo desarrolla MAQUIAVELO, en lugar del Infante Don Juan Manuel en su obra El Libro de los Estados (1330) de inspiración totalmente cristiana y anterior nada menos que en 183 años a El Príncipe (1513), y cuyo proceso de génesis culmina con la Revolución francesa. En cualquier caso, la historia del carlismo está llena de interpretaciones y de posturas muchas veces enfrentadas. La cuestión es que o se acepta que no es una ideología, sino una forma de ser español y de entender la vida, tal como dije en otro post anterior, o las escisiones se podrían multiplicar. Si el Sr. AYUSO mantiene en firme dicha postura, yo no lo acepto. Y es que "la Tradición se da en los pueblos, no en los Estados, éstos, por definición, no tienen tradición alguna, son entes abstractos.
Por otro lado,
el tema del nacionalsocialismo es muy delicado, pues Nuestro Señor ha dicho:
"el que no está conmigo, está contra mí". Reconozco, igualmente, y cambiando una posición manifestada aquí, que los nazis tomaron medidas destacadas (p.ej. en economía) y que se debe revisar la Historia Oficial. Pienso que los regímenes fascistas son más factibles de ser alabados desde estos ámbitos porque nacen, justamente, como una reacción al orden liberal. Pero, recuérdese: como sostiene Griffin, son
modernismos alternativos, es decir, están viciados por la misma filosofía anticristiana.
En efecto, y por eso no lo quiero tocar.
Última edición por Valmadian; 13/09/2016 a las 02:15
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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