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Tema: Hay “otro” bicentenario

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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Otro gran artículo.






    Dr. Julio Carlos González: “Para unir a Hispanoamérica, necesitamos organizar a las fuerzas del pensamiento “



    11 respuestas


    Hispanoamérica Unida tiene el gusto de publicar en exclusiva el contenido íntegro de una larga entrevista, hasta ahora inédita, con el Dr. Julio C. González, realizada por conferencia telefónica (Londres/Buenos Aires) el 30 de agosto de 2013.






    El Dr. Julio C. González junto a Juan Manuel Urtubey, gobernador de la provincia de Salta (República Argentina), con ocasión de la presentación de su libro “La involución hispanoamericana”, en junio de 2011.




    El Doctor Julio C. González lleva 50 años como profesor de Estructura Económica en las universidades de Buenos Aires y Lomas de Zamora (República Argentina). Fue Secretario de Estado de la Presidencia de la Nación de la República Argentina desde el 4 de septiembre de 1973 hasta el 24 de marzo de 1976 (período constitucional de 1973 a 1976). Es autor, entre otros, de un voluminoso y bien documentado libro titulado “La Involución Hispanoamericana – De Provincias de las Españas en América a Territorios Tributarios – El caso argentino 1711/2010” (Editorial Docencia, Buenos Aires, 2010, rector@hernandarias.edu.ar).




    I. (Hispanoamérica Unida): Profesor, usted emplea la Historia como un método para analizar la economía. ¿Por qué?

    (Julio C. González): La Historia es a la economía lo que la historia clínica a la medicina. Es imposible tratar a un enfermo por los síntomas circunstanciales u ocasionales en la alteración de su cuerpo. Para un buen diagnóstico médico es imprescindible tener a la vista todo el transcurso de la vida del cuerpo humano que es necesario tratar.


    II. [H.U.]: Ante su afirmación nos vemos obligados a preguntarle a usted ¿qué es la Historia?

    (J.C.G.): La Historia es la prognosis del futuro. En consecuencia son los hechos y los actos jurídicos que nos explican la situación económica actual y los ubican en la trayectoria que nos aguarda en el devenir.


    III. [H.U.]: Su concepto es completamente distinto a la historia tradicional.

    (J.C.G.): Efectivamente. La Historia es la comprensión de lo que ocurre y la determinación de lo que va a suceder en tiempos futuros. Algo muy distinto a concebir la historia como luchas y guerras que realizan las fuerzas militares, o bien los tumultos también llamados revoluciones que ocurren en los pueblos. Guerra y revoluciones son anécdotas pretéritas de un pasado que no vuelve. El devenir y el futuro reclaman otro método.


    IV. [H.U.]: ¿Cuál es para usted ese método?

    (J.C.G.): Los elementos históricos para la prognosis del futuro están determinados por estos cuatro elementos básicos:

    a) Cartografía

    b) Tratados internacionales que ejercen poder sobre esa geografía y la modifican

    c) Normas jurídicas y económicas internas que originan esos Tratados Internacionales

    d) Estadísticas de resultado


    V. [H.U.]: ¿Y los sujetos de la historia, entre ellos los próceres y los patriotas, como juegan dentro de este esquema?

    (J.C.G.): “Próceres o patriotas”, “hijos o entenados”, “réprobos y escogidos”, son todos preconceptos que impiden valorar la realidad. Lisa y llanamente. Sin adjetivaciones ni axiomas preconcebidos sobre la persona de los gobernantes y de los hombres que tuvieron gravitación pública como intelectuales, pensadores y escritores.


    VI. [H.U.]: ¿Cuáles serían los actos jurídicos internacionales o los tratados por los cuales deberíamos empezar para analizar la situación de Hispanoamérica?

    (J.C.G.): Un gran pensador argentino, Raúl R. Scalabrini Ortiz, escribió esto en la década de los años ’30 del siglo XX: “La ignorancia argentina es la obra de un genial pensador que la preparó para dominarnos”. Scalabrini Ortiz determinaba que ese gran pensador era el imperio británico a través de sus universidades. Como lo documento en mi libro “La Involución…” en la Universidad de Londres existe una asignatura denominada “Argentina”. Para evaluar las gravísimas consecuencias de esto solo cabe una pregunta de lógica elemental, ¿en qué otra universidad del mundo hay una asignatura semejante?

    Los parámetros de la influencia británica sobre la Argentina están dados por estos 4 principios:

    1. “Trade, not countries” (comercio afirmado por tratados internacionales y no conquista por las armas)

    2. “Divide et impera” (divide y reinarás). Un viejo principio romano, aplicado a instituciones, hombres, ideas, conceptos.

    3. Ejercer el poder sin exhibirlo ni exhibirse (es decir en “silencio”). Un ejemplo actual es la tremenda guerra abierta entre el Gobierno Argentino y el diario Clarín, propietario este último de 274 medios, y que a su vez es propiedad de capitales británicos, y domina todos los medios de Argentina (prensa, televisión, revistas, editoriales, radiodifusión). Un ejemplo contundente de esto es la siguiente información proporcionada por el diario La Nación de Buenos Aires. +++.

    4. “Hacerles hacer a nuestros enemigos lo que nosotros necesitamos que hagan, para que se destruyan solos.” Un caso típico es la guerra de las Malvinas. La guerra le convenía a Gran Bretaña, porque si no había guerra, no había tratado de paz (los tratados de paz de Londres y de Madrid). Al respecto es de lectura inexcusable la obra del comodoro (R) Rubén Óscar Moro titulada “La Guerra Inaudita. Historia del conflicto del Atlántico Sur”. El autor a sus bien ganados grados de la Fuerza Aérea y en el estudio de la Guerra de Malvinas adiciona el haberse desempeñado como jefe de redacción de la Comisión Rattenbach. Esta comisión presidida por el teniente General Benjamín Rattenbach, decano de los generales argentinos, tuvo a su cargo la confección de un sumario incubado por la derrota de la Guerra de las Malvinas. Esta comisión reunió toda documentación internacional y los documentos oficiales argentinos con relación a esta cruenta guerra. El informe es pues una vivencia que tuvo el comodoro Rubén Óscar Moro como protagonista y testigo de esa guerra en los lugares de batalla. Esos tratados establecen en su articulo 5º que todas las fuerzas armadas argentinas quedan bajo el control de Gran Bretaña. Como ejemplo de ello en el Anexo 1º, punto V de los Acuerdos de Madrid, leemos o siguiente: “Visitas Recíprocas. Por la vía diplomática y caso por caso podrán acordarse visitas recíprocas a bases militares y unidades navales.”

    A su vez en el Anexo I – III de los mencionados acuerdos de Madrid leemos:

    “La República Argentina y Gran Bretaña se han de proporcionar por escrito y con veinticinco (25) días de anticipación la información correspondiente al movimiento de sus Fuerzas Navales y sus Fuerzas Aéreas y de los ejercicios que verifiquen unas y otras dentro de las siguientes áreas: Para las fuerzas argentinas dentro de las siguientes coordenadas:

    46ª S – 63ª W: que es el espacio marítimo que se extiende siguiendo el paralelo 46ª S que cruza Comodoro Rivadavia con el meridiano 63º W (aproximadamente a 350 kilómetros al Este de Comodoro Rivadavia)

    – 50º S – 63º W y 50º S – 64º W: que es el espacio marítimo que se extiende siguiendo el paralelo 50ºS que cruza Puerto Santa Cruz hasta su intersección con el meridiano 63º W y el meridiano 64º W (aproximadamente 350 y 300 kilómetros al Este de Puerto Santa Cruz)

    – 55º S – 64º W y 53º S – 63º W; que es el espacio marítimo que se extiende siguiendo el paralelo 53º S que cruza la Bahía de San Sebastián a Norte de Tierra del Fuego hasta su intersección con los meridianos 64º W y 63º W (aproximadamente a 300 y 350 kilómetros al Este de la Bahía de San Sebastián al Norte de Tierra del Fuego).

    – 60º S – 63º W y 60º S – 20º W: que es el espacio marítimo que se extiende siguiendo el paralelo 60º S que pasa cerca de las Islas Orcadas en la Antártida hasta su intersección con el segmento que va desde el meridiano 20º W (esto hace una extensión de aproximadamente 3.500 kilómetros al Este del meridiano 63º W que pasa cerca de las Islas Shetland del Sur).

    Y el artículo 12 del tratado de Madrid [establece que] se promoverá la privatización de las empresas del Estado (puertos, aeropuertos, rutas de peaje, cuenca petrolera, tierras forestales) fueron entregadas por ese precio a Gran Bretaña. El artículo 16 establece que las relaciones de la República Argentina para la integración de América Latina (Mercosur) y para con la Unión Europea serán siempre conversadas previamente con Gran Bretaña. Todo esto se completó con el tratado de Londres del 11 de diciembre de 1990 (ratificado por Ley 24.184). Este tratado otorgó a todos los bienes adquiridos por Gran Bretaña un tratado de protección de inversiones. Es decir, el objetivo era el tratado de paz y los bienes argentinos que a través de este serían adquiridos por Gran Bretaña o por empresas inglesas.


    VII. [H.U.]: ¿Desde cuándo comienzan a firmarse los planes y tratados que sojuzgan a Hispanoamérica hasta el día de hoy?

    (J.C.G.): El primer plan para apoderarse de Hispanoamérica aparece en Londres en 1711 con la publicación de un libro titulado “Una propuesta para humillar a España. Escrita en Londres en 1711 por una persona de distinción”.

    El curioso pseudónimo del autor obedece al hecho de que se trata de un plan estratégico para separar a Hispanoamérica de España (que en el siglo XIX siguen en rigurosa aplicación en España con los atisbos de secesión de Cataluña y provincias Vascongadas). Si se hubiese colocado el nombre del autor que indudablemente debe ser una persona de primer nivel en el Gobierno Británico o un príncipe o un general o un almirante, hubiese llevado a una indudable e inmediata guerra con España.

    Este plan estratégico para separar de Hispanoamérica de España consistía en lo siguiente:

    – La riqueza de Hispanoamérica está dada por la minería.

    – La cuenca minera de Hispanoamérica se encuentra primordialmente en el Perú y el Alto Perú (hoy Bolivia).

    – Para poder efectuar la producción minera y alimentar a los que realizan esos penosos trabajos en los yacimientos minerales es imprescindible: la carne vacuna para reponer energías que de desgastan en el arduo trabajo minero y yerba mate para depurar al organismo de los gases y toxinas que existen bajo tierra.

    – Gran Bretaña debe actuar separando a la zona minera de la zona ganadera (Buenos Aires y Montevideo) y de la zona yerbatera (Asunción del Paraguay). De esta manera, sin carne vacuna y sin yerba mate, el trabajo de la minería se paralizará y para mantener esa inactividad minera debe separarse para siempre la región productora de carne vacuno de la región productora de yerba mate.

    Así habremos producido la humillación de España.




    Portada del libro “La Involución Hispanoamericana. De Provincias de las Españas a Territorios Tributarios. El Caso Argentino 1711-2010″.



    VIII. [H.U.]: ¿Qué actitud asumió España frente a semejante plan?

    (J.C.G.): La respuesta de España a este plan se realizó en 1776. En ese año se dio una ocasión para humillar a Inglaterra e impedirle el plan de humillar a España.

    En ese año España actúa de la siguiente manera:

    1. José de Gálvez, Ministro de Indias de Carlos III, elabora y ejecuta la diagramación del hemisferio americano. Esto se llevo a cabo de la siguiente manera: -El 4 de julio de 1776 España independiza de Inglaterra a América del Norte y funda con un aporte decisivo de su parte los Estados Unidos de América. En “La Involución Hispanoamericana” se publica por primera vez una documentación detallada de cómo España creó a los Estados Unidos de Norteamérica (hoy primera potencia del mundo). Para ello, José de Galvez designó a su propio sobrino, el General Bernardo del Gálvez, que libró todas las batallas por tierra desde la península Florida hasta Nueva York. Los ingleses no pudieron enviar refuerzos para combatir a los españoles porque todos los puertos del Atlántico estaban bloqueados por la Marina de Francia en virtud del Pacto de Familia del año 1700 que unió los Ejércitos de tierra y de mar de Francia y España en acciones conjuntas.

    2. La independencia de Estados Unidos lograda merced a la acción de los ejércitos españoles fue reconocida públicamente de manera universal en el año 1976 con motivo del Bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos. En esa oportunidad, los reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, hicieron una visita oficial a Estados Unidos y descubrieron en el Capitolio una estatua ecuestre de Bernardo de Gálvez por cuya acción se logró la independencia de Estados Unidos. Este homenaje trascendental fue minimizado y en el caso de la Argentina, silenciado por todos los medios de comunicación.

    3. José de Gálvez, gran desconocido para los historiadores de los Estados Unidos hizo el siguiente razonamiento: el país que hoy fundamos dentro de un siglo puede entrar en colisión con el Virreinato de Nueva España (México) y puede también proyectarse sobre el Océano Pacífico. El Pacífico, así llamado porque no existían los terroristas de mar que eran los piratas, era el mar de dominio exclusivo de España:

    -España tenía tres grandes bases navales en el Pacífico que aseguraban su dominio total. Eran las mismas Monterrey en México, Callao en el Perú, y Valdivia en Chile.

    -La vinculación económica con el Asia se realizaba por el Océano Pacífico de la siguiente manera: a) Viaje de ida: Callao-Filipinas-Japón-India y China. Viaje de regreso: Filipinas-Acapulco (México). Esta extraordinaria navegación era posible a veloz velocidad porque España había estudiado y colocado en las cartas marítimas las corrientes oceánicas del Pacífico que impulsaban gran velocidad a los viajes de ida y regreso porque los galeones de la época no eran impulsados a vela solamente sino que su tracción era ocasionada por las corrientes marítimas de América a Filipinas a la ida y de Filipinas a América en el regreso.

    -La navegación por el Pacífico era cuantiosa. El comercio muy intensivo. La razón se daba en que la moneda de Latinoamérica era la plata y la moneda del Asia también la plata. Esto agilizaba las transacciones por el pago de compensaciones en metal.

    -La gerencia de los viajes por el Pacífico se hacía en Buenos Aires donde estaba radicada la Compañía de Filipinas.

    4. Para equilibrar desde el inicio de su existencia en el año 1776 la geopolítica de Estados Unidos con la de Hispanoamérica, José de Gálvez el día 1 de agosto de 1776, es decir, 26 días después de la creación de los Estados Unidos, crea el Virreinato del Río de la Plata con una extensión de 7.200.000 kilómetros cuadrados en el extremo sur del hemisferio americano.

    Por primera vez, en mi libro “La Involución Hispanoamericana (1711 – 2010)”, se transcribe en su integridad el acta de creación del Virreinato del Río de la Plata que le fue remitida al autor por el archivo de Indias en el año 2000.

    Todo lo expuesto le otorga a Hispanoamérica una nueva dimensión y realza la misma en virtud del testimonio de Alexander Von Humboldt quien relata su visita a Hispanoamérica diciendo que no se vio en ningún lugar del mundo una felicidad y alegría de vivir como la que él con asombro constató en las posesiones españolas en Hispanoamérica sobre el Pacífico.

    – Es importantísimo señalar que al tiempo de fundación, el Virreinato del Río de la Plata tenía 2 universidades: Córdoba y Charcas Chuquisaca. En esta última se enseñaban ciencias aplicadas a la técnica minera y astronomía referida a la navegación de ultramar por el pacífico. Nota: Por ese entonces los Estados Unidos de Norteamérica todavía no tenían ninguna universidad.


    Balance geopolítico británico 1763-1783. Veinte años decisivos para el devenir del Planeta Tierra. En este período Gran Bretaña procedió a la conquista de los siguientes territorios del globo:

    1. Canadá. Fue adjudicada por Francia a Gran Bretaña en virtud del tratado de París de 1763. Extensión: 9.000.000 kilómetros cuadrados.

    2. Australia. Su conquista fue consumada en 1770. Los autóctonos sufrieron un genocidio en virtud del cual no quedó ninguno. Gran Bretaña le dio la categoría de colonia penitenciaria, es decir, que sería poblada por criminales y presos por otros delitos extraídos de las cárceles de Inglaterra. Superficie: 7.600.000 kilómetros cuadrados.

    3. India. Conquistada con la batalla de Baksar en 1764, ganada por Lord Clive quien derrotó la última resistencia hindú a la conquista británica.

    4. Brasil. Quedó unido económicamente y en cuanto a la política a Gran Bretaña por el Tratado de Methuen de 1703 celebrado con Portugal. En 1777 por el Tratado San Ildefonso, España cede a Brasil , Virreinato de Portugal, 6.000.000 kilómetros cuadrados. A raíz de esto, la superficie total de Brasil supera los 8.500.000 kilómetros cuadrados.

    5. Estados Unidos. Renueva la vinculación con Gran Bretaña en 1783. En ese año se celebra en París la paz entre Gran Bretaña y Estados Unidos de Norteamérica, que son reconocidos como Estado independiente. Jay, asesorado por Adam Smith, firma el Tratado de Paz, desplazando a Lee y a Franklin, los otros representantes designados por el Congreso de los Estados Unidos. El Congreso de los Estados Unidos quería firmar la paz con Gran Bretaña simultáneamente con los representantes de España y de Francia, países cuya acción militar fue decisiva para la creación de los Estados Unidos.

    La firma del Tratado de Paz únicamente entre Inglaterra y Estados Unidos, injertaron en el sistema americano original de economía político-productiva de Alexander Hamilton, Jorge Washington y Benjamin Franklin al sistema angloamericano de comercio internacional de Adam Smith. Los Estados Unidos pasaron así a constituir económicamente un sistema angloamericano quedando desplazados los cinco presidentes que representaban el genuino pensamiento americano de Alexander Hamilton. Estos fueron: George Washington (1789- 1797), Abraham Lincoln (1861-1865), William McKinley (1897-1901), Franklin Roosevelt (1933-1945) y John Kennedy (1961-1963).


