Por su interés reproducimos este artículo de Francisco Segarra sobre la unión de todos los pueblos y las naciones hispánicas.
Pido, desde aquí, al comienzo de este año 2018, la unión de todos los pueblos y naciones hispánicas. No lo pido, lo reclamo con la fuerza de la Historia, de la razón y de la libertad que, en este caso y en muy pocos más, coincide con la tradición y con el sentido común.
(Me permitirán ustedes que no cite a los catedráticos a quienes aludiré por mera prudencia política. Si ellos quieren manifestarse, estaré encantado de corroborar sus afirmaciones y estudios).
Colombia es uno de los pocos países de Hispanoamérica donde profesores universitarios cuestionan claramente la secesión de Hispanoamérica de España, y critican abiertamente las matanzas, violaciones y saqueos de las tropas de Simón Bolívar.
También se atreven a comparar la gestión española en América con la que hicieron los criollos separatistas desde entonces, y con datos ciertos aseguran que vivían mejor siendo parte de España que separados.
Aparte de Colombia, sólo algún conferenciante aislado en México o en Chile, o algún hispanista cubano o puertoriqueño y algún periodista de derechas argentino, se han atrevido a hacer lo mismo.
La separación de la América hispana, aparte de echar a las élites culturales y económicas de allí, solo creó barreras comerciales, sociales y financieras, y acabó con el derecho de Indias y la protección de los indígenas americanos y sus tierras; y paralizó durante décadas la creación y mejora de vías de comunicación e infraestructuras respecto a la época española.
Buenos Aires tiene mejores pisos que París, por mencionar un ejemplo anecdótico, pero no banal.
El día que Hispanoamérica mire al pasado sin complejos y deje a un lado la leyenda negra vertida en primera instancia contra España y luego contra toda la América hispana, podrán ser fuertes e importantes a nivel mundial y podrán romperse las barreras entre sus propios países.
Mientras no revisen su historia y sus comportamientos sociales, estarán al albur de golpistas como los Castro, o como los chavistas, que seguirán arruinando sus estados y echándole la culpa de todo a España, a EEUU o al capitalismo, en vez de a la incompetencia de sus corruptos dirigentes.
Pido, desde aquí, al comienzo de este año 2018, la unión de todos los pueblos y naciones hispánicas
Para algunos Colombia es sólo sinónimo de cocaína, de guerrillas terroristas comunistas y de violencia, pero más allá de eso es uno de los países de Hispanoamérica con más personalidad y carácter: su gente es trabajadora, amable, eficaz; y sus élites, mejor preparadas que las de Argentina o Venezuela.
Simón Bolivar es el Puigdemont del pasado: pensando sólo en sus intereses personales y al servicio de Francia e Inglaterra, hundió a todo un continente en la miseria. Hoy da pena ver a Venezuela, uno de los países con más reservas de petróleo del mundo, cómo ha alcanzado el nivel de pobreza relativo más alto del mundo en menos tiempo.
Quieren repetir la historia porque todo lo que vale para América, vale ahora para España.
Y esto es lo que los separatistas catalanes pretenden: la familia Pujol ya se ha mostrado como un clan corrupto más propio del trópico que de un país europeo.
La injerencia extranjera no es tanto rusa como la de aquellos a quienes tanto molesta nuestra presencia -real, cultural, humana, religiosa- en América. Por eso pido, desde aquí, al comienzo de este año 2018, la unión de todos los pueblos y naciones hispánicas.
No lo pido, lo reclamo con la fuerza de la Historia, de la razón y de la libertad que, en este caso y en muy pocos más, coincide con la tradición y con el sentido común.
Autor: Francisco Segarra.
Marcadores