Cito un comentario de interés de Valmadian proveniente de este hilo: http://hispanismo.org/el-purgatorio/...io-franco.html.

Cita Iniciado por Valmadian Ver mensaje
Uno de los argumentos que se suelen esgrimir contra Franco por parte de algunos carlistas, es que Franco traicionó al Carlismo. Ya dije antes que él no era carlista, por lo que difícilmente pudo traicionar nada en tal sentido. Pero es que además tal argumento es falso, veamos:

"¿Es esta la historia de una tradición de Franco al carlismo?

Algunos le llaman engaño, pero desde luego Franco traicionó en todos los sentidos las promesas que había hecho a la Comunión Tradicionalista cuando se negoció la sublevación.
"


"No se puede identificar carlismo con franquismo". - TRADICION VIVA

Y, sin embargo, hay que especificar que Franco no accedió a la jefatura del Ejército, ni a la del nuevo Estado hasta el 1 de Octubre de 1936. Y veamos a continuación el relato real de lo que pasó:

Del Cap., XI LOS CARLISTAS NAVARROS Y MOLA. Fuente: MOLA.Datos para una biografía y para la Historia del Alzamiento Nacional. José María IRIBARREN, Secretario del general. Librería General, Zaragoza 1938.

"Todos creen que Mola contó durante toda la conspiración con el apoyo de los carlistas de Navarra y que estaba eb estrecho contacto con ellos, Mas, por extraño que parezca, el contacto no se efectuó en realidad hasta seis días antes del Alzamiento.

No quiero ello decir que uno y otros estuviesen distantes. Muy al contrario. Mola con el Ejército y los carlistas con sus masas perseguïan el mismo objetivo: impedir que la revolución roja llegara a apoderarse del país. Es máss, tengo la persuasión de que ambos en su fuero interno contarían desde el principio con ayudarse y complementarse cuando llegara el caso. Se trataba, pues, de dos fuerzas que actuaban paralelamente y que, como era lógico, acabaron por converger. La coincidencia no se llevó a cabo hasta el día 13 de julio.

Los carlistas navarros tomaron parte muy activa en la preparación del movimiento. Adquirieron armas y un pirotécnico de Villatuerta llegó a fabricar bombas de mano con tubos de hierro empalmados a rosca. Compraron en Placencia 150 carabinas que destinaban a la defensa de Pamplona y que fueron repartidas entre los más expertos cazadores una vez señalados los sitios donde habrían de actuar. Ya el 16 de febrero, fecha de las elecciones, los carlistas hicieron un ensayo de movilización para garantizar el orden en Pamplona. El 28 de marzo, con ocasión del entierro de un falangista de Mendavia, asesinado por el alcalde con la complicidad de los serenos, se organizó en el cementerio de la capital una concentración de requetés y falangistas uniformados. Los de Asalto llegaron en camión, cargaron contra los reunidos y detuvieron a varios de ellos.

Cuando Mola llegó a Navarra los dirigentes del Tradicionalismo recibieron informes de que el general era adicto a los ideales salvadores. No obstante esto, se abstuvieron de visitarle para no despertar sospechas. A Mola le extrañó, pues esperaba la visita de los carlistas. Tanto éstos como aquél tenían noticia de sus respectivas actividades, debido a que muchos de los enlaces de que se valió Mola pertenecían al Requeté.

Cuando en los últimos días de junio las fuerzas derechistas de Navarra se prepararon a dar respuesta al intento de cambiar la Diputación, tres de los directivos carlistas de la provincia visitaron a Mola para saber si podrían contar con su concurso. Les dijo éste que convendría esperar el desarrollo de los acontecimientos, que el movimiento que él fraguaba se enderezaba a salvar a la Patria del Comunismo, y que mientras el problema foral navarro no tuviera repercusiones nacionales, consideraba que el Ejército debía mantener una actitud expectante. Fue en una de estas dos entrevistas donde el general le aseguró a Joaquín Baleztena que donde él estuviera no permitiría el triunfo del comunismo.