    IX. [H.U.]: ¿Por qué se separa, fragmenta y disgrega Hispanoamérica?

    (J.C.G.): Para contestar a esta pregunta fundamental y determinar su importancia hay que remitirse a la tesis doctoral de Henry Kissinger publicada en 1968 con el título “Un mundo restaurado”. En ella el autor explica que para conocer en todos sus detalles la situación internacional actual es imprescindible conocer perfectamente las guerras napoleónicas. Henry Kissinger explica algo elemental, las guerras napoleónicas no eran por la posesión de los países europeos sino por sus posesiones de ultramar. Esto hace que en esas guerras se luchase por el futuro del Planeta Tierra.

    En 1804, Napoleón Bonaparte, emperador vitalicio de Francia, domina toda Europa y cierra por consiguiente todos los puertos del continente europeo al tráfico comercial con Gran Bretaña. A raíz de esto la industria británica y el comercio exterior de Inglaterra cae en una paralización que lo lleva inexorablemente a una quiebra que se extenderá sobre toda Inglaterra.

    Entonces William Pitt, Primer Ministro de Gran Bretaña, le encomienda al General Thomas Maitland la elaboración de un plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y Quito. El plan consistía en lo siguiente:


    Asalta Buenos Aires. Formar un ejército con hijos de españoles, mestizos, autóctonos o indios y negros esclavos. Que ese ejército formado en Buenos Aires acampe en Mendoza y se refuerce con personas de la misma etnia que las nombradas. Con este ejército asaltar Chile. Dominado Chile, con la flota británica, transportar ese ejército para la toma de Perú, y de Guayaquil (Audiencia de Quito) hoy Ecuador.


    El Plan Maitland es el plan operativo de 1804 para desarrollar el plan estratégico de 1811. Para su efectividad dispone que toda Hispanoamérica se quede previamente sin moneda. Esto se lleva a cabo en las siguiente fechas:


    1806: Beresford,§ gobernador inglés de Buenos Aires, saquea el Tesoro de la Real Hacienda (organismo similar al Banco Central actual) y lo remite a Londres, donde es paseado por las calles en 8 carros que transportan cada uno cinco toneladas de oro amonedado. Total: 40 toneladas de oro. Esta cifra, según cálculo que hicimos en nuestra cátedra en la Universidad de Lomas de Zamora, ascendía en el año 2008 aproximadamente a 88 mil millones de dólares.

    1811: Pueyrredón, al mando§ del ejército del Norte que dirige Belgrano, saquea la Casa de Moneda de Potosí y destruye las prensas de acuñar moneda para toda Hispanoamérica. 500 mil barras de plata son enviadas de Buenos Aires y de ahí a Londres.

    1822: San Martín toma Lima§ y embarca el tesoro de la Real Hacienda en la Flota del Vicealmirante inglés Lord Thomas Alexander Cochrane, que se hace inmediatamente a la vela a Londres. Ese tesoro era el más grande de todo el continente de América del Sur.

    1822: Simultáneamente los§ británicos se apoderan del Tesoro de Real Hacienda de Santa Fe de Bogotá (Virreinato de Nueva Granada, hoy Colombia) y se llevan 10 toneladas de oro.

    Por esos años, ocurre§ exactamente lo mismo en México.


    Hispanoamérica entonces declara una independencia en 1816 sin moneda. Por lo tanto estamos no frente a una independencia efectiva, sino una independencia simbólica, lógico formal.

    Este es el origen de todas las crisis monetarias de Hispanoamérica.





    Mapa extraído de la obra ‘La involución hispanoamericana…” en el que pueden verse las dos grandes estructuras económico-jurídicas y diplomáticas mundiales hasta 1810. Gran Bretaña destruyó la estructura hispánica.



    X. [H.U.]: Ante la declaración de independencia de Hispanoamérica, ¿qué actitud asumió Gran Bretaña?

    (J.C.G.): Partimos de una afirmación documental. En marzo de 1816 se convoca a un congreso de la Provincias Unidas del Río de la Plata que se hayan desmembradas y anarquizadas en la ciudad de San Miguel de Tucumán (Norte de la Argentina) para dictar una Constitución. No para una secesión o independencia de España, sino que se trata de una Constitución dentro de la unidad Hispanoamericana-Ibérica que se admite. Intempestivamente, ese Congreso varía su objetivo y el 9 de julio de 1816 previa discusión de 4 días se declara la independencia del rey de España y su metrópoli.

    Es importante acotar que las provincias reunidas en ese Congreso no incluían a las provincias del Litoral (Banda Oriental del Uruguay, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y las Misiones Orientales). Es decir que el país no se haya íntegramente representado ni el Congreso se reúne con el fin de dictar ninguna independencia. ¿Por qué? Porque la independencia intempestivamente se declara y dice que abarca a todo el continente por iniciativa de Francisco José de Alvear y Gaurú, conocido por el nombre de sus padres adoptivos como José Francisco de San Martín., quien ante la alianza de España con Rusia para reunificar las Españas de América con España Ibérica se apresta a hacer declarar la independencia para que esa alianza no pudiera concretarse en territorio americano por ser estos independientes.

    Coadyuvando a ello, James Monroe, Presidente de los Estados Unidos, dirá “América para los americanos”. Esto significa que ante cualquier injerencia europea en América, Estados Unidos hará causa común para rechazarla. La concepción anglo norteamericana queda así afirmada, en contra de lo que había propuesto Alexander Hamilton, uno de los fundadores de Estados Unidos en 1776.


    XI. [H.U.]: Para mantener la economía hispanoamericana bajo su control absoluto, Gran Bretaña impuso algún tratado a Hispanoamérica?

    (J.C.G.): Sí, categóricamente sí. Fue el tratado “de amistad, comercio y navegación” impuesto por Gran Bretaña a las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina) el 2 de febrero de 1825.

    En 4 meses ese tratado que de inmediato analizaremos se impuso a Chile, Perú, Gran Colombia (Ecuador, Colombia y Venezuela unidos), Guatemala (América Central Unida) y a México. Este tratado fue redactado por San Martín en Escocia en el castillo de Lord Duff con quien había estado a las órdenes de Beresford en la batalla de Bailén. Lord Duff era consejero del rey el tratado de 1825 que se impuso a toda Hispanoamérica debía mantener inalterable el dominio económico sobre las Españas de América.

    Hispanoamérica continúa dividida por esa política. Desde 1825 Venezuela ha tenido 41 guerras civiles en el siglo XIX, se produjo una guerra entre la Confederación Peruano-Boliviana y Chile, así como entre Argentina y Brasil (el inglés Ponsonby le entrega al Brasil la banda oriental). En virtud de toda esa geopolítica, Estados Unidos tendrá un control sobre el mar Caribe y sobre algunos países del Pacífico. Respecto a Argentina, es Gran Bretaña quien comienza la base de operaciones para dominar Hispanoamérica desde Buenos Aires. En 1820 España tiene preparada la reunificación de Hispanoamérica con la toma de Buenos Aires en alianza con Rusia. El general designado es Rafael de Riego y Núñez. Este General en vez de cumplir su cometido intercontinental promueve una revolución contra el Rey Fernando VII. Por causa de ello la flota rusa regresa a su país y la posibilidad de reunificar las Españas americanas con la España Ibérica desaparece y España se desangra en una guerra civil de ocho años.

    Hay siempre un interés de Gran Bretaña en que Hispanoamérica no se una. La América Central era un solo país (Guatemala), pero en 1840 es dividida en cinco pequeñas repúblicas; ahí fueron concurrentes los Estados Unidos y Gran Bretaña. En las islas del Caribe se formaron países absurdos, se hicieron de esas islas países soberanos que hoy son sólo paraísos fiscales (siglo XX).

    ¿Por qué se impidió que Hispanoamérica se uniera y en cambio se permitió la unidad del Brasil? En 1704 Gran Bretaña le impuso a Portugal/Brasil el tratado de Methuen, por el que tendrá el comercio exclusivo y excluyente con Portugal y con Brasil. El objeto es penetrar por Portugal a España y por Brasil a Hispanoamérica; ejercer el control económico sobre el comercio interno y externo de España.


    XII. (H.U.): Usted, al igual que otros pensadores e historiadores, ha cuestionado que los llamados “próceres” (como Bolívar o San Martín) sean tales, ya que la evidencia histórica parece demostrar que podrían haber sido más bien agentes al servicio de Gran Bretaña y sus planes imperialistas sobre Hispanoamérica. ¿Por qué, entonces, Bolívar o Miranda defendieron en sus escritos la unidad hispanoamericana con tanta insistencia? ¿Qué hay de sincero en esa supuesta defensa de nuestra unidad?

    (J.G.): La cuestión es que Gran Bretaña utilizó las utopías de Miranda y de Bolívar, a quienes incluso proveyó de los elementos de guerra para sus empresas de secesión o de ‘independencia’, aprovechándose de la ingenuidad (aunque esto último no lo sabemos) de ambas personas. Pudo haber sido una utopía, pero jamás se realizó. Bolívar y Miranda fueron alojados en Londres y ahí realizaron la propaganda para la independencia. A Miranda, los ingleses lo envían a Jamaica, en 1759 y en 1769, para que desde allí actúe contra España. Hay que tener en cuenta que la presencia de Gran Bretaña en el Caribe es importantísima. Esto ocurrió durante la república de Oliver Cromwell que se extiende en Inglaterra desde 1649 hasta 1659.

    Miranda y Bolívar fueron utilizados. Bolívar entregó al final a Miranda a los españoles y Miranda muere en Cádiz en 1815. Bolívar murió mientras deambulaba por los valles de Venezuela/Colombia, y antes de morir expresa: “¿para qué habremos hecho la guerra a España? llega a un arrepentimiento: “he arado en el mar”. Posteriormente el general Páez separa a Venezuela de Colombia. En principio Miranda y Bolívar actuaron por buena fe o ingenuidad.

    San Martín, en cambio, no estuvo en Londres sino que se alojó en la residencia de asesor del rey Jorge IV en política exterior. El objeto era redactar el estatuto por el que se tendría controlada a Hispanoamérica: el tratado de amistad, comercio y navegación de 1825 impuesto a toda Hispanoamérica en el término de cuatro meses. Bolívar muere en los llanos y Miranda en la cárcel, pero San Martín muere en una gran opulencia.

    En Guayaquil se hace evidente que Bolívar creía en la utopía de su juventud, lo que le llevará a convocar el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826 para unir a todas las ex posesiones de España en América. Pero San Martín, antes de su regreso a Perú, coloca el tesoro de la Real Hacienda de Lima (en términos modernos, era el “banco central” más grande de todo el continente) en la flota de Lord Cochrane, quien lo había trasladado de Valparaíso a Callao. Cochrane inmediatamente puso vela a Londres y así el tesoro de la Real Hacienda de Lima fue a las arcas de Gran Bretaña. San Martín concerta el primer empréstito de cuatro millones de libras con la orden expresa de que los fondos no se remitan al Perú sino que queden en un banco de Londres a disposición de la delegación peruana ante el gobierno de Gran Bretaña.


    XIII. (H.U.): Los mecanismos regionales de integración no han avanzado en la unión política. ¿Cree Ud. que organismos como el Mercosur (dominado por el Brasil) o la Alianza del Pacífico (según algunos, una estratagema geopolítica de Estados Unidos) entorpecen e imposibilitan la unidad hispanoamericana o por el contrario pueden acabar operando en su favor?

    (J.G.): De ninguna manera [operan a favor]. Son organismos ocasionales y circunstanciales. Hay un hecho importantísimo: en 1777, por el tratado de San Ildefonso, Portugal (siempre aliado de Gran Bretaña por el tratado de Methuen de 1704) entrega a España la colonia de Sacramento en la banda oriental del Río de la Plata y España cede sus dominios en el Paraná hasta el Orinoco. A cambio de esto, Inglaterra/Brasil piden que se les conceda 6 millones de km2 al oeste de la línea del tratado de Tordesillas de 1494, y [de este modo] Brasil pasa de 3 a 9 millones de km2.

    Brasil tiene una política hegemónica impuesta por Oliveira Salazar: el dictador que gobernó Portugal. Fue el más inteligente de todos los dictadores, porque creó el imperio de la lengua lusitana. Para conseguirlo, el nervio [fue] la expansión de la lengua portuguesa sin contención de fronteras y sin condicionamiento de ideologías. Por ejemplo, en la provincia [argentina] de Corrientes, que linda con Brasil, la opinión pública está manipulada a favor del Mercosur: [los brasileños] tienen delegaciones. Hay déficit en la balanza comercial con Brasil, que impone los artículos de vestimenta, calzado, [utensilios] de uso doméstico… brasileños.

    Brasil tiene una diplomacia propia: la escuela de Itamaraty. El origen está en 1808: la Corte de Lisboa se traslada en buques británicos al Brasil ante el avance del general Murat, encargado por Napoleón de conquistar Portugal. Juan de Portugal viene [a Brasil] con toda la Corte, pero quedan los sabios y funcionarios de jerarquía en el manejo del crecimiento y desarrollo del país (de todas las ideologías). Cuando en 1820 Brasil le compra a Portugal su independencia, el precio es que [aquél] se haga cargo de la deuda externa que contrajo Portugal en las guerras napoleónicas. La mitad de la Corte se queda en Brasil (más o menos 500 personas), y forman la escuela de Itamaraty, para dirigir la economía y la política exterior de Brasil hasta nuestros días. Por ejemplo, Lula o Dilma provienen de la izquierda, pero su política exterior es inalterable.

    No hay ningún Estado hispanoamericano que tenga diplomacia propia porque nunca tuvieron una política exterior propia; nunca tuvieron soberanía. [El ministro inglés] Canning dice en 1825: “Hispanoamérica es libre, y si nosotros no desgobernamos tristemente nuestros negocios, ella será inglesa”.


    XIV. (H.U.): Ud. ha afirmado que para empezar a ser sujetos de nuestra propia política, no queda otro camino que fundar el Estado nacional argentino e hispanoamericano, definitivo e irreversible. Teniendo en cuenta que la mayoría de las grandes creaciones políticas estatales han sido fruto de la fuerza y de las guerras, ¿cree Ud. que en un futuro hipotético nuestra unidad sólo podría darse por la fuerza, a través de enfrentamiento bélico, o es factible un proceso pacífico de re-constitución?

    (J.G.): Jamás [se conseguirá] por guerras o enfrentamientos bélicos, porque ahí perderemos todo.

    [Debe ser] un proceso pacífico de reconquista y [realizado] todos los días, a través de las universidades, de los claustros de profesores que apliquen rigurosamente el concepto de “universalidad” de las Leyes de las Partidas de Alfonso X el Sabio (1055). La universidad será el estamento de maestros y estudiantes donde se enseñe y se aprenda enseñando. Que en todas las clases se explique el porqué y el para qué. Las fuerzas armadas deben ser la otra fuerza constitutiva. La esencia de este método está tomada de los mismos británicos.

    [Recomiendo los libros]: “Malvinas, la trama secreta”, de Kirschbaum y Van der Kooy, “Argentina, gesta británica”, de Emilio Fernández Gómez, y “La colonia olvidada”, de Andrew Graham-Yooll. En el Martín Fierro se puede leer: “No son todos los que están ni están todos los que son”; [en Argentina] hay que diferenciar a los existentes de los publicitados: los primeros están [más allá de] un círculo de 200 kilómetros en torno a Buenos Aires, están en el interior del país.






    Mapa político actual de Hispanoamérica: tras más de 300 años de unidad, la fragmentación en 18 débiles repúblicas; unas fronteras que responden a los intereses anglosajones.




    XV. (H.U.): ¿De dónde puede surgir la fuerza económica, tecnológica y militar necesaria para fundar un gran Estado soberano?

    (J.G.): La fuerza económico-militar tiene que surgir de las fuerzas de pensamiento.

    Primero, hay que sembrar una idea robusta de la necesidad de la unidad hispanoamericana, o de lo contrario nos aguarda la desaparición.

    Recuerdo que en 1968 Perón me envió un ejemplar [de un libro] con toda su política exterior y me pidió un título para el mismo, [que fue]: “Latinoamérica: ahora o nunca”. [Esa unidad] no se dio por un montón de fracasos, pero estos tienen que enriquecernos, [servirnos] para trazar un camino nuevo, una finalidad nueva. La historia es el pasado, explica y enseña lo que ocurrió; no es una anécdota, es prognosis del futuro.

    En consecuencia, lo fundamental es crear grupos en España e Hispanoamérica que breguen por la unidad hispano-americana; una Confederación hispano-americana como salvación para todo el mundo hispano, en base al conocimiento de unos pocos. Hace falta crear una voluntad de hierro colectiva, y se logrará.


    XVI. (H.U.): ¿Usted incorporaría a España (europea) a Hispanoamérica? ¿O cree Ud. que esta última podría o debería formar por sí sola una Nación? ¿Qué forma de Estado cree que debería adoptarse: la República federal, la Monarquía…?

    (J.G.): Hispanoamérica unida en el pensamiento unitivo con España, confederada con ésta, tendría más fuerza, una fuerza milenaria de una España que también fue triturada… y [además] España nos abriría las puertas del mundo europeo, etc. Como madre, nos da su experiencia, su consejo, y [la tradición] de los prohombres que crearon el mundo hispanoamericano. Es sobre todo un aporte intelectual.

    Tenemos que organizar las fuerzas del pensamiento. [Hoy] con internet es muy fácil: en menos de un año [pueden crearse] grupos de españoles e hispanoamericanos que breguen por la unidad y [cumplan el destino] punto por punto.

    [En cuanto a la] forma de Estado, tendría que ser una república federal, pero no una confederación, porque esta tiene el peligro de que, aunque agrupe a unidades geográficas, estas conservan su derecho de secesión. El Estado federal tendría que ser al estilo norteamericano y no sus copias ridículas que se hicieron. En la obra “El federalista”, Alexander Hamilton plantea: ¿qué forma de Estado vamos a buscar? Un Estado federal con un Gobierno federal [que dirija] coherentemente la política monetaria y exterior: el imán que permite mantener la federación.


    XVII. (H.U.): ¿Cómo deberían actuar los Ministerios de Relaciones Exteriores de ahora?

    (J.G.): Hispanoamérica, en política exterior, debería comenzar por la idea de Julio César Gurien (pensador argentino del siglo XX) de que todos los países de la América española y España deben mantener al margen del Ministerio de Asuntos Exteriores, un Ministerio de Asuntos Hispanoamericanos e Ibéricos, con objetivos distintos.


