Re: Testamentos, por Enrique de Aguinaga (FNFF)

Iniciado por
juan vergara
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Estimado Valmadian, me refería a la siguiente frace que aparece citada en el Artículo de Enrique de Aguinaga:
"A punto de terminar “la segunda”, en 1974, Dolores Ibárruri, “Pasionaria”, insiste con voz tremenda: La guerra no ha terminado…Hemos esperado durante 39 años y esperaremos algún año más, pero, después, nuestra venganza durará cuarenta veces 39 años. Se lo prometo [4]"
Muchas gracias, es que llegué a suponer que había alguna especie de libro profético poco conocido. Y por lo que veo no fue más que un deseo que, ciertamente, se ha cumplido en parte. Da lo mismo sí volvieron los cuervos con sus graznidos, eso pasa siempre en todas las guerras, y ésta no sólo no ha acabado sino que está entrando en todo su fragor, pero lo que ella no supo vislumbrar es que su gran referente, la URSS, iba a acabar transformándose, y que los países invadidos, ocupados y tiranizados volverían a sus libertades, como tampoco supo ver que hoy la tendencia ya no es "hijos sí, maridos no", sino más bien "de hijos nada, maridas y mujeros sí", y, por la Gracia de Dios, de cuarenta veces 39 años, va a ser que no, que por el sufrimiento de muchos "se acortarán los días". Y es que las promesas de quien era polvo y hoy es polvo, no valen para nada, pues el polvo se lo lleva el viento del tiempo y la Historia.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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