Quien puso a Mola en relación con los carlistas de Navarra fue el periodista Garcilaso. El cual, sabedor de la inminencia del Alzamiento y de los preparativos de aquéllos, se ofreció a servir como mediador entre ambos. Mola desde el primer momento acogió la propuesta con gran cariño y entusiasmo. Se aseguraba así la ayuda de una fuerza civil de primer orden que contaba en Navarra con 7.000 mozos dispuestos a empuñar los fusiles a la primera indicación de sus jefes.

En la mañana del 5 de julio (la misma en que Mola cumplimentó a Batet en el Hotel La Perla) conoció al Conde de Rodezno, diputado tradicionalista, hombre prócer y ecuánime cuya opinión pesaba mucho en su partido. este quedó conforme en ir a ver al general a Capitanía. Así lo hizo y la reunión entre ambos no pudo ser más cordial y esperanzadora. El conde indicó a Mola que, no obstante del deseo de unión que hacía tiempo alentaban los jefes navarros y puesto que el partido tenía su representación suprema en la Junta que funcionaba en San Juan de Luz (En San Juan de Luz operaba la Junta Suprema Nacional del Partido Tradicionalista que presidía Fal Conde. Con él actuaban los diputados Lamamié y Zamanillo y los militares teniente coronel Rada y capitanes Villanueva y Baselga.) era con ésta con la que debería entenderse. Mola hizo lo que le aconsejó Rodezno y envió enlaces a la ciudad francesa.

El domingo 12 de julio, último día de las corridas de San Fermín, el jefe de los carlistas navarros, Joaquín Baleztena, el secretario José Martínez Berasaín y los diputados del partido Arellano, Martínez de Morentín y Elizalde marcharon a San Juan de Luz y en la villa de don Felipe llorente se entrevistaron con el Príncipe Javier de Parma y con la Junta.

Martínez Berasaín expuso al príncipe el parecer de los navarros. Vino a decirle.

-El general Mola, al frente del Ejército, prepara un movimiento que estallará dentro de breves días y que lleva todas las probabilidades de triunfar. Esto supuesto, consideramos que un golpe del partido tal como se venía planeando, no sólo no va a ser factible, sino que puede ser inoportuno, estéril. Por otra parte es evidente que el día en que Mola se alce, toda nuestra gente se irá tras él porque arden en deseos de pelea. En este caso nuestra postura como jefes no podrá ser más desairada. Nunca podríamos perdonarnos el no haber ayudado al movimiento del Ejército, el quedare al margen de él como partido. Por estas razones venimos a pedir a Vuestra Alteza nos autorice para ofrecer mañana mismo al general el concurso de nuestros voluntarios.

El príncipe les dijo:

-Tratándose como se trata de un movimiento para librar a España del comunismo y la anarquía, opino como vosotros, que los carlistas deben ir en vanguardia.

-Entonces, ¿Vuestra Alteza nos autoriza para tratar con Mola?

-Por mi parte si; ahora bien, yo quiero comunicar el caso al Rey para contar con su aprobación.

-¿Cuántos días se tardará en tener respuesta?

-Como Don Alfonso Carlos está en Viena, yo calculo que una semana.

Respondió el príncipe.

-¿Y si el alzamiento estalla antes de recibirse la aprobación del Rey? Tenga presente V.A. que, según el general Mola, el levantamiento es cosa de unos días, cinco o seis a lo más. Si tal ocurre ?qué debemos hacer?

El príncipe sin vacilar, les dijo:

-Unirse al movimiento. Ponerse a las órdenes del general Mola.

(...)


páginas 79 -82.


Tal como puede apreciarse todas las negociaciones se produjeron entre el Príncipe Don Javier, la Junta de San Juan de Luz, los jefes navarros y Mola. Franco no aparece para nada, el cual se encontraba en Canarias y hasta el 19 de julio no se sumó al Movimiento cuando éste era ya un hecho consumado. Los acontecimientos posteriores a su doble nombramiento (por su hermano y gracias a un error tipográfico cuyo texto se conserva en los archivos del Museo del Ejército) en sus relaciones con el Carlismo constituyen otra historia, pero no es admisible la falsificación de los acontecimientos ni la atribución de hechos o actitudes contra alguien que no tuvo nada que ver con aquellos primeros instantes. Franco, pues, no pudo prometer nada en aquellas fechas.