    XVIII. (H.U.): ¿Y en política monetaria?

    En política monetaria, debido a la crisis monetaria en que está el mundo habría que volver a la economía física. Para calibrar las dimensiones de la crisis, [se puede acudir] a la triple curva de LaRouche, que [utiliza] un sistema de coordenadas. Cuando se creó el FMI en 1945 el dólar como medio multinacional de pagos tuvo una existencia aceptable, porque era una moneda [de valor de cambio] fijo y constante. Pero en 1970 Nixon establece que la onza troy no debe tener valor fijo sino un valor cambiante, y regirse diariamente según la cotización de las bolsas de valores. Con lo que pasó a ser una moneda contingente y eso originó el descalabro internacional: ¿qué ocurrió? Los derivados financieros determinaron la necesidad de emitir dólares para amortizar el frenesí de las ventas de futuros, el sobreprecio de las acciones, cosechas a futuro… Es decir, estamos en una economía especulativa, no física. Es imprescindible volver a la economía física, porque está en juego la Humanidad, ya que todos se han volcado a la economía especulativa. La economía física (privada o estatal) se enerva permanentemente frente a la economía especulativa.

    Lo más grave de todo esto es que se mire el ingreso per cápita con los guarismos de la economía especulativa y no con las cifras reales de la economía física. Aquí, se impone recordar el pensamiento de Mariano Fragueiro, el primer Ministro de Hacienda de la Confederación constitucionalmente organizada. Fragueiro expresó: “Es un sarcasmo llamar riqueza nacional a la fortuna de los ricos”.


    XIX. (H.U.): ¿Está llamada la Argentina a ser el país que unifique a Hispanoamérica? ¿O debería esta misión corresponder hoy a México, por su mayor peso demográfico y económico? ¿Cuál podría llegar a ser, según Ud., la “Prusia” de Hispanoamérica?

    (J.G.): Debería ser México. ¿Por qué? Porque México tiene una coherencia demográfica, económica, étnico-racialEn cambio, Argentina es resultado de una constitución liberal de 1853 que establecía [como poder constituyente] a ‘Nos(otros), los representantes del pueblo…” (en vez de “nos, el pueblo” como establece la constitución norteamericana). Esto no es un juego de palabras sino que la Constitución Norteamericana una vez redactada se sometió a la ratificación de cada uno de los estados. En cambio en la República Argentina los que se autonombraron “representantes del pueblo” impusieron su voluntad e ideas excéntricas a todos los pueblos. Por eso en la Argentina no hay una conciencia jurídica nacional como la tienen los Estados Unidos. Argentina es una mezcla de razas (nacionalidades) que hizo imposible el tener una coherencia [nacional]. En México, lo primero es la mexicanidad.


    XX. (H.U.): ¿Cuál fue el sistema monetario que creó o adoptó Hispanoamérica cuando se separó de España?

    (J.G.): Ninguno. Se manejó con empréstitos, empréstitos y más empréstitos. Eso determinó una Hispanoamérica siempre deudora, siempre tributaria a la usura extranjera. Un ejemplo cabal de lo predicho ocurrió en la República Argentina. José A. Terry, que en su obra “Economía Argentina” de fines del siglo XIX, sienta este apotegma:


    “La historia financiera argentina es la historia de los grandes escándalos provocados por los empréstitos únicamente concertados para el despilfarro”.


    San Martín contrata la primera deuda externa de Hispanoamérica. En consecuencia, Hispanoamérica nace sin moneda.
    El tratado de 1825, de amistad, comercio y navegación [con Gran Bretaña] establece la perpetua amistad con el Reino Unido y sus “súbditos” [de las repúblicas]. [Habla de] “los territorios del Río de la Plata y sus habitantes” (no sus ciudadanos). El reconocimiento fue el de un pedazo de tierra con un montón de gente arriba. En materia de buques se estableció la ‘reciprocidad’, pero como en toda Hispanoamérica no se conocía la técnica de la navegación de ultramar, al final [esos tratados convirtieron a Hispanoamérica] en exportadora de materias primas, únicamente en buques ingleses, y tributaria de empréstitos. La situación se mantiene hasta 1943 en que se consigue la industrialización argentina y se rompe esa ecuación. George Marshall (1910), premio Nobel de economía, dijo que no había dos economías tan perfectamente complementarias como Gran Bretaña y Argentina. Por eso acuñó el vocablo “ecuación anglo-argentina”.


    XXI. (H.U.): Ud. ha afirmado en su libro que, demográficamente, Argentina es el “menos hispanoamericano” de nuestros países. ¿Considera que el alto volumen de población de origen no hispano-indiano puede ser un obstáculo para la reunificación?

    (J.G.): No, no es un obstáculo. La Argentina no tiene una conciencia opuesta a Hispanoamérica sino anodina. En Argentina nadie habla de las vinculaciones reales con Hispanoamérica. Al pueblo argentino le da lo mismo, pero si observa un beneficio lo asume inmediatamente. Sería muy importante empezar a [difundir] las obras de Manuel Ugarte. El norte de Argentina, [cercano a] Paraguay… se siente más hermanado con Hispanoamérica que Buenos Aires. En Buenos Aires hay una mezcla inmigratoria que los hace menos hispánicos. El único que pudo unificar esa mescolanza fue Perón; hizo sentirse unidos a todos a través del trabajo.

    En México hay muchísima más unidad (salvando las diferencias culturales, económicas, etc.). Los mexicanos son producto de una cultura hispano mexicana. En Argentina, los 10 millones [de habitantes] del interior sí son hispanoamericanos genuinos, hispano-indianos con todo fervor. Se ve en la música, los cantos y bailes, y en las obras en prosa y en las poesías. El hombre se siente hispanoamericano y desprecia al porteño.
    [En Argentina] todo está en manos de extranjeros; la Argentina se crea como reservorio para atraer a los europeos que sobran y molestan. Y ese reservorio es la ciudad de Buenos Aires. En un semicírculo con centro en Buenos Aires y 200 kilómetros de radio, el último censo señala la cifra de 30 millones de habitantes, la mayoría de ellos descendientes de las corrientes inmigratorias más diversas que se asentaron en el país a fines del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX.

    Actualmente tenemos un ingreso masivo de asiáticos. Se calcula que son 100 por día los que ingresan al país. Este factor vital para la demografía genera una heterogeneidad racial y étnica.


    XXII. (H.U.): ¿Podría volver Puerto Rico, alguna vez, a Hispanoamérica?

    (J.G.): Debe volver: los puertorriqueños se sienten ante todo puertorriqueños; son hispanoamericanos, y la descendencia hispanoamericana perdura a través de generaciones con su genética hispanoamericana o hispanoindiana. Veamos por ejemplo el sur de los Estados Unidos: California, Arizona, Texas, Nueva México y Florida. A pesar de haber sido arrebatadas a México en guerras iniciadas en 1830, su población sigue siendo hispanoamericana. Es hispano parlante: el 40% de los habitantes [del sur] de los Estados Unidos es bilingüe. El verbo pudo más que las armas y el dinero juntos.


    XXIII. (H.U.): En un eventual proceso de reunificación hispanoamericana, ¿dónde queda Filipinas? ¿Se ha perdido para siempre a ese país de 100 millones de habitantes a las puertas de Asia oriental donde ya casi nadie habla español?

    (J.G.): [Se puede recuperar Filipinas] reconquistando el lenguaje del mundo hispánico, que aún subsiste; esto es muy importante.

    [Por cierto] en las memorias de Cochrane se señala que San Martín le imploraba ir a atacar Filipinas y que entre ambos se dividirían el tesoro. Pero Cochrane se niega. La tragedia es que se llama ‘próceres’ a los grandes traidores de la Hispanidad.


    XXIV. (H.U.): Con un Brasil que pretende dominar toda América del Sur y con unos Estados Unidos que, de hecho, controlan a México y toda América Central, ¿no corre Hispanoamérica el riesgo de ser “partida en dos” y acabar devorada por esos dos gigantes, incluso desapareciendo en un futuro nuestro idioma común?

    (J.G.): Sí, desde luego, existe ese peligro, por ello es necesario un Ministerio de Asuntos Hispano-Americanos. Porque el Brasil avanza, pero los hispanoamericanos no lo quieren. Eso requiere una acción de gobierno inmediata. [El concepto de] ‘Latinoamérica’ comprende la adhesión a Brasil. Un ejemplo: hace cuatro años, acudí a una iglesia y me encontré con un coro brasileño que venía a festejar el Mercosur. [Les dije]: “Aquí no hay que festejar nada, esto es un canto de propaganda del Brasil; es una promoción de un negocio y adhesión al Brasil’. Brasil siempre ha intervenido en Argentina, incluso militarmente.

    Yo comenzaría con un factor muy importante, que es internet. Creando grupos en todos los países que sean la ‘levadura’ que empezará [más tarde] a fermentar. Y promover lo siguiente: 1º) Pedir una acción mancomunada de los gobiernos para atender la salud pública, creando una red de salud hispanoamericana; 2º) La unidad hispanoamericana para salvar nuestra vejez: un sistema jubilatorio para toda Hispanoamérica, 3º) La unidad de las leyes de trabajo; 4º) Establecer un código civil y comercial de obligaciones comunes a toda Hispanoamérica, y 5º) Muy importante y emotivo: crear la liga hispanoamericana de fútbol. Después, habría que avanzar con los libros y con un pequeño folleto que salga todos los meses por internet. Y, sobre todo [finalmente llegar a], una moneda hispanoamericana. Una moneda hemisférica que comprendía a los Estados Unidos y al Brasil fue propuesta en el temario de la Primera Conferencia Panamericana con sede en Washington en 1889. Allí los delegados argentinos Manuel Quintana y Roque Sáenz Peña se opusieron terminantemente a esta vinculación que incluso estaba afirmada por un ferrocarril hemisférico que pasando por todas la capitales del hemisferio uniera Washington con Buenos Aires. Los delegados argentinos Manuel Quintana y Roque Sáenz Peña obedecían planes británicos. Una moneda común y un ferrocarril que uniera todo el hemisferio americano rompía estos 4 puntos capitales de la política exterior de Inglaterra:


    1. Divide et impera. Es decir dividir para reinar.

    2. Trade not countries. Comercio por tratados y no conquista abierta y pública de territorios a los cuales se les reemplaza la bandera.

    3. Ejercer el poder sin exhibirlo ni exhibirse. En la República Argentina todas las intervenciones británicas se presentaron siempre como agresiones norteamericanas. Un ejemplo fue el golpe de estado que derribó el gobierno de Perón en 1955.

    4. Hacerle hacer a nuestros enemigos lo que nosotros necesitamos que hagan para que se destruyan solos. Al respecto, un gran pensador argentino, Juan José Hernández Arregui en su obra La formación de la conciencia nacional (1930-1960) dice:

    “La caída de Perón fue provocada por Inglaterra, no por EE.UU., que luego de años de ofensiva debió ceder ante un gobierno de contenido nacional…”

    “Inglaterra, después de la II Guerra Mundial, recuperó su antigua condición de potencia exportadora de capitales de inversión…”Tal hecho corrobora una afirmación de Perón, expresada a la Revista Tempo, de México, en 1955: <<El consejero comercial inglés en Buenos Aires declaró un día con extrema franqueza que cualquier esfuerzo cumplido por quienquiera que fuese para asegurar la producción petrolera argentina sería considerado en Londres como un atentado a los intereses británicos…>>”.

    “Los hechos posteriores a 1955, con la entrega de nuestra riqueza a Inglaterra y EE.UU. en condiciones financieras… lo demuestran”.

    (véase al respecto el libro de Julio C. González, “Los Tratados de Paz por la Guerra de las Malvinas. Desocupación y hambre para los argentinos.”)


    Estos cuatro apotegmas surgen de una obra basal para comprender la secesión de Hispanoamérica de España: “Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX” de Harry S. Ferns. Editorial Solar/Hachette, Buenos Aires, 1966.

    Al respecto me es imperioso remitirme a la obra de Julio C. González titulada “La Involución Hispanoamericana. De Provincias de las Españas a Territorios Triburtarios”. Editorial Docencia (Calle Agüero 2260, Ciudad de Buenos Aires. Teléfono 4805-8434. Editorial Docencia Hernanadarias)





    El Dr. Julio C. González, leyendo un discurso en un acto público en favor de la recuperación de las Islas Malvinas.




    XXV. (H.U.): Ud. defiende la necesidad de un sistema basado en la economía real (o productiva) frente a un sistema especulativo. Pero, ¿qué sistema económico defendería para una Hispanoamérica unificada: una economía planificada o de libre competencia?

    (J.G.): [Debería ser] una economía planificada. La “libre competencia” no ha existido ni existe. [Las economías] siempre son dirigidas o por el Estado o por multinacionales. El gobierno del general Perón [estableció] la obligación para las empresas multinacionales de reinvertir sus utilidades en el país. El gobierno de Menem [firmó] casi cien tratados de promoción de inversiones, otorgando créditos… y en cualquier litigio con una empresa nacional [argentina] se [estableció que] se aplicaría una jurisdicción extranjera: la del Banco Mundial. En cambio, Brasil acepta empresas extranjeras pero las condiciona. Un principio constitucional establecido en el artículo 38 de la Enmienda Constitucional 1949, inspirada por Juan Domingo Perón establecía que “el capital ha de estar al servicio de la economía nacional”.

    Si Hispanoamérica hubiera permanecido unida podría haber establecido una ley condicionando al capital extranjero dentro de la ley hispanoamericana. Todo [lo que ocurre] es producto de la globalización, que hace que la empresa extranjera cambie de lugar en busca de mano de obra cada vez más barata.

    Las empresas norteamericanas fueron el primer sistema [estatal] proteccionista. Hamilton buscó el proteccionismo y que el producto fuera terminado y consumido en Estados Unidos. [Era un sistema] planificado: una industria no podía hacer lo que quisiera sino lo que estaba asignado. En Estados Unidos hay una economía libre pero planificada: por ejemplo, la línea ferroviaria que [necesariamente] debía ir del Atlántico al Pacífico.

    Las necesidades de la soberanía de un país son las que establecen las reglas con que se debe tratar el capital extranjero. La actividad empresarial, industrial, técnica y científica intenta abrirse paso en algún país. [En Hispanoamérica] México tiene la ventaja de que son mexicanos, defienden sus propiedades, lo que es suyo. Chile también defiende su producción… pero en Argentina hay una extranjerización del capital. El problema del país es el mismo problema de Hispanoamérica: se necesita un programa [nacional], y tienen que realizarlo los profesores de las universidades.


    XXVI. (H.U.): Si Hispanoamérica hubiera permanecido unida y hoy fuera un gran país: ¿habría alcanzado un nivel de desarrollo tecnológico avanzado? ¿Una gran potencia de religión católica podría ser la que marcara la pauta de la (nueva) Modernidad?

    (J.G.): Sí, hubiera marcado la pauta. [Los principios de Modernidad] se habrían tomado de la preparación filosófica, jurídica, política, económica que le darían sus hombres, que son de ‘acero’. La religión tiene dos niveles; uno es el intelectual y el otro es el moral. El desarrollo tecnológico se conseguiría con una continuidad. Le daré un ejemplo: en 1972 [el gobierno de] Libia pidió a tres catedráticos de economía de Buenos Aires que los ayudaran a desarrollar un sistema bancario. En Argentina, el ingeniero Mosconi y el general Baldrich levantaron todas las torres de perforación de YPF a lo largo de 3 millones de Km2, pero su obra no continuó. [Alguien dijo que] “para gobernar hacen falta cerebro, testículos y corazón”. Hay que estar [prestando] atención las 24 horas del día [para impedir el] sabotaje.


    XXVII. (H.U.): ¿A qué países, gobiernos o poderes podría beneficiar una Hispanoamérica unificada?

    (J.G.): A los [propios] hispanoamericanos, por eso lo primero es convencerlos a ellos, no a otras latitudes.

    La fuerza del mundo son las grandes masas terrestres: China, Rusia, India, Brasil y Sudáfrica. La marina rusa, como la alemana… no son universales como la británica, no están vinculadas por logias internacionales, son totalmente autónomas para [asegurar] la independencia de su país. En cuanto a China… es un enigma, pero puede ser [una futura fuerza rectora]. India tiene un espíritu que viene de fines del 1700: místico de recuperación, de volver a ser. No es [lo mismo que] Gandhi, que quiso ser independiente dentro de la Commonwealth. El ‘Commonwealth’ tiene 60 países, 30 millones de km2 y más de 1.600 millones de habitantes. Pero esas cifras no nos tienen que asustar. Porque la curva de LaRouche [mencionada más arriba muestra que] la economía mundial termina en recesión y desocupación (el movimiento de los indignados en España y en otros países europeos demuestra rotundamente la tesis de LaRouche); por eso Obama busca la guerra, porque eso tapa a todos los culpables de la situación creada por la economía especulativa.


    XXVIII. (H.U.): ¿Cree Ud. que Europa es hoy, de facto, una “colonia” de Estados Unidos? ¿Cómo ve Ud. el futuro de Europa?

    (J.G.): Estados Unidos es la fuerza policíaca de Inglaterra y de Europa. No es Estados Unidos el que dirige la política mundial, sino el que ejecuta las decisiones que se toman en Gran Bretaña. Hay que ser consecuentes: Hispanoamérica es católica, pero el catolicismo tiene que ser más religioso y menos protocolar y comercial. Una persona o un país que ‘quiere ser’ tienen que actuar en silencio, sin esperar favoritismos o caridad de las grandes potencias, aunque se dé un acercamiento. Todo esto es materia de una estrategia constante que en Gran Bretaña realiza la Universidad de Oxford. En la Universidad de Oxford existe una cátedra denominada “Argentina” dedicada exclusivamente a la situación de nuestro país. Esto es algo sin precedentes en todas las universidades del mundo.

    El pensamiento está ahí; hay que nuclearlo y convencer de que se puede [construir] un futuro (“movimiento Podemos”). [Vemos] cómo evoluciona el conocimiento desde el año 1950. Hasta esa fecha, se tardaba 100 años en inventar o descubrir. Pero después de 1950 un descubrimiento o una invención se realiza en un año. El factor tiempo requiere que las disciplinas científicas y técnicas se desarrollen en función de un tiempo. El tiempo es una variable independiente.

    Hispanoamérica tiene que realizarse a sí misma, tiene que revivirse. Es necesario sufrir, y que ‘sienta’ en su alma lo que es pasar de [ser ] sujeto a objeto de la política de otros. Solamente el conocimiento cabal de la grandeza perdida dará a España e Hispanoamérica la fuerza para recuperar esa grandeza con que se dirige el mundo.


    XIX. (H.U.): ¿Está de acuerdo con Ortega y Gasset cuando dijo que lo que nos falta es una minoría selecta, que forme el gobierno de los mejores?

    (J.G.): Efectivamente, la democracia que es el gobierno para el pueblo, debe ser la obra de los científicos y técnicos que sean intelectualmente los ‘mejores’, pero aquellos que están en una situación secundaria o debilitada es extremadamente [importante que se les dé oportunidades] porque no tienen recursos.

    Juan Álvarez [también representa] un pensamiento extraordinario: publicó sus estudios sobre las guerra civiles de la Argentina en 1912. [Señaló que] a los períodos de superávit les seguían períodos de paz, y a los de déficit, períodos de guerra.

    Es importantísimo que [hoy esa minoría] actúe por internet, que publique periódicamente (cada dos meses, etc.).

    [En el caso de la Argentina] el único tema de política exterior del que habla la República Argentina es el de las Malvinas, no habla de otros temas, jamás. Hace unos cinco años, me visitó el coronel Eduardo de Casas y me mostró un expediente de 1833 que acreditaba cómo fueron tomadas las Malvinas. [Y me dijo:] “La única persona que puede evitar que se pierdan es usted”. Mi conmoción fue enorme. Como anexo, incorporé ese expediente a mi libro “Los tratados de paz por la guerra de las Malvinas. Desocupación y hambre para los argentinos” (Editorial Del Copista, Córdoba, Argentina. Año 2004). [En Argentina] hay una doble política. Por un lado, se habla en contra del ‘imperialismo’, pero por otro se omite todo lo que tiene que ver con propiedades privadas de ingleses [en Argentina]. La política de Malvinas dura ya dos siglos: ¿qué se hace [realmente] para echar al enemigo?

    La Unión Europea no es una Europa unida por la voluntad de avanzar, sino por la necesidad de defenderse. Por el tratado de Maastricht, Gran Bretaña impuso el euro a Europa, pero ellos se quedaron con la libra. El Imperio Británico es la inteligencia de Estados Unidos. [Recordemos que] en 1294 se fundó la bolsa de valores de Londres en Lombard Street: [desde entonces] tienen el poder financiero y la fuerza de la experiencia.

    [Recomiendo consultar:] “Historia de Inglaterra y de los pueblos de habla inglesa” [de Winston Churchill], hay que leerla, porque ellos, de la historia, sacan lo que debe continuarse y lo que no debe repetirse.

    ¿Merece la pena luchar? Sí, porque el objetivo [se logrará] con voluntad y perseverancia. Aunque el mal rige el mundo, la fuerza del bien tiene el tesón que no tiene la fuerza del mal.


    XXX. (H.U.):¿Cómo es posible luchar en pro de la unidad hispanoamericana en medio de un ambiente de profunda hispanofobia?

    (J.G.): Sembrando la verdad, por internet o por otros medios.


    XXXI. (H.U.): ¿Cómo cree que sería un mundo donde existiese una potencia hispanoamericana soberana?

    (J.G.): Una Hispanoamérica soberana tendría un perfil que [destacaría] el triunfo del espíritu, de la cultura [propia], la fe en una misión que va más allá de la [propia] vida y la alegría y felicidad [del hombre] por encima de las empresas.


    XXXII. (H.U.):¿Qué acción práctica recomendaría Ud. a todos los hispanos que lean esta entrevista y que sueñan con una Hispanoamérica unida?

    (J.G.): Que profundicen estos conceptos que hemos bosquejado [en esta entrevista] y que [luchen] todos los días. Que no tengan miedo, porque es terrible tenerle miedo al miedo. La cuestión es luchar todos los días, para conseguir lo que se desea, para que al final el deseo se cumpla. La lucha es intelectual, con el arma del pensamiento. Nunca con la fuerza. El pensamiento que se expande como solución de los angustiosos problemas que sufrimos desde hace 200 años cuando Gran Bretaña nos separo de España, producen una cibernética de consentimiento.

    Al respecto, es de recordar que cuando Gran Bretaña perdió los Estados Unidos, el ex Primer Ministro William Pitt , “el Viejo” (1708 – 1778), que era parlamentario fue interpelado por todos sus pares a raíz del desastre que era para Gran Bretaña la pérdida de sus dominios en América del Norte. Con su flemática inglesa, con toda serenidad expresó: “Cálmense señores. Los quebrantos de los hombres y de los reinos quedan recuperados, inmediatamente, en un cincuenta por ciento por lo menos cuando las cosas se analizan con realidad y decidida verdad.”

    El apotegma predicho es el que nunca tuvo Hispanoamérica donde todos sus problemas que desencadenaron en sangrientas guerras y postración económica, fueron analizadas por los políticos de turno por palabras frondosas y adjetivos calificativos.

    En definitiva, un programa integral, económico y jurídico para toda Hispanoamérica nunca fue elaborado por ninguno de los presuntos próceres (con excepción de Bolívar). Terminada la absurda lucha contra España a que los pueblos hispanoamericanos fueron inducidos por los ingleses, Simón Bolívar en 1826 convocó al Congreso Anfictiónico en Panamá, donde habrían de reunirse los representantes de virreinatos y capitanías generales para determinar el futuro de Hispanoamérica.

    Los británicos se hicieron presentes como veedores y disgregaron la única posibilidad que hubo entonces de unir a Hispanoamérica y buscar un destino común. Nacieron así los estados desunidos de Hispanoamérica opuestos a los Estados Unidos de Norteamérica.

    Las consecuencias de esta desunión las expresó muy bien Bartolomé Hidalgo (de Montevideo) en 1820, en un brillante poema que sintetizó la situación actual de Hispanoamérica a partir del momento en que fue desvinculada de España. El poema se llama “Diálogo entre Chano y Contreras” (1920). Dice así:


    En diez años que llevamos

    De nuestra revolución

    Por sacudir las cadenas

    De Fernando el baladrón

    ¿Qué ventaja hemos sacado?

    Le diré con su perdón,

    Robarnos unos a otros,

    Aumentar la desunión,

    Querer todos gobernar,

    Y de facción en facción

    Andar sin saber que andamos;

    Resultando en conclusión

    Que hasta el nombre de paisanos,

    Parece de mal sabor,

    Y en su lugar yo no veo

    Sino un eterno rencor

    Y una tropilla de pobres,

    Que metida en un rincón

    Canta al son de la miseria:

    ¡No es la miseria mal son!


    En síntesis, respondiendo a la pregunta, la acción práctica consiste en conversar y conocernos, porque en Hispanoamérica hay que diferenciar a los publicitados de los existentes. Los existentes que no tienen la publicidad de conceptos vacíos son muchísimos más y más talentosos.

    Necesitamos conocerlos. Y empezar a conversar. Este será el inicio de una Hispanoamérica unida. El poema argentino “Martín Fierro” lo señala categóricamente: “no son todos los que están. Ni están todos los que son”.

    Con todo esto, se podrá triunfar, pero al menos haciéndolo justificaremos ante Dios, fuerza de todas las fuerzas y causa de todas las causas, la vida y la existencia que nos ha dado.



    __________________________

    Fuente:

    Dr. Julio Carlos González: “Para unir a Hispanoamérica, necesitamos organizar a las fuerzas del pensamiento “ | Hispanoamérica Unida
    Última edición por Mexispano; 28/01/2016 a las 04:38

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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Se nos señala habitualmente a los Borbones como sinónimo de decadencia, pero no es así. De hecho, el siglo XVIII fue un siglo de recuperación frente a la decadencia que ya había empezado en los últimos años del augusto Felipe II. La recuperación empieza con Felipe V y se confirma especialmente bajo Fernando VI y Carlos III. No fueron perfectos, por supuesto que tuvieron fallos. Pero al menos, y probablemente eso fue lo más importante, nos libramos del avispero de guerras euro...peas en las que nos metieron los Austrias.

    Las políticas erróneas de los Borbones del XVIII, asimismo, no son muy diferentes del resto de políticas de la Europa de la época, desde Portugal a Rusia. Incluso para con los virreinatos americanos, con las torpezas que cometieron los Borbones, sin embargo, se suele omitir que convirtieron al Río de la Plata en uno de los puntos de referencia de la política y la economía hispanoamericana. Y es que el Río de la Plata, Vascongadas y Cataluña fueron posiblemente las zonas más beneficiadas por la política borbónica.

    __________________________

    Fuente:

    https://es-la.facebook.com/pages/Ant...13868212144988

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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Y si la Verdad existe no me cansaré de buscarla y no, no me cansaré de que me busque. Ya estuvo bien de “apología del nazismo”, ahora se viene “apología del colonialismo”, incorreción política revisada, corregida y aumentada. Si me odian y persiguen, que lo hagan de una buena vez y con todas sus fuerzas, aun cuando yo los ame a todos y a cada uno de ustedes. Y aunque ni todo lo escrito ni por escribir jamás se podría equiparar en ninguna forma a una sola de nuestras vidas sagradas, ésta no va por mí, ésta va por usted, señor Diego, va por lo que somos, va por mi palabra dada a usted de concluir esta obra. Si con el anterior se estremecieron dos Estados, que con QUITO FUE ESPAÑA: HISTORIA DEL REALISMO CRIOLLO se estremezca todo el continente hasta sus cimientos. Sólo me detendrá la muerte.





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  4. #304
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    ¿A QUE VINIERON LOS REVOLUCIONARIOS?

    Por Patricio Lons



    Para ser exactos, vinieron a dividir y debilitar por mandato de Londres. Independizar hubiese sido dejar un estado organizado con un sistema aceptado y factible y un proyecto de nación. Cosa que resultó imposible. Nuestra situación era distinta a otras intenciones de independencia. Hay una marcada diferencia con las trece colonias del Atlánti...co norte que se independizaron de Inglaterra, porque estas no conformaban una unidad espiritual con Londres, sino apenas comercial y no adherían al anglicanismo, el imperio inglés en América solo existía en la imaginación de Londres. En cambio, nosotros éramos una unidad espiritual y religiosa, es decir, constituíamos una misma civilización desde Madrid hasta Manila, pasando por nuestro continente de norte a sur. Algo así no puede ser independiente, pues al romper una unidad civilizatoria, esta se quiebra y desmenuza. ¿Que podíamos ser a diferencia de la metrópoli? ¿Cambiar de lengua o de religión? No era posible. ¿Que nos distinguía para convertirnos en otros estados? Así como no hay varias Rusias ortodoxas, tampoco puede haber varias Españas católicas.

    Hay un detalle interesante en los combates del Alto Perú, en ambos bandos costaba mucho mantener la disciplina y evitar las deserciones. Pues ¿quién tenía ganas de pelear contra sus propios compatriotas con quienes estaban divididos a causa de los revolucionarios? ¿Por cuál patria se peleaba cuando ambos estaban unidos por la misma civilización católica y castellana? El mismo pueblo que a un solo grito había enfrentado a la potencia invasora de 1806 y 1807, tenía reparos en pelear en la secesión o "independencia", algunos veían la misma mano inglesa y otros no entendían por qué debían matarse con quienes compartían lengua y tradición.

    ¿Qué pasaría si hoy un coronel Cañones, un gobernador Paco Voto Fraudulento y un diputado José Voto Cantado separaran a Chubut o cualquier otra provincia patagónica del resto del país? ¿Cómo se convencería a soldados argentinos chubutenses o no de pelear y matarse con sus hermanos? ¿Teniendo la moneda más fuerte y la civilización más fuerte del mundo nos debíamos separar? Nuestra historia no cierra bien.

    Se nota que faltaba fortalecer la civilización o faltaba fortalecer la secesión para lograr dos bandos de soldados totalmente convencidos para enfrentarse en el Alto Perú en el período 1810/20.

    Nosotros existimos por la gesta evangelizadora de España, no teníamos otra razón de ser. En nuestra desunión estuvo nuestra debilidad congénita. Y hoy, cada uno por su lado, hemos perdido lentamente nuestra unidad cultural. La última gran unión de pueblos hermanos se vió en 1982 durante la Guerra del Atlántico Sur. Encima, desde hace varias décadas, la cúpula de la Iglesia trata de descristianizarla y en eso perdemos cada vez, más elementos de unión. No hay solución sin restauración de nuestra civilización. En aquella época, la disgregación incluyó una fuerte persecución a la Iglesia, llegándose a envenenar a un héroe de la Reconquista de Buenos Aires, como fue Monseñor Lué. Entonces ¿Cuál era la verdadera intención revolucionaria? ¿Qui bono? ¿Quién se benefició y quien se perjudicó? Se benefició el comercio y la política inglesa y nos perjudicamos nosotros.







    __________________________

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    Última edición por Mexispano; 31/01/2016 a las 07:12

  5. #305
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    UNIVERSALIDAD VERSUS PARROQUIANISMO - QUITO VERSUS ECUADOR

    Territorios gobernados por quiteños y quitenses durante la Monarquía Universal Hispana (Imperio Español), siglos XVII-XIX, fondo rojo:

    En púrpura, Nueva España, incluyendo las islas del Caribe, la Florida y las Filipinas e islas oceánicas del Pacífico.

    En verde, Panamá – Tierra Firme.

    En amarillo, Quito.

    En verde oscuro, Charcas – Alto Perú.

    En azul, Buenos Aires – Río de la Plata.

    En azul oscuro, Cataluña.

    En verde claro, Andorra.

    En celeste, Galicia.

    La totalidad de la monarquía durante la regencia de Joaquín de Mosquera y Figueroa, en rojo.

    No se incluyen Popayán, Moxos y otras gobernaciones por encontrarse dentro de las anteriores.



    ---
    Territorios gobernados (?) por ecuatorianos durante la República del Ecuador, siglos XIX-XX-XXI, punteado en negro.
    ---



    No sé ustedes, pero para mí por ahí pasa y se define nuestra identidad.







    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/22216717786...type=3&theater
    ReynoDeGranada dio el Víctor.

  6. #306
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Expuesto por el historiador Ecuatoriano Francisco Núñez del Arco

    «"SLOGANS" DE LA INDEPENDENCIA. Toda generalización tiene riesgos. Como puede tener mi íntima convicción sobre las revisiones que requiere la historia nacional (ecuatoriana), urgentes y fundamentales, si queremos el verdadero retrato del país para conocerlo y proyectarlo hacia el futuro. Veamos sólo el siguiente punto y no es el mayor; la manipulación de términos con diversas finalidades como la política es antigua y universal. Pero fue extraordinaria la habilidad que tuvieron los políticos que forjaron la Independencia de Iberoamérica, tan hábiles que aun hoy usamos las mismas palabras y los mismos conceptos que a principios del siglo XIX acuñaron la literatura libertaria y las inflamadas proclamas que necesitaba la revolución. Con una agencia publicitaria digna de encomio por los resultados positivos que lograba, ellos alinearon a los americanos contra los españoles; ellos no reconocieron sino a los antepasados indígenas y rechazaron de plano a los abuelos españoles como usurpadores. Españoles de pura cepa o mestizos distinguidos, muchos de los próceres se atuvieron exclusivamente a las raíces americanas. Pasada la necesidad política de distorsión, sus inteligentes pero acríticos y parcializados "slogans" ajustados a su tarea, se leen en nuestros textos escolares cerca de 180 años después. En contrapartida a los estudiosos de hoy causa enorme sorpresa que manifestaciones tan "aborígenes" como la música, las fiestas, los bailes, el vestido y las comidas tengan tantos ingredientes total y absolutamente españoles. Y todavía no nos hemos referido al idioma y la religión.»


    - Gerardo Martínez Espinosa, 20 de octubre de 1992.

    __________________________


    Fuente:

    https://www.facebook.com/pages/Insti...48759081802598

  7. #307
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Otra prueba documental de que los anglosajones (británicos y estadounidenses) anhelaban la separación de los Reinos de Indias, y para eso destinaron recursos económicos así como apoyo militar a los llamados libertadores (por ejemplo, una parte de la tripulación de la flota de Cochrane en el Pacífico eran de los Estados Unidos). Todo esto en contra de los anti-hispanistas que nos llaman "conspiranoicos" cuando les hablamos de los planes de las potencias enemigas de España para su destrucción.

    La fuente es el libro 'América latina, de la independencia a la segunda guerra mundial' de Gustavo y Helene Beyhaut (dos historiadores franceses especializados en la América hispana), de la colección Historia universal, Editorial Siglo XXI.





    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/77125717629...type=3&theater

  8. #308
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    ASÍ NOS ENDEUDARON, ASÍ NOS ESCLAVIZARON. VENEZOLANOS, NEOGRANADINOS, GUAYAQUILEÑOS, PERUANOS, RIOPLATENSES E INGLESES PARTÍCIPES (TODOS COMISIONABAN) - BOLÍVAR RECONOCE LA CALIDAD DE "DESASTROSAS" DE LAS CONDICIONES DE LOS PRÉSTAMOS DE LA FINANZA BRITÁNICA:


    Instrucciones que el Jefe Supremo de la República peruana dicta a Don José Joaquín Olmedo y Don Gregorio Paredes encargados de levantar en Londres un empréstito nacional.


    El Congreso constituyente del Perú en sus decretos de 9 y 10 de Marzo último (como consta de las adjuntas gacetas) me ha facultado para tomar a préstamo á nombre de la República la cantidad de trece millones de pesos, ú otra que considere necesaria. Este empréstito debe levantarse en Londres a la posible brevedad para vencer los empeños contraídos por el Estado y proveer á su seguridad y fomento.


    Las noticias últimamente recibidas de Europa siendo de naturaleza pacífica, y habiendo comenzado la Gran Bretaña á cumplir sus promesas, reconociendo a los Estados americanos como naciones soberanas e independientes, no parece necesario levantar toda la cantidad señalada por el Congreso.


    Consiguientemente he resuelto que, á tenor del artículo 11° de la Contrata de 11 de Octubre de 1822. [ecu? Hay un agujero… brada] entre Don Juan García del Río y Don Diego Paroissien [agujero] en nombre del Perú, y Mr. Rinder, solo se tome por ahora lo cuantioso [sic] de dos millones de libras esterlinas.


    Mas si Mr. Juan Parish Robertson hubiere realizado el empréstito de cuatrocientos mil libras que se le encargó en las instrucciones de 21 de Agosto de 1823 según promete en su carta de 28 de Diciembre último, los Comisionados solo deberán contratar por la cantidad de un millón y seiscientos mil libras esterlinas.


    Decisiva la suerte de la América y la independencia particular Perú, por las victorias de Junín y de Ayacucho, parece que deberá obtenerse dicha [licencia] con facilidad y bajo condiciones infinitamente menos desastrosas que las del citado contrato de 11 de Octubre de 1822. La organización dada á la República, la estrecha amistad que la une a la de Colombia, y la confederación íntima de todos los estados americanos; son garantías de la estabilidad del nuevo orden de cosas, de la sucesiva prosperidad del País, y de la posibilidad de llenar las obligaciones que contrajere.


    Pero no por eso deber señalar límites fijos á los agentes con respecto á las condiciones del contrato que han de celebrar: Tengan solo entendido que el Gobierno recibió y no admitió proposiciones de personas establecidas en el País, las que ofrecían un préstamos á 8-9 [porciento] mensual. Que los Comisionados guiados por sus luces, probidad y patriotismo, sabrán aprovechar felizmente las circunstancias, y lograr el partido más ventajoso para la República.


    Puestos de acuerdo los comisionados con el mencionado Robertson, verán si es posible ligar de tal modo el empréstito de cuatrocientos mil libras al de un millón y seiscientos mil que se les manda levantar, que no formen más que una masa, ni aparezcan sino como el segundo empréstito contratado por el Perú.


    Estas negociaciones deben tener la publicidad que asegure la concurrencia de prestamistas y el choque de sus intereses logrando así términos más favorables, y que al mismo tiempo ponga a cubierto a la administración y a sus agentes de ruines sospechas. Al efecto invitarán los comisionados a los capitalistas, por medio de los papeles públicos a que formalicen sus proposiciones y las dirijan en pliegos cerrados durante el plazo que se señale, sea a la habitación de los comisionados mismos, sea a otra que a ella pareciere más conveniente. Cumplido el plazo, se abrirán los pliegos, y le aceptará la proposición más ventajosa, dándole también publicidad.


    9 ° Al Capital que fuese produciendo sucesivamente el contrato, dispongo se le den dos destinos. La mitad deberá ser remitida a esta Capital, es decir, una tercera parte en numerario por la vía del Cabo de Hornos, otra tercera parte también en numerario por la del Istmo de Panamá y tercio restante en letras sobre Casas de Comercio solidas, cuidando de no girar gruesas cantidades sobre ninguna. De la otra mitad que le queda en Londres, y que deberá depositarse en el banco a nombre de la república, ira paulatinamente disponiendo el Gobierno, ya girando letras a favor de los acreedores del Estado ya ordenando la compra de objetos útiles para el país.


    10° El manejo de los fondos bajo la intervención común de los comisionados, correspondo a Don Juan Jose Sarratea quien percibirá medio por ciento de comisión.


    11° Los comisionados tomarán cabal conocimiento de la citada contrata de 11 de octubre de 1822, cuyas estipulaciones no han sido exactamente cumplidas por parte de M. Rinder Svendao que le tendrá razón para alegar la triste posición que le hallaron los negocios públicos del Perú; pero también podremos exigir que no le se nos quiera obligar a llevar con mas austeridad que el empresario nuestras obligaciones, y para los mismos motivos.


    12° Se enterarán igualmente de las cuentas documentadas que debe presentar Rinder a Mr. Robertson, y este promete remitir cuanto antes el gobierno; y transmitirán al propio tiempo las observaciones relativas a aquellas que les infiriere su celo.


    13° Del mismo modo examinaran las cuentas que forme Mr. Robertson comunicando al Gobierno sus observaciones sobre ellas.


    14° A su tiempo tendrán cuidado de formar también cuentas detalladas del nuevo empréstito, inversión de fondos, sea a consecuencia de libranzas del gobierno, o de compras que ordene, y gastos que se originen; a fin de que en todo tiempo resulte comprobada la pureza del manejo de cuantos intervengan en este negocio.


    15° En el artículo 5 de las instrucciones dadas a Mr. Robertson en agosto de 1823 se le previno que de los fondos del empréstito de Kinden se pagasen las letras fijadas por el anterior Gobierno el 19 de junio del mismo por conducto del ministerio de Hacienda consiguientemente se acompaña de los comisionados una nota de las letras que en virtud de otra resolución del congreso no han debido ser satisfechas a fin de que se informen de si ha sido obedecida, y en caso contrario, invitan en que la cantidad a que asciendan las letras no sea abonada por el Perú en su cuenta con el expresado Kinder.


    16° Mr. Fletcher apoderado de Mr. Kinder en esta Capital ha solicitado según aparece de los papeles adjuntos, que se le paguen Libras tres mil seiscientas treinta y cuatro, cinco chelines, dos pervilas. Resto de mayor cantidad que dice se le deben para una comisión de medio penique en peso concedida al mismo Kinder para satisfacer los gastos cansados por la venida al Perú de su agente Mr. Proctor encargado de girar contra los fondos del empréstito de semejante concesión no hay otro antecedente en el Gobierno, sino la noticia de que en tiempos pasados se pagaron a Proctor diez y siete mil pesos a cuenta de premio. Los comisionados conocerán que esta exacción es injusta, después que Kinder ha logrado tantas ganancias y procuraran libertar al Perú de esta carga. Pero en caso de que reputen prudente cedan sobre este punto quedan autorizados para abonar la enunciada partida.


    17° El mismo Fletcher ha reclamado el envío de la cantidad a que asciende el dividendo de medio año correspondiente al empréstito, y el primer pago de amortización conforme a los términos de la contrata. Debiendo existir en poder de Kinder cantidad más que suficiente para llenar estas obligaciones, los Comisionados arreglaran con él este negocio, y abonarán en cuentas las partidas.


    18° Usando de prudencia y delicadeza, tomarán los comisionados cuenta a D. Juan García del Río y D. Diego [Paroissien] de las varias sumas de dinero que han percibido entre ellas la de treinta y dos mil pesos que se les entrego a su partida de Lima; la de diez mil libras que percibieron de Linder, y la de nueve mil que parece percibieron ulteriormente, aunque de resultar exista una alteración.

    Deberán abonarles un sueldo y gastos legítimos hasta la llegada a Londres de Mr. Robertson en que debieron cesar en sus funciones. Los Comisionados podrán asegurar a dichos S.S. que esta medida no indica la menor desconfianza de su probidad, y que es imperada para la necesidad de presentar al futuro Congreso una relación exacta de la inversión de los fondos públicos.


    19° Las adiciones y aclaraciones que juzgue conveniente hacer el Consejo de Gobierno se obedecerán y cumplirán como si estuvieren contenidas literalmente en la presente instrucción = Dado en el palacio del Supremo Gobierno en Lima á dos de Abril de mil ochocientos veinte y cinco _ 6° de la Libertad y 4° de la república = Simón Bolívar = P.U. de I.E. =el Ministro de Hacienda = José Ma. de Pando



    (Colección Denegri, Instituto Riva-Agüero, Lima, Signatura FDL-0561.)






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  9. #309
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    La pérdida de la secular unidad hispanoamericana

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    “hasta última hora, hubo una posibilidad, y quizá una probabilidad, de que Hispanoamérica permaneciera unida (…) Muy rápidamente, sin embargo, se produjo la descomposición del mundo unido hispanoamericano”





    La unidad de Hispanoamérica (en color rojo en el mapa) se resquebrajó con las guerras de independencia. Sin embargo, la América portuguesa (Brasil) conservó su unidad.




    El siguiente texto es un fragmento del artículo titulado “Las independencias en América hispana”, de José María Iraburu, publicado en el sitio web Schola Veritatis.


    Las Trece Colonias primeras de los Estados Unidos se independizan en 1776. Y el estallido de la Revolución francesa se produce en 1789. No hay, sin embargo, por esas fechas en la América hispana un ansia de independencia respecto a la metrópoli, aunque sí es cierto que durante el siglo XVIII, vigente cada vez más el espíritu de la Ilustración, la acción de España en América pierde en buena parte su sentido evangelizador y se va endureciendo más y más, con lo que crecen las tensiones entre criollos y peninsulares.

    Sin embargo, los hispanoamericanos reaccionan todavía en favor de la Corona española con ocasión de la invasión napoleónica de la península (1807-1808), y constituyen Juntas que, acatando la autoridad de Fernando VII, pronto derivaron a ser auténticos gobiernos locales. En efecto, poco después la debilitación política de la lejana metrópoli y el sesgo liberal de las Constituciones de 1812 y de 1820, hacen que los grupos dirigentes criollos -políticos locales, clero, comerciantes y hacendados- se decidan a procurar las independencias nacionales. Y el pueblo llano, que se veía forzado a repartirse o bien al servicio de los dirigentes independentistas liberales o bien al de los realistas, más tradicionales, hubo de sufrir una serie de guerras civiles muy crueles, de las que salieron las independencias de las nuevas naciones.

    De este modo, en muy pocos años, y generalmente de forma improvisada, se decidió la suerte de un continente. El proceso no fue fácil. Los libertadores hubieron de enfrentarse muchas veces a las masas populares, que no veían claro aquel salto en el vacío, y que con frecuencia, por instinto, temían más la próxima oligarquía criolla que la lejana Corona española. Los propios dirigentes criollos se mantuvieron muchas veces dubitativos hasta última hora, cuando, ante la debilidad de Fernando VII, optaron por acrecentar su propio poder con la independencia.

    Por otra parte, los nuevos generales Bolívar, Sucre, San Martín, imitando a Napoleón -el héroe de la época, el que llevó sus banderas hasta Rusia, Egipto y España-, atravesaron también ellos los Andes y las fronteras incipientes, decididos a escribir la historia a punta de bayoneta, rubricándola con el galope de sus briosos caballos.

    No olvidemos, por lo demás, que unos y otros, políticos y generales, se vieron decisivamente apoyados por agentes extranjeros, principalmente ingleses, norteamericanos y franceses, hambrientos desde hacía siglos de la América hispana. Las logias masónicas, que ya en el XVIII habían difundido por el continente el espíritu de la Ilustración, anticristiano, racionalista y libertario, constituyeron entonces la red eficaz para todas estas conexiones e influjos convergentes.

    Bolívar, San Martín, Sucre, O’Higgins, fueron masones de alta graduación, lo mismo que Miranda y otros líderes de la independencia; y también lo eran en España muchos de los políticos liberales y de los militares que favorecieron la emancipación.

    Por último, como señala Salvador de Madariaga (Bolívar I,53), la invasión napoleónica de la península «impidió a España que reforzara a tiempo con sus armas la mayoría que en el Nuevo Mundo, hasta 1819, fue favorable a la unión».



    Fragmentación territorial

    A partir sobre todo de 1821 las independencias de las nuevas naciones de la América hispana se producen en cascada. Pero hasta última hora, hubo una posibilidad, y quizá una probabilidad, de que Hispanoamérica permaneciera unida, formando de una u otra forma una especie de Common wealth. Muy rápidamente, sin embargo, se produjo la descomposición del mundo unido hispanoamericano.

    Así fueron naciendo un buen número de Estados, que correspondían más o menos a las partes menores del imperio hispano, audiencias, capitanías generales o intendencias. Desde un principio, Miranda, Bolívar, Artigas, San Martín o Rodríguez de Francia, pensaron en una gran unión de naciones hispánicas; pero aquello era entonces sólo un sueño. La unidad real de México a la Patagonia había existido durante tres siglos, pero una vez rota, era ya irrecuperable. El presente de la América hispana estaba sellado por la división, y con relativa frecuencia por el enfrentamiento fratricida entre naciones vecinas.



    Historia falsa para naciones nuevas

    En todos los lugares ocurrió lo mismo: se hacía preciso y urgente crear una nueva identidad nacional. Pero la tarea que recaía sobre la oligarquía local era realmente muy difícil. ¿Cómo hacerlo? Era imposible fundarla en indigenismos ancestrales, menospreciados entonces, a veces múltiples y contradictorios, y en todo caso, a la vista de ciertas insurrecciones recientes, de muy peligrosa exaltación. Tampoco era posible acudir a la raíz hispánica, pues la emancipación se había hecho precisamente contra ella.

    Quedaba, pues, solamente afirmar la propia identidad nacional contra los países vecinos y más hondamente contra España, rompiendo lo más posible con el pasado, con la tradición, partiendo de cero, y procurando eliminar de la memoria histórica aquellos tres siglos precedentes de real unidad hispano-americana, que en adelante no serían sino un prólogo oscuro y siniestro del propio logos nacional luminoso y heroico.

    Todo esto, claro está, no podría hacerse sin una profunda y sistemática falsificación de la historia, que en la práctica habría de llegar a niveles sorprendentes de distorsión, olvido e ignorancia. Así, por ejemplo, sería preciso fingir que en las guerras de la independencia las naciones americanas se habían alzado, como un solo hombre, contra el yugo opresor de la Corona hispana. Sería urgente también engrandecer los hechos bélicos, y más aún mitificar los héroes patrios recientes, aunque a veces presentaran rasgos personales sumamente ambiguos.



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    Fuente:

    La pérdida de la secular unidad hispanoamericana | Hispanoamérica Unida

  10. #310
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    Re: Hay “otro” bicentenario




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    Re: Hay “otro” bicentenario

    jueves, 17 de marzo de 2016

    LAS NACIONES Y EL NACIONALISMO

    Imagen de culturaymexico.blogspot.com





    "Los que asesinaron a los “americanos” de la Junta de Quito fueron “ellos”, los “españoles”, aunque las tropas “españolas” estuviesen formada mayoritariamente por pardos de Lima, zambos americanos, tan americanos como los quiteños y, en la percepción de la época, bastante menos “españoles” que los miembros de la Junta; los responsables de las sangrientas represalias del Bajío novohispano fueron “ellos”, los “españoles”, aunque el general de las tropas “españolas” fuese el criollo Agustín de Iturbide, posterior héroe de la independencia, y la práctica totalidad de sus soldados y oficiales hubiese nacido en la Nueva España. Las naciones y el nacionalismo no fueron la causa de las guerras de independencia sino su consecuencia."


    Tomás Pérez Vejo - Nuevos enfoques teóricos en torno a las guerras de independencia, Revista Procesos, Quito 2011

    __________________________

    Fuente:


    ANTONIO MORENO RUIZ: LAS NACIONES Y EL NACIONALISMO
    Última edición por Mexispano; 22/03/2016 a las 05:04

  12. #312
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    Re: Hay “otro” bicentenario


  13. #313
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    LOS DOS SIGLOS DE INDEPENDENCIAS: CREANDO LA INESTABILIDAD NACIONAL Y FABRICANDO EL SUBDESAROLLO SOCIOECONÓMICO



    La inestabilidad permanente hace que la fuerza de un país se desgaste mediante enfrentamientos entre compatriotas civiles; entre ejército y pueblo; entre ejércitos de estados que mantienen la misma cultura hispánica dado que no hace mucho fueron partes de una misma nación. Se han malgastado las fuerzas que deberían y debieron de ser destinadas para aquello que todo ser y unidad nacional ha de llevar a cabo; avanzar hacia el beneficio común. Y al contrario, este avance ha sido lento y tortuoso, en ocasiones retrocediendo hacia atrás para volver a retomar el camino hacia adelante.

    En resumen ésta es una visión que ha acompañado a una historia de dos siglos de republicanismo supuestamente independiente; periodos de estabilidad han sido relativamente cortos; lo que hacían unos gobiernos, lo deshacían otros y vuelta a empezar.

    ¿Y cómo es posible que los españoles en menos de tres siglos levantaran una civilización hispano-indiana llena de cultura y riqueza en el que el nivel de vida en todas las clases sociales era superior al de las naciones europeas de la época? La respuesta es sencilla; haciendo primar la paz social sobre todas las cosas.

    Durante las épocas virreinales –mal llamadas coloniales- y hasta las revoluciones independentistas de principio del siglo XIX, los periodos de inestabilidad fueron muy escasos en comparación con los periodos de paz; mediante una fuerte ética y moral católica se consiguió una armonía entre la conjunción del viejo y del nuevo mundo en la América Hispana, de todo ello hay innumerables testimonios y vestigios palpables de los que nos podemos percatar si estamos abiertos a saber y comprender. Por poner un ejemplo, en el censo que mandó realizar Carlos III, en el virreinato de Rio de la Plata dos terceras partes de la población eran descendientes directos o indirectos de guaraníes, y muy lejos de ser esto un problema, esta realidad era una gloria. Para que quede más clara la razón por la que primaba la paz dentro de esta enorme diversidad, antes de este censo, si le hubieran preguntado al mismísimo emperador Felipe II si él se consideraba hispanista, habría pensado que su interlocutor estaba loco, pues no sólo era rey sólo de los hispanos, sino también de los incorporados imperios de los incas, de los mexicas, de los descendientes de los mayas -cuyas aristocracias fue incluidas y consideradas como tales-, de los mapuches -cuya nación fue reconocida y tratada por la Corona Española como tal-, etc. Esta es la enorme y sustancial diferencia que caracterizó a la Monarquía Universal Católica del resto de los imperios de escala mundial; que se trataba de sumar y no de restar, que se trataba de incluir y no se excluir ni aniquilar como hicieron franceses, portugueses y británicos.

    ¿Qué fueron duros los trabajos en las minas? Sí, obviamente el trabajo de minero, ni ahora ni antes, nunca ha sido de color de rosa, pero tampoco eran esclavos como cuenta la Leyenda Negra, se les pagaba un sueldo justo cuyas contabilidades se pueden consultar en los archivos históricos.

    ¿Qué hubieron abusos? También, pero no fueron por mandato de la Corona ni de las instituciones virreinales, sino por gentes que actuaba de formal totalmente ilegal y que si eran descubiertos eran irremediablemente enjuiciados, además no se puede hacer historia a raíz de estas anécdotas, pues los aspectos positivos tan frecuentemente ignorados fueron deslumbrantes en comparación con aquellos que llevaban a cabo sus fechorías infringieron Las Leyes de las Indias.

    Así pues, gracias a la estabilidad conseguida siempre avanzando hacia el bien común conforme los parámetros que marcaba la religión católica, este mundo hispano-indiano nadaba en la abundancia de recursos agropecuarios, lo que repercutía en la felicidad de sus gentes que tenían las necesidades primordiales satisfactoriamente cubiertas. Sobre el virreinato del Rio de la Plata (hoy Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay y parte de Chile) un alto mando británico en 1711 escribió los textos citados a continuación; habría que recalcar como curiosidad que los animales mencionados no son originarios del continente americano, fueron especies traídas de los campos de Castilla y Andalucía; de la actual España.

    “La felicidad de este feliz país excede lo creíble. Sus ricas llanuras, que son las mayores del mundo, de cincuenta y algunas de 60 leguas de circunferencia, están tan cubiertas de ganado que solo pueden creerlo aquellos que lo pueden ver.”

    “…las perdices son a penique la pieza, y que la carne de vaca, ternera, cordero, liebre, conejo, pollos, aves salvajes, etc., etc., valen proporcionalmente y en cuanto a lo saludable del clima que corona todas las otras bendiciones, no es excedido en toda la superficie del globo y por esta razón fue llamada Buenos Aires.”

    Hasta que todo dio un fuerte golpe de timón que nos hizo desviarnos drásticamente de ese camino. Previamente se ha de anotar que muchas de los levantamientos que hoy nos los cuentan como “gritos de libertad”, fueron en realidad alzamientos en defensa de la fidelidad al rey, al igual que las Juntas que se crearon, no se hicieron en principio por intereses independentistas, más bien, en nombre del rey Fernando VII se firmaban las actas para preservar el orden de las cosas frente a la invasión napoleónica en la península ibérica que amenazaba con cambiar todo aquello por lo que Las Indias Occidentales habían sido concebidas mediante decretos del hermano de Napoleón, José Bonaparte, el impopular “Pepe Botella”. Lo que ocurre es que más tarde reescribieron la historia para que pareciera un conflicto de España sí, España no, cuando en realidad en las revoluciones llamadas de independencia no se llegó a mandar ningún contencioso militar desde la metrópolis ibérica, fueron guerras entre los propios americanos por una cuestión de; o preservar los valores del antiguo régimen o instaurar las ideas ilustradas nacidas de la Revolución Francesa de 1789.

    Las fundaciones de las repúblicas hispanoamericanas que hoy todos conocemos, no fueron tan glorificadoras y triunfantes según el ideal que nos quieren hacen ver de pueblos que una vez librados del yugo español alcanzaron su libertad en unión y armonía. Esta visión simplista no corresponde con una realidad de extrema complejidad; se abolieron los títulos nobiliarios y los privilegios de los pueblos originarios, de modo que hubo que aplastar multitud de revueltas de quienes no aceptaban de ninguna manera estos nuevos regímenes; se pidieron grandes créditos a los banqueros británicos para poner los nuevos estados recién creados a funcionar (instituciones, ejércitos, funcionarios, etc…), lo que nos asfixió económicamente por la enorme deuda que hubo que pagar desde ese momento; se tuvo que entrar en guerra con repúblicas vecinas por desacuerdos sobre fronteras que antes no existían, así como secesiones varias formándose repúblicas de otras repúblicas, quedando también afectados el tránsito del ganado y de la población que antes podía desplazarse de una zona a otra en libertad, de modo que importantes grupos de población demandaban infructuosamente que el rey de España enviase sus tropas para volver a reunificar Hispanoamérica, y aún peor que lo anterior; todo el poder ya no era para alcanzar la estabilidad política y la paz social que beneficiaba al bien común, todo el poder ya únicamente servía para mantener al propio poder, había que hacer posible a toda costa que los débiles lazos que sustentaban las repúblicas surgidas como de la nada cuyas actas de independencia fueron firmadas en salones a puerta cerrada -más con la improvisación que con la proyección previa y organizada-, todo uso de la autoridad fue empleado para que los recientes estados y sus sistemas no se desquebrajasen, usando mano de hierro y fuerza militar para tal fin. De modo que se anteponía la existencia de unas repúblicas con el eslogan de “igualdad, libertad y fraternidad” ante todas las cosas, como dijo el libertador San Martín; “Seamos libres, lo demás no importa”, -lo que primaba era la independencia, el precio que había que pagar por ello no-.


    Se pasó de unas sociedades de floreciente economía, donde el dinero corría como la espuma debido al fluido tráfico comercial del Pacífico con Filipinas, China, Japón, etc., donde cuidaban mucho de que Inglaterra no expandiera sus tentáculos mediante leyes que prohibían el comercio con ellos, a una sociedad divida en diferentes estados en conflictos territoriales, enemistada con los sucesivos gobiernos que usaban la fuerza para mantenerlos a raya, y fuertemente invadida por las finanzas extranjeras. Quizá porque los intereses ingleses a partir de ese momento ya tenían las puertas abiertas; George Canning en 1824, tras firmar el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con las Provincias Unidas del Río de la Plata (actuales Argentina, Uruguay y Bolivia) exclamó lo siguiente en el parlamento británico; "La cosa está hecha, el clavo está puesto. Hispanoamérica es libre y si nosotros no gobernamos tristemente nuestros asuntos, es inglesa".

    Winston Churchill, otro máximo representante de la política británica durante sus dos mandatos de 1940-1945 y 1951-1955, quién se repartió el mundo junto a Roosevelt y Stalin tras la segunda guerra mundial, era bien conocedor que la estabilidad y el progreso van siempre de la mano. No se puede prosperar en constante lucha de intereses creados y, por el contrario, en tiempos de paz se da un gran paso hacia delante pues todas las energías convergen sin impedimentos ni perturbaciones en mejorar las condiciones socioeconómicas mediante el progreso, creando formas para enriquecerse uno, repercute en el enriquecimiento del otro y así salen ganando todos. Esta idea se la hacía llegar Churchill a su país, con estas palabras lo promulgaba;

    “No veía la razón de por qué las viejas glorias de Iglesia y Estado, de Rey y Patria no habían de reconciliarse con la moderna democracia; o por qué las masas del pueblo trabajador no habían de llegar a ser los principales defensores de aquellas antiguas instituciones por medio de las cuales se habían conseguido sus libertades y progresos. Es esta unión de pasado y presente, de tradición y progreso, esta cadena de oro jamás rota porque a ninguna excesiva tensión fue sometida, la que ha constituido el mérito y la cualidad soberana de la vida nacional inglesa.”

    Mientras tanto en la Argentina, el militar Juan Domingo Perón presidente de la república de 1946 a 1955 al llevar a cabo una política de protección al trabajador ganó gran popularidad al contentar a las clases medias, lo que repercutió en una paz social en la que se consiguió el milagro; Argentina pasó de ser una región proveedora de recursos ganaderos y agrícolas a potencias anglosajonas -en lo que se convirtió a raíz del tratado de amistad, comercio y navegación antes citado- a una superpotencia industrial con capacidad de decisión propia y poder suficiente para conducir su futuro. Claro está que esos no fueron los planes que desde los inicios de las proclamaciones de independencia se le reservaba a Argentina y al resto de Hispanoamérica (Latinoamérica). Así que Winston Churchill dejó bien claro su posición al respecto y las medidas a tomar en consecuencia para volver al status quo anterior que beneficiaba los intereses británicos, además fue un acuerdo de la mano de sus colegas ganadores de la 2ª Guerra Mundial Roosevelt y Stalin -Estados Unidos e URSS respectivamente- que se puede leer en la Conferencia de Yalta de 1945 donde decidieron cómo iba a ser el mundo tras la guerra;

    “No dejemos que Argentina sea una potencia, arrastrará tras de sí a todo América Latina… La estrategia es debilitar y corromper por dentro a la Argentina, destruir sus industrias, sus fuerzas armadas, fomentar divisiones internar apoyando a bandos de derecha e izquierda. Atacar su cultura en todos los medios. Imponer dirigentes políticos que respondan a nuestro imperio. Esto logrará la apatía del pueblo y una democracia controlable donde sus representantes levantaran sus manos en masa, en servil sumisión…”

    Sea porque mediante influencias e intrusismos les salieron bien estos planes o por otras circunstancias, Perón fue derrocado mediante un golpe de estado en 1955, entonces Churchill tampoco disimuló su alegría; “La caída del tirano Perón en Argentina es la mejor reparación al orgullo del Imperio y tiene para mí tanta importancia como la victoria de la segunda guerra mundial, y las fuerzas del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida, ni tampoco después de muerto.” Al decir que no descansarán ni después de muerto se refieren a que la conjura terminaría tras demonizar su memoria, ya sea por tildarlo de dictador, ya sea por tildarlo de militar nazi, ya sea por tildarlo de antidemocrático, ya sea por la creación de un frente antiperonista dirigido por el embajador estadounidense Spruille Braden para su derrocamiento, ya sea por la subvención y apoyo de la Unión Soviética a grupos subversivos de ideologías marxistas que decían ser los poseedores de la verdadera voz de los trabajadores pero no crearon nada constructivo sólo desordenes y discordias, o ya sea por la fundación de un partido peronista que nada tiene que ver con los políticas económicas que instauró Perón llevando al país platense a la crisis perpetua sin que nadie sepa muy bien explicar el motivo y la razón de esta caída.

    Se volvió así a la inestabilidad social que va de la mano de la corrupción y el subdesarrollo socioeconómico.





    Bibliografía;


    Una propuesta para humillar España” Escrita en Gran Bretaña por una persona de distinción. 1711

    Conferencia de Yalta”. Churchill, Roosevelt y Stalin. Del 4 al 11 de febrero de 1945

    Las Indias no era colonias” Ricardo Levene. 1951

    Breve historia del siglo XX” Fernando García de Cortázar. 1999

    Españoles que no pudieron serlo. La verdadera historia de la independencia de América” Jose Antonio Ullate Fabo. 2009

    La involución hispanoamericana. El caso argentino 1711-2010” Julio C. González. 2011











    __________________________

    Fuente:

    https://es-es.facebook.com/SomosHijo...596310660409:0
    Erasmus dio el Víctor.

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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Les dejo un brillantísimo artículo de mi amigo, el gran historiador ecuatoriano, don Francisco Núñez del Arco Proaño:


    QUITO FUE ESPAÑA:

    HISTORIA DEL REALISMO CRIOLLO



    ¿La Independencia liberó a los pueblos de sus opresores? ¿Cómo explicarse que la llamada Guerra de Independencia haya durado más de 15 años en la América del Sur? ¿Cómo explicarse que nuestra región, llamada en nuestros días América latina, sea la más involucionada del mundo tan sólo después de África? ¿Cuáles son las causas de todo esto?

    Es en el período que ha sido denominado como Independencia, cuando se conforman los actuales Estados-nación de la América hispana o mejor dicho, de la España americana, por la acción de un puñado de hombres sedientos de más poder y riqueza de los que ya gozaban y bajo los intereses británicos de división y dominación de nuestro continente, es entonces cuando podemos encontrar estas respuestas. Allí podremos encontrar la raíz de las dolencias que nos aquejan hasta el día de hoy. La acumulación desequilibrada de la riqueza y de la tenencia de la tierra, el estancamiento en una fase agraria de nuestros países y sociedades, la nunca realizada revolución industrial y la ausencia de desarrollo cultural, político, económico y hasta científico-técnico encuentran su explicación en el período de la independencia y lo que ocurrió en las décadas inmediatamente siguientes producto exclusivo de esta etapa.

    Que la Independencia o las independencias hayan liberado a los pueblos de sus opresores es una falacia absoluta que no se sostiene en investigaciones históricas sino en la mitología e ideología oficiales que sirvieron y sirven para justificar la existencia de las repúblicas americanas, medios de explotación del colonialismo financiero internacional.

    ¿Quiénes eran y son los opresores y cuáles los oprimidos?

    Una evidencia de lo sucedido es que la Guerra de la Independencia en América del Sur, duró más de 15 años, casi el triple de tiempo que la Segunda Guerra Mundial, y eso considerando la convicción y tenacidad de los alemanes. ¿Cómo y por qué se extendió tanto un conflicto donde se ha supuesto que la mayoría de la población nativa: criollos, mestizos, indios, negros, mulatos y demás castas, se encontraba a rajatabla a favor de la separación, de la independencia?

    Las últimas guerrillas realistas durante la independencia en rendirse fueron: 1839, capitulación de las guerrillas realistas indias del Perú. 1845, rendición y exterminio de las guerrillas negras, pardas y mulatas dirigidas por un indio en Venezuela. 1861, derrota de los últimos reductos realistas de Sudamérica en la región india de Araucanía al sur de Chile -nunca incorporada al Estado Hispánico, curiosamente-. Es más que notable que los últimos reductos realistas en América del Sur hayan sido sostenidos y defendidos por personas de los grupos humanos que supuestamente habían sufrido el saqueo de cientos de años.

    Nuestra historia oficial, difundida mediante la educación formal confunde y divide a propósito a los ecuatorianos, facilitando de esta forma su control y sometimiento mental. La futilidad de la historiografía oficial contiene contradicciones insalvables que afectan a las psiquis de quienes la conocen, contradicciones que sólo pueden considerarse salidas de mentalidades esquizofrénicas o mal intencionadas, o producto de ambas. ¿Cómo entender que los Incas pasan de ser genocidas y brutales invasores extranjeros que sometieron al épico y rebelde pueblo caranqui quitu-cara, verdadero núcleo de la nacionalidad moderna ecuatoriana -concepto europeo éste, por cierto- en episodios como Yahuarcocha cerca de 1520 y que esos mismos incas en 1534 sean heroicos resistentes a la invasión colonial española, entregando su vida por el núcleo de la nacionalidad moderna al cual anteriormente habían arrasado? ¿O cómo explicar que los libertadores son en 1822 padres de la patria, colosos y redentores nacionales a los cuales les debemos homenaje y tributo eterno, sin quienes seguiríamos en el oscurantismo y la explotación colonial y que los mismos libertadores para 1830 sean militaristas extranjeros, tiránicos usurpadores de la soberanía nacional, causantes de la postración de la república? ¿Cómo asumir los hechos de que la «generosidad del apoyo británico a la Independencia» se transforme casi de inmediato en medio de dominación a través de la Deuda Inglesa en la época republicana o cómo se puede considerar a la independencia como un hecho puramente local latinoamericano con la determinante actuación de las potencias internacionales sobre el continente en ese período? No, estas contradicciones no son producto del azar o de la casualidad, son el resultado del interesado criterio de quienes escribieron la historia para beneficio propio y perjuicio de todos los demás.

    Psicopatología sería más propiamente lo que aconteció y acontece con aquellos individuos que sufren de auto-odio, de hecho el criollo, el mestizo, el indio hispanoamericano reniega de todas sus raíces, quisiera ser inglés o estadounidense o francés o italiano o lo que sea, menos ser ellos mismos, menos ser hispano-indios.

    Siempre será más fácil asumir la posición alienante de víctima, echándoles la culpa a monarcas muertos hace siglos de nuestros problemas y males, antes que asumir nuestra responsabilidad en nuestro momento actual como beneficiarios de nuestra propia herencia bio-psico-histórica, finalmente el destino de nuestros países es el que nosotros lo labremos con nuestras propias manos de ahora en adelante. Vivimos permanentemente engañando y engañándonos, sin querer asumir nuestra responsabilidad.

    El criollo hispanoamericano trata de hacerse pasar por indio cuando no lo es, como un medio cómodo de cortar la dependencia, tanto en lo que se refiere a Europa como a Estados Unidos. El indigenismo es una forma de facilismo ideológico.

    La fijación con la figura del padre, desde la mitificada y mitificadora independencia que se constituyó en una revuelta en contra de la imagen paterna simbolizada y representada por la Monarquía, dejando vacío después ese espacio en el inconsciente colectivo, dejando un país huérfano; hasta nuestro momento actual donde los destinos del país están en manos de un hombre profundamente marcado por la relación de conflicto con su padre, también huérfano.

    No deja de ser llamativo que si bien la sociedad ecuatoriana es profundamente matriarcal –con las debidas excepciones-; nótese por ejemplo las diferencias entre la celebración del Día de la Madre con el Día del Padre; por otro lado produce hombres dependientes de esa relación con el matriarcado –mamitis aguda, de quienes remplazan a su madre por su esposa, por ejemplo- y de profundo rechazo al padre, lo que da la pauta para su comportamiento social y público. Imponiéndose así, implícitamente, moral de mujer al hombre. Hasta para insultar se lo hace con una de las denominaciones vulgares del aparato reproductor masculino: ¡Esto o aquello «vale verga»! Nadie dice ¡Esto o aquello vale vagina! Yo por mi parte no insulto al pene, al pene hispánico dador de nuestra propia existencia, quizás la mayor responsabilidad de esto es justamente la de los padres que no han hecho valer su presencia como corresponde.

    La Monarquía Universal Hispánica no era un sistema perfecto, evidentemente no lo era, como no lo es toda creación humana. Donde está el hombre está el error, sin embargo, la misma reconoció su falibilidad y se fundó sobre bases de realismo socio-político que le permitieron mantenerse coherentemente en el espacio y el tiempo, a diferencia de las repúblicas que le sucedieron endeblemente mantenidas en sucesión infinita de ilusorias constituciones de papel higiénico, guerras civiles, revoluciones de cuarto de hora, golpes de Estado y fraudes electorales. La Monarquía Hispánica, se consolidó en su época como la estructura política más importante que haya existido hasta ahora en los últimos cinco siglos a nivel mundial, sostén de multiplicidad de etnias y matriz de diferentes pueblos, fue demolida desde adentro en un plan excelentemente orquestado por la plutocracia apátrida residente en ambos lados del océano Atlántico y los eternos enemigos extranjeros que ha tenido España. La mal llamada independencia no consistió meramente en la separación de Quito de la Península y del resto de América, sino que cortó de cuajo el enorme y complejo sistema social, político y económico de la Monarquía Hispánica, que a pesar de sus numerosos defectos y múltiples errores funcionaba convenientemente para su integrantes. Una unidad, un sistema y una estructura política de alcance mundial que como la Monarquía Hispánica había demostrado durante siglos, ser real, siendo capaz de integrar nacionalidades antagónicas, tensiones sociales e intereses económicos dispares; a menudo conflictivos. Donde los estamentos superiores de América formaban parte integral de la élite imperial de la Monarquía, donde las necesidades de los más humildes eran reconocidas, protegidas y aún facilitando su promoción e integración. Enlaces familiares, logros políticos y económicos, pero sobre todo una unidad de destino, fines comunes y compartidos, así como relaciones de todo tipo, desde lo cultural a lo científico, sustentaban el tejido de la Monarquía Hispánica, en la cual cada reino y provincia integrante ya fuera en Europa, África, América o Asia, aportaba su singularidad particular incrementando un rico acervo común de forma orgánica, complementándose los unos con los otros, logrando así consolidarse como el primer poder verdaderamente global de la Tierra en toda su historia. Basada en su unidad, la Monarquía Hispánica, de la cual Quito formaba parte integral y por la cual lucharon y murieron denodada y heroicamente sus hijos criollos regando con su noble sangre la tierra que hoy pisamos, y Quito en correspondencia con su identidad imperial, obtuvo y mantuvo su participación efectiva y suprema en la política y la economía mundial, siendo, como parte de la Monarquía, no solo respetada sino temida y aún reverenciada en todo el orbe. Se trata de un intrincado tejido que servía de ancla a la Monarquía, que iban creciendo conforme lo hacía su población y su economía, proveyendo un espacio integrador común, político y económico capaz de dar respuesta efectiva a cualquier disquisición partidista surgida en su interior, contendiendo a las presiones externas y permitiendo de esta forma que el complejo equilibrio de poderes funcionara razonablemente bien de forma sostenida durante tanto tiempo y espacio.

    Canonizados si no sacralizados, los llamados libertadores, autores de este ignominia desastrosa denominada independencia, no son objeto de crítica o de estudio, sino de idolatría y culto por parte de la oligarquía académica –aunque, evidentemente, no toda la academia forme parte de esa-, sustentadora de la oligarquía socio-política-económica, que no permite sacrilegio alguno de sus figuras y acciones; esa misma oligarquía académica dueña o usufructuaria de escuelas, colegios, universidades e instituciones educativas y culturales públicas y privadas, la cual impone su visión unilateral, totalitaria y dogmática de los hechos históricos a diestra y siniestra, la cual borró a la Monarquía Universal Hispánica de sus registros después de la independencia, que sólo enseña de la Conquista y la Independencia pero se engulle tres siglos de historia conjunta entre América y Europa, que construye cárceles mentales donde se obliga a reverenciar a ídolos de barro para su propio mantenimiento y conveniencia, y que además pretende ejercer una inquisición del silencio y una policía del pensamiento para vigilar y aún castigar las herejías y traiciones que pudieran afectar a la estructura de engaño, expoliación, fraude y estafa establecida y mantenida desde hace dos siglos en nuestro país y en nuestro continente, por sobre quienes se atreven y nos atrevemos a pensar, a investigar y a buscar la verdad por nosotros mismos.

    ¿Cómo, entonces, se ha escrito sobre la independencia de Quito? Pues, a base de corrección política, liberalismo político, marxismo clásico y cultural, fetichismo constitucional kelseniano, relativismo conceptual y semántico, anacronismos ideológicos y chauvinistas típicos -ni hablar de los jurídico-políticos, V.g., la visión lineal de su interpretación-, como llamar colonias a los territorios de los Reinos de las Indias, o llamar ecuatorianos a personas que nacieron y murieron antes de que el Ecuador siquiera existiera, o llamar naciones a las culturas prehispánicas que nunca fueron tales. Repitiendo las fórmulas clásicas de los historiadores patrioteros, citando refritos como de costumbre (casi queriendo citar al Terruño). Publicando los mismos documentos de siempre. Desconociendo de relaciones internacionales, de geopolítica, de historias de las ideas, de historia social, así como de genealogía y nobiliaria. Y, por supuesto, repitiendo con el lirismo acostumbrado hasta el cansancio que Quito era más independentista que la independencia y más libertario que la libertad… Queriendo incinerar en la neo-inquisición democrática lo que no comulga con la pretendida lógica de las ideas bolivarianas-alfaristas-liberales-neoizquierdistas (así de largo, contradictorio y absurdo es este pensamiento, consecuente nada más con el proceso de decadencia moderno). Lo ha dicho Pablo Andrés Brborich refiriéndose a la severidad de la verdad: «Qué mayor seriedad que la verdad.»

    Latinoamérica, que no la América Hispánica, es invulnerable al desaliento. No importa cuántas veces fracase nuestro sistema político republicano basado en irrealidades desde hace dos siglos, lo seguimos intentando. Aunque no se concrete y no se vea posibilidades de concretarse ineludiblemente, siempre deberá realizarse a futuro, aun cuando nos hayamos dado con la misma piedra en los dientes diez mil veces. Una bella ucronía, casi tan bella como la del socialismo científico soviético que nunca llega a concretarse, pero que como género literario es envidiable. Nosotros los latinoamericanos conocemos el mejor sistema de gobierno que jamás se haya querido experimentar, aunque siempre quede en experimento. El hecho de que hasta ahora no se haya llevado acabo, es la más patente prueba de que se lo llevará más adelante y así hasta la eternidad. Hoy no hay república, mañana sí. ¡Volvamos mañana, pues!

    La epopeya realista criolla americana con sus tintes terribles, con sus ribetes desoladores, con sus luces enceguecedoras y sus sombras pasmosas; con los cientos de miles de muertos, de masacrados, de fusilados, de azotados y humillados públicamente, de condenados al ostracismo sin regreso, muriendo lejos de sus lares, separados para siempre de sus familias y los suyos, despojados de sus bienes, perseguidos hasta la infamia; muestran que esta tierra, que esta América, parió hombres y mujeres bien paridos a la altura de los principios universales imperecederos por los que dieron y antepusieron todo, hasta su último aliento, hasta su propia vida.

    Ahora que sentimos que no podemos seguir más debido a que toda nuestra esperanza se ha ido. Ahora que nuestras vidas se han llenado de confusión, cuando la felicidad es sólo una ilusión, mientras el mundo a nuestro alrededor está desmoronado. Ahora que todo está patas arriba, ahora cuando los doctores destruyen la salud, los abogados destruyen la justicia, las universidades destruyen el conocimiento, los gobiernos destruyen la libertad, los medios destruye la información y las religiones destruyen la espiritualidad. Ahora cuando ya no tenemos en qué asirnos, cuando todavía nos encontramos en pie en medio de las ruinas, esos muertos, nuestros muertos, esos coterráneos nuestros, nos extienden la mano desde la eternidad para reconfortarnos, para mandarnos, para decirnos que su hermosa tragedia nos brinda la esperanza de volver a encontrarnos, de volver a ser nosotros mismos.

    Para como dijera ese gigante mexicano, Octavio Paz, ante otra España desangrada más de un siglo después:

    «Su recuerdo no me abandona. Quien ha visto la Esperanza, no la olvida. La busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres. Y sueña que un día va a encontrarla de nuevo, no sabe dónde, acaso entre los suyos. En cada hombre late la posibilidad de ser o más exactamente, de volver a ser otro hombre.»



    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/lonspatrici...33341510013086






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    Re: Hay “otro” bicentenario

    "Masones & Libertadores": la novela que redescubre el plan secreto de la emancipación americana

    Su autor, el abogado y académico Waldo L. Parra, devela la intención de que príncipes europeos gobernaran las naciones independizadas.


    Por Alberto Rojas

    sábado, 07 de mayo de 2016 17:07





    "Masones & Libertadores. El amanecer de la República".

    Foto: Editorial Planeta



    Las guerras napoleónicas de comienzos del siglo XIX, el rol que jugó la Gran Logia Masónica de Inglaterra en el debilitamiento del poderío español en América, y las emblemáticas figuras del chileno José Miguel Carrera, el argentino Carlos María de Alvear y el español Francisco Javier Mina, son solo algunos de los elementos que forman parte de la trama de la novela "Masones & Libertadores. El amanecer de la República" (Planeta, $ 15.900), del escritor y abogado Waldo L. Parra.

    "Durante junio de 2006 comencé a insinuar en un papel las primeras líneas de un incipiente capítulo, que creía que sería el primero, pero que finalmente encontró su lugar a mitad de camino de la historia que relata esta novela", recuerda Parra, quien además es Doctor en Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Director de la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Viña del Mar, y miembro del Instituto de Investigaciones José Miguel Carrera.

    "El libro quedó terminado a fines de 2009, casi tres años después de comenzar este verdadero 'emprendimiento', entre realizar la investigación histórica, elaborar la construcción de los personajes, definir los diferentes lugares en que la historia se iba a desarrollar, establecer el contenido de la historia y su desenlace, comenzar a escribir y corregir los textos definitivos", agrega.

    En ese contexto, "Masones & Libertadores" se publica ahora en su edición final. Y tal como lo explica su autor, es el inicio de una trilogía.



    Su novela se suma a otros títulos de ficción y no ficción que exploran el pasado de Chile, como "Logia" o "Historia secreta de Chile", que se han transformado en superventas. ¿A qué atribuye usted este interés de los lectores por el pasado del país?

    Creo que estamos viviendo una época de grandes cambios en los diferentes ámbitos del quehacer de la sociedad, como consecuencia ?entre otros aspectos? del acceso de las personas a las nuevas tecnologías de la información. Se trata de cambios que hacen que las personas estén disponibles y les interese conocer rápidamente y de fuente fidedigna la verdad de las cosas. La historia, y en particular nuestra historia como país, no son indiferentes a este fenómeno. Libros como "Logia", de Francisco Ortega o "Historia secreta de Chile", de Jorge Baradit, sumados a otros como "La Patria Insospechada", de Rodrigo Lara o "Código Chile", de Carlos Basso, siguen esta tendencia. Y "Masones & Libertadores" quiere ser un aporte en igual sentido.


    En su opinión, ¿qué permitió a los diferentes grupos masones de la época lograr tanta influencia en los procesos de emancipación americanos?

    En aquella época la masonería se erigió como un grupo de poder, antagónico a quienes detentaban el dominio oficial, llámese monarquía e Iglesia Católica. En el caso del Imperio español, ambas instituciones estaban integradas, por lo tanto, cuando sobrevinieron las guerras de la Independencia, el enemigo era uno solo. La masonería es el reflejo del deseo de mayores grados de libertad en todo sentido: de culto, de expresión y la aspiración de mayor acceso a la justicia. La Revolución Francesa, en un principio, ejemplificó ese anhelo de libertad, pero más que todo fueron los autores de la Ilustración quienes dieron fundamento ideológico a los grandes movimientos revolucionarios de la época. La masonería sería transversal a ese proceso, pero si hay algo que redundaría en una consecuencia definitiva, sería su ingreso a los círculos del poder. De ahí en adelante, la masonería saldría triunfante y no cejaría en entreverse en los pasillos del poder hasta el día de hoy.

    En la novela se plantea que San Martín no deseaba crear una república, sino establecer una monarquía constitucional con príncipes de diferentes casas europeas.

    José de San Martín no vino a libertar Chile, sino a conquistarlo. Sus verdaderas razones están ligadas al Plan Maitland, elaborado y promovido por el Gobierno británico para lograr arrebatar los territorios americanos al Imperio español que, con todo, venía en una decadencia determinante. En aquella época el sistema democrático y la república no estaban consolidados en las mentes de nuestros padres fundadores; existía un profundo debate. San Martín y O´Higgins, digamos las cosas como realmente son, fomentaron, impulsaron y promovieron la llegada de príncipes de casas europeas para venir a gobernar en Sudamérica. Un príncipe inglés para Chile, un príncipe francés para Argentina, el mismo San Martín para gobernar Perú. Esa es una verdad que no se puede seguir tapando con un dedo. El gobierno británico apoyaba esta decisión. ¿Por qué no fuimos una monarquía constitucional? Por la sencilla razón de que hubo próceres, principalmente Lord Cochrane, José Miguel Carrera, Carlos María de Alvear, Manuel Belgrano y Francisco Javier Mina, entre otros, que lucharon fervientemente para que en estas tierras no se estableciera el sistema monárquico. A eso hay que sumarle la progresiva influencia de Estados Unidos, que desplegó agentes por todo el territorio español, y al decisivo ascendiente de los militares franceses que huyeron a América después de la derrota de Napoleón en la batalla de Waterloo (1815), muchos de los cuales llegaron a Argentina, Brasil y también a Chile. A todo ellos les debemos nuestra libertad como nación y tener 200 años de vida independiente, republicana y democrática.

    Si pudiera intervenir en los programas escolares de Historia de Chile, ¿qué contenidos eliminaría y cuáles agregaría?

    Creo que los programas escolares de Historia de Chile deben exhibir una historia con una visión más panorámica, no centrada básicamente en el conflicto local. Lo que ocurrió en otras partes del continente sí fue muy influyente respecto de lo que sucedió en Chile. Por otro lado, creo que hay que avanzar hacia una mirada más colectiva del proceso de Independencia. No fuimos libertados por una suerte de súper hombres; un solo Libertador, un único Padre de la Patria. Se trató de un proceso colectivo en donde hubo muchas mujeres y hombres que dieron su vida, su libertad y su fortuna por la causa de la Patria. Seguramente, en esa pléyade de padres fundadores, quienes más destacan son José Miguel Carrera, quien inició el proceso emancipador, y Bernardo O´Higgins, que lo culminó.

    ¿Y cuáles son sus próximos proyectos literarios?

    Estoy convencido que existen muchas historias interesante por contar. En lo inmediato, "Masones & Libertadores" todavía debe continuar. La saga está recién comenzando. Respecto de otros proyectos, es mi interés adentrarme en los vericuetos del poder durante el siglo XX. También estoy comprometido a publicar un libro póstumo que dejó escrito mi padre. Finalmente, me interesa aproximarme a la idea de un thriller contemporáneo, algo relacionado con sexo, drogas y Rock and Roll. Los años 70´s resultan ser muy interesantes de abordar.



    __________________________

    Fuente:

    &#34;Masones & Libertadores&#34;: la novela que redescubre el plan secreto de la emancipación americana

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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Publicado el

    30/04/2016


    Marcelo Helfrich

    Hispanoamérica celebra el bicentenario: de su suicidio


    Relatos, Falacias y distorsiones o 'la historia negra' del imperio español en América





    América hispana, botín británico


    Desde niños se nos habla de “próceres” que lucharon por independizar las naciones del yugo español.

    Lo que se oculta es una serie histórica de calamidades y atrocidades como consecuencia y a partir de las “Guerras de la Independencia” como no se había visto jamás en tierras americanas.

    Esos supuestos héroes fueron en verdad agentes traidores a su Patria, España.

    Al falsear y tergiversar la historia, se logró que las desgracias se repitieran hasta la actualidad. Hoy nos encontramos con un conjunto de países sumergidos, cuando de acuerdo con sus recursos naturales y su gente, podrían gozar de un desarrollo digno de envidia.

    Se falseó la historia verdadera con el fin de dividir a los que fueran los grandes virreinatos americanos, en más de veinte países, muchas veces absurdamente enfrentados entre sí.

    Se inició un plan perfectamente orquestado desde Gran Bretaña (1711), para “humillar a España” (tal la denominación que le dio su autor), cuyas operaciones se iniciaron de inmediato con el fin de minar el poder ibérico en sus territorios del Nuevo Continente, Asia y Oceanía.







    En el virreinato rioplatense, se logró separar las zonas productoras de metales preciosos (principal fuente de riquezas de la América virreinal) de las proveedoras de alimentos: así se explica la secesión de dicho Virreinato en lo que hoy es Argentina, Paraguay y Bolivia (Alto Perú). El fin fue descalabrar esa actividad enriquecedora.

    Por otro lado y aprovechando las guerras napoleónicas, intentaron apoderarse de la capital de ese territorio español, enviando dos expediciones militares en 1806 y 1807 contra Buenos Aires, derrotadas por la heroica acción de las milicias populares criollas. A pesar de ello, los invasores lograron robar inmensas riquezas que se enviaron al Reino Unido y, lo que resultó peor, plantaron la semilla de la próxima etapa del plan: las revueltas que se llevaron a cabo pocos años después y que concluyeron en una nominal “independencia”.

    Para ello contaron previamente con planes de acción llevados a cabo por personajes hoy devenidos en “Padres de la Patria”. Mucho se ha hablado a lo largo de los años de Bolívar y de San Martín y su gesta “libertadora”. La misma fue organizada e impulsada desde Londres, con su complicidad y la de los contrabandistas e “iluminados” porteños de entonces.

    Desde entonces los resultados fueron devastadores. Divisiones, guerras civiles, saqueos, empobrecimiento general, pérdidas territoriales y establecimiento de estructuras históricas de poder subordinadas a intereses extraños, con muy contadas excepciones.

    Cuando emergieron movimientos que llevaron a cabo políticas destinadas a revertir ese estado de situación, fueron presionados y calumniados cuando no, brutalmente derrocados.

    Una muestra de esa herencia se ilustra a través de una anécdota del Presidente Yrigoyen (1916–1922/1928–1930), con el embajador británico, quien le indicó que “Su Majestad vería con agrado estos miembros en su gabinete” (entregando una lista con nombres de personajes afines a la política británica), aquel le manifestó: “Señor Embajador, hágale llegar a Su Majestad mi agradecimiento por la sugerencia, pero de ahora en más en Argentina, el gobierno lo decide su pueblo”. Poco tiempo después es derrocado.

    La historia se repite en casi todos los países de la región, ya que no se trata de una sucesión de hechos aislados, sino una proyección de situaciones y circunstancias a través del tiempo, relacionadas entre sí. Hoy vemos tristemente los resultados.






    __________________________


    Fuente:

    http://es.blastingnews.com/opinion/2...-00898631.html

  17. #317
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Gracias al fútbol, una fuente de primer orden me acaba de informar -de forma extraoficial y reservada, por supuesto- que al parecer un grupo de asambleístas y un magistrado de una de las cortes superiores del país están esperando la publicación de mi libro QUITO FUE ESPAÑA: HISTORIA DEL REALISMO CRIOLLO -no quieren cometer el error de la otra vez de actuar antes de tener con qué hacerlo-, para solicitar se me retire la nacionalidad ecuatoriana -no fue suficiente hace dos años que el gobierno declarara que mi otro libro atentaba contra los principios constitucionales de la república, elevándome a la categoría de enemigo de Estado-, ¿será uno de los mismos asambleístas que saltó la vez anterior? De lo que entiendo la constitución no permite aquello, claro, a menos que quieran reformar la misma con dedicatoria para mí, lo que no sólo me acabaría de honrar sino que de hecho y de derecho echaría abajo siglos de teoría ilustrada de que todos tenemos los mismos derechos, haciéndonos un favor enorme a todos. Por mi parte desde ya les quedo agradecido, sería uno de los honores más grandes de mi vida: ¡Allá vamos apátridas!

    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/francisco.n...85963981653721

  18. #318
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    SE ACATA PERO NO SE CUMPLE,

    se suele utilizar como cita textual para afirmar que las Leyes de Indias no se cumplían. Eso lo podría afirmar un ignorante o hasta un bruto, pero un investigador histórico que alguna vez haya puesto un pie en un archivo histórico sólo podría decirlo por mal intencionado. Basta revisar los miles de legajos de procesos judiciales en los archivos nacionales americanos, en el General de Indias de Sevilla y en el de Simancas para constatar los millares de millares de causas que se siguieron y de sentencias que se dictaron y se cumplieron acatando esas Leyes. Claro, a menos que pensemos que algún hispanista fanático se dio el trabajo de falsificar más de tres siglos de documentación y en connivencia con la más de veintena de estados que le sucedieron a la Monarquía Hispánica, haya ido depositando esa documentación en sus archivos.

    __________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/francisco.n...74456679471118

  19. #319
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Más del libro del ecuatoriano Francisco Núñez del Arco



    QUITO FUE ESPAÑA, LA HISTORIA DE LOS VENCIDOS



    Una polémica obra de un polémico autor que ya nos brindó “El Ecuador y la Alemania Nazi”, obra que movilizó a dos Estados (Ecuador y Alemania), siendo perseguida antes de su lanzamiento, como lo está siendo ahora “Quito fue España: Historia del realismo criollo”, segundo volumen de la serie Ecuador Políticamente Incorrecto, que hoy inquieta a todo el continente americano y aun a Europa.

    Sin duda alguna, un gran y sólido trabajo de investigación histórica, “con datos para dejar boquiabiertos a todos”, con “buenas citas y claras fuentes”, mediante el cual el autor desciende hasta los orígenes de la fundación de las repúblicas del continente hispanoamericano; destruyendo, con el rigor de una investigación metódica y documentada, los mitos y leyendas que sostienen los más de veinte Estados en Hispanoamérica. En un tiempo cuando los gobiernos del continente sostienen su discurso ideológico sobre acontecimientos alcanzados por personajes del pasado cuyos méritos son celebrados anual y religiosamente como fiestas cívicas en honor al nacimiento de las repúblicas nuevas y en repudio divisor de un pasado oscurecido en la ignorancia, el historiador Francisco Núñez del Arco Proaño nos entrega una obra de carácter revisionista sobre la historia de nuestros territorios hispanoamericanos antes de ocurrir uno de los mayores cataclismos geopolíticos de nuestra era: La Guerra de Secesión de las Españas Americanas, llamada comúnmente como “La Independencia”, un abismo hacia el atraso y el subdesarrollo.

    Gran sorpresa tendrá el lector al encontrarse con el libro que había prometido Núñez del Arco, el cual parece, más bien, una especie de biblia que un libro como tal. Y no es por lo complejo o lo abultado de las palabras, sino por lo voluminoso que ha resultado contar la otra historia del Ecuador y de la llamada América Latina, la visión de los vencidos, fundamental para comprender nuestra realidad actual. Conocer las miles de historias de una época traumática y complicada nos ha dejado llagas que, aunque cicatrizaron en su inicio, volvieron a ser abiertas tras la incursión de los apologetas de la llamada “leyenda negra” como la calificara Juderías, la cual ha sido el resultado de años y años de conspiración justificada y justificadora de anglo-sajones, franceses o germanos para la guerra contra todo lo que era católico y español. No en vano, la propaganda calvinista nos pintaba a unos conquistadores sanguinarios y codiciosos asesinando niños y mujeres cual bárbaros de oriente ejecutando a la razón grecorromana en el saqueo de la Ciudad Eterna de 475. Y asimismo, hoy en día, el latinoamericano promedio ve a la España y a los españoles históricos, como “ladrones, saqueadores y asesinos”. Es precisamente ahí donde Núñez del Arco entra, blandiendo la espada de la justicia histórica y basando su ofensiva en tres puntos específicos: que las Indias no eran colonias ni su organización política respondía a un imperialismo moderno, que los criollos no fueron apartados nunca del poder real: político, religioso, cultural y económico de las Indias Españolas; además de ser los indígenas respetados y sus autonomías mantenidas, y que la mal llamada “guerra de independencia” fue una guerra civil que enfrentó y dividió a pueblos americanos enteros, en su mayoría realistas, y que, en última instancia, acabó con las autonomías de esos mismos pueblos autóctonos y de los criollos, sumiendo a la América española en una inestabilidad política, económica y social, que hasta ahora no finaliza. Con esos ejes establecidos, Núñez del Arco va desentrañando una historia que parecía hasta el día de hoy una aventura a lo Indiana Jones, descubriendo y reconociendo tesoros que nos fueron ocultados para servicio de la propaganda republicana oficial.

    Podemos ver, entonces, como los al parecer los lejanos episodios de Agustín Agualongo o de las guerrillas realistas indígenas del Perú, considerados ajenos y peculiares, hasta que se lee sobre la epopeya de los indígenas guarandeños, o del Púñug Camacho, o de los indios riobambeños y cañarejos leales a Fernando VII. Pero también el lector se quedará de piedra al conocer a las mujeres del Rey. No, no a Marizápalos ni a ninguna de sus amantes, sino a Josefa Sáenz (sí, la hermana de Manuelita) o a María Antonia Bolívar, (sí, la hermana del “libertador”) quienes hubieron de asumir papeles masculinos y empuñar el fusil y la cruz de Borgoña para luchar por Dios, la Patria y el Rey.

    Un estudio que amenaza directamente los antiguos mitos sobre los cuales descansa la existencia y continuidad de las repúblicas de la América Hispánica, una obra que invita a aceptar nuestra vocación como Estado Continental. Este libro lanzará por los suelos los fundamentos de la historiografía oficialista que se ha enseñado en centros educativos y universidades por más de un siglo. Las mismas historias que han convencido a nuestros pueblos en ignorar y sentir vergüenza de nuestra unión Supraterritorial hispánica y preferir costumbres e identidades extranjeras antes que abrir los ojos frente a la realidad suprema que une y unirá de forma inevitable a los hombres y mujeres por encima de la soberanía de los Estados-naciones del continente, descubriendo así las venas abiertas de la hispanidad. Alzará por fin, la verdad ocultada sobre nuestra herencia y tradiciones llenas de gloria, que son a la vez prefiguras de los grandes acontecimientos que estamos llamados emprender, siempre y cuando, estemos a la altura de la historia para darle la resolución final al problema de la Hora Presente. Un libro de historia que hará historia.

    En fin, describir en pocas líneas un libro tan revelador sería imposible. Pero se puede afirmar que atrapará a la gran mayoría, asombrará a todos, maravillará a otros, y sobre todo, provocará el amor y el odio de muchos. Este libro está ya marcando un antes y un después en la historia e historiografía de nuestra patria, porque ha decidido tocar la llaga, aplicar yodo y sanar la herida demostrando con la verdad lo que otros, por conveniencia y contubernio, taparon con la mentira.


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    https://es-la.facebook.com/francisco...10907375826048

  20. #320
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    Re: Hay “otro” bicentenario

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    El fin del Imperio Español y sus mitos (I)


    La independencia de los territorios españoles del continente americano es uno de los episodios más interesantes, pero a la vez, de los menos estudiados de nuestro pasado. Mientras vivimos preocupados por futilidades y en medio de absurdas polémicas, El 200 aniversario de estos trascendentales sucesos va transcurriendo sin pena ni gloria.En las repúblicas de Hispano América se están realizando los mayores homenajes en las efemérides patrias. En algunos casos, se han creado auténticas mitologías nacionalistas cuyo parecido con la realidad es mera coincidencia, y lejos de retractarse, estas visiones falseadas (y antiespañolas) cada día cobran más vigencia. Cierto es que los académicos de historia, por lo menos los más rigurosos, tratan de ofrecer una visión más equitativa. Pero estos esfuerzos no parecen permear demasiado en las instituciones y la sociedad.El ánimo de estas líneas que siguen es hacer descubrir al lector la historia verdadera de la emancipación americana; sin patrioterismo, pero sin vergüenza. Debemos derruir los mitos sobre los que se sustenta la visión oficial para comprender mejor el mundo en el que vivimos. Ofrecemos nuevas armas para el combate dialéctico contra los enemigos de lo hispano, y motivos para mantener bien alto nuestro orgullo. De lo que fuimos, lo que somos y –ojalá- lo que seremos.





    1 – LA CRISIS


    Durante siglos los territorios pertenecientes al imperio español fueron patrimonio de la monarquía, considerados a este respecto en pie de igualdad con el resto, teóricamente al menos. Con el ascenso de los borbones el sistema de gobierno cambió en pos de la mentalidad reformista de la nueva dinastía. Por primera vez se empezó a considerar a los territorios ultramarinos como colonias. Convino a los intereses económicos españoles, mejoró la recaudación de los impuestos, la administración de justicia y la organización de los ejércitos. De hecho, fue necesaria para organizar un cuerpo de funcionarios leales a la corona y difícilmente corruptibles; casi siempre de la península para evitar nepotismos. Pero fue un paso en falso que destruyó la esencia misma de lo que siempre había sido el Imperio español. El ideal inspirador desde los Reyes Católicos no se trataba de la dominación de una nación sobre unos territorios ajenos, sino de la integración de todos a una cultura y valores comunes, tal y como había hecho Roma en el mediterráneo.De esta manera, muchos americanos quedaron decepcionados con esta nueva política y comenzaron a sentir a España como algo ajeno , aun cuando ellos mismos fueran españoles tanto por sangre como por ley; al relacionarla con la distante metrópoli, y no sin cierta razón. Las disposiciones reales fueron muy restrictivas en ocasiones. Por ejemplo, en Nueva España, la ley prohibía el matrimonio entre un funcionario español peninsular en ejercicio y una criolla. El reformismo ilustrado, aún con innegables buenas intenciones, sembró la inevitable discordia que estallaría unas décadas después. Como veremos más adelante, muchos emancipadores hispanoamericanos del siglo XIX lo que deseaban en el fondo el regreso del antiguo régimen, que es decir, de la más pura tradición hispánica.Nadie era ajeno a este estado de cosas. El último arzobispo de Charcas (Perú) monseñor Moxó y Francolí, dijo hacia el 1800:


    “Que la América no era una colonia, sino una parte integrante de la monarquía y que los americanos eran iguales a todos los demás españoles.”

    El arzobispo tenía muy clara la conciencia de lo que eran sus fieles: españoles de América; que respondían a los mismos deberes, pero que a su vez, demandaban los mismos derechos tantas veces negados. El ilustre marino Jorge Juan redactó en un informe una visión muy ilustrativa de lo que ocurría en la sociedad del momento:


    “ No deja de parecer cosa impropia… que entre gentes de una nación, una misma religión, y aún de una misma sangre, haya tanta enemistad, encono y odio, como se observa en el Perú, donde las ciudades y poblaciones grandes son un teatro de discordias y continua oposición entre españoles y criollos(…)Basta ser europeo o chapetón, como le llaman en el Perú, para declararse contrario a los criollos; y es suficiente el haber nacido en las Indias para aborrecer a los europeos…”

    En otras zonas debía ser peor.

    A este tenso panorama social vino a añadirse un escenario internacional nuevo y que puso contra las cuerdas el sistema político del imperio. La independencia de los Estados Unidos en 1783 sentó un claro precedente de lo que pudiera ocurrir más tarde en la América Hispana. La revolución francesa al poco sentó otro, no menos peligroso. Las nuevas ideas se abrían paso inexorable, y sobre la burguesía comercial de los criollos más que nadie. La mecha estaba lista para ser prendida.


    EL PLAN DE ARANDA

    Estos sentimientos no fueron desconocidos en Madrid, capital del imperio. Sorprende comprobar hasta qué punto en las altas esferas se disponía de buena información a pesar de la enorme distancia y de la lentitud de las comunicaciones en la época, quizá tuviera algo que ver eficiente sistema de información que España tenía. Fue José Ábalos, intendente de la capitanía de Venezuela y por tanto conocedor de la situación de primera mano, el que propuso el primer plan de independencia pactada para Hispano América, una manera de prevenir antes que curar. La propuesta llegó a oídos del Conde de Aranda, el cual la modificó sustancialmente para elaborar una memoria que presentó al rey Carlos III en secreto. Aquí se puede leer la carta que el ministro le envió al monarca detallándole el proyecto.




    Semblanza de un visionario



    El gran estadista español no se engañaba respecto a la situación. Después de la independencia de las Trece Colonias el destino del imperio se presentaba muy negro. Tomando el plan de Ábalos, proponía desprenderse pacíficamente de todos los territorios ultramarinos en América excepto Cuba y La Española, sellando pactos de familia y alianzas permanentes. Hombres sabios e ilustrados como él sabía a lo que estábamos jugando; pero como le ocurrió -y le ocurre tanto a la gente brillante de España- no fue escuchado. Años más tarde, el valido Manuel Godoy, un tipo que no era tan tonto como se le retrata, hizo una propuesta parecida. Aún no había comenzado la invasión francesa y España estaba a tiempo de salvar los muebles, como vulgarmente se dice. Pero tampoco se hizo nada por aplicar el plan ni ningún otro semejante. Cuando hacia 1821, ya en la fase terminal de la dominación española en América, el gobierno del Trienio Liberal trató de ofrecer un acuerdo basado en el plan Aranda a los revolucionarios. Pero entonces la guerra ya estaba casi perdida para la causa y sólo quedaba el Perú como territorio realista, por lo que todo cayó en saco roto. Con la ventaja del tiempo que ha pasado, y estando tan de moda la “ficción-histórica”, se podría reflexionar de lo que hubiera ocurrido si se hubiera aplicado un proyecto así, muy similar a la Commonwealth británica. Hoy en día, Australia y Canadá; pese a ser estados independientes, están unidas profundamente a Gran Bretaña toda vez que comparten la misma monarquía, numerosas instituciones y alianzas indestructibles ¡incluso en la bandera nacional australiana conservan la Union Jack con orgullo, que sería como si la bandera de un país hispanoamericano contuviera la española! Desde luego, la historia del mundo hispano hubiera sido otro.



    2 – LOS COMIENZOS DE LA INSURECCIÓN

    Existieron numerosos desórdenes y levantamientos que precedieron a la revolución hispanoamericana, mas ninguno fue de gran importancia excepto uno: la rebelión de Túpac Amaru II. Este hombre se nombró así en referencia al último caudillo inca depuesto por el conquistador Francisco Pizarro. Túpac se erigió como líder de una gran revolución de la región de Cuzco en el 1780, en el virreinato del Perú. Fracasó estrepitosamente, pero tuvo un fuerte apoyo popular entre sectores indígenas, indignados por los aumentos de impuestos desde la corona. Puede ser catalogada como la única verdadera revolución patriota americana por haber sido protagonizada, esta sí, por indios. Pero aunque Túpac Amaru sea reconocido como parte de la identidad nacional peruana, sin embargo no tiene nada que ver con lo acontecido posteriormente ni con ningún otro movimiento de juntas autónomas americanas, ni de los movimientos constituyentes americanos, ni tampoco con el establecimiento de los nuevos estados independientes americanos. Todas las demás fueron protagonizadas por criollos, que es decir, por españoles de América.En 1808, Napoleón invadió la península e impuso a su hermano José como nuevo rey de España; la patria se dividió entre los que apoyaban el gobierno de los ocupantes y las juntas que proclamaban la lealtad a Fernando VII. Cuando llegaron las noticias a América, se desató una terrible inestabilidad: nadie sabía cómo obrar. Las autoridades virreinales debían teóricamente acatar a José Bonaparte, pero no lo hicieron; decantándose en unos casos pro acatar a la junta central suprema, en otros, manteniéndose a la expectativa y obrando por su cuenta. Mientras tanto, se produjeron movimientos diversos por todas partes sin una finalidad evidente, de 1808 a 1810 trascurrieron acontecimientos que pudieron haber terminado de cualquier manera. En México y Argentina se celebró el bicentenario en el año 2010 (1810-2010) con fastos y celebraciones de un calibre espectacular; pero en realidad es incorrecta la fecha, puesto que en ningún caso se proclamó independencia alguna…más bien al contrario.





    Esta es la bandera de la Junta Autónoma de Quito: la cruz de San Andrés, la bandera del imperio español durante siglos; la enseña de la hispanidad.



    El cura Hidalgo, considerado padre de la independencia de México, proclamó la fidelidad absoluta al monarca Fernando VII. Lo mismo hizo la primera junta surgida de la revolución de mayo en Buenos Aires. Lo mismo proclamó el primer congreso de Nueva Granada. Si la independencia era el objetivo oculto de los revolucionarios (muy probable en los independentistas de Buenos Aires y de Bogotá, dudoso en otros) se guardaron muy bien de proclamarlo desde un principio. ¿Por qué no lo hicieron, si lo tenían todo a favor? España estaba bajo ocupación militar y las autoridades estaban inactivas, expectantes entre las órdenes que pudieran llegar de la Junta Central y los movimientos revolucionarios. Los ejércitos reales eran escasos en número y dudosos en su lealtad en gran parte. Les hubiera sido muy fácil proclamar la independencia en ese momento. Quizá el pueblo no hubiera aceptado de primeras una separación, sin más; habida cuenta de que todos se seguían considerando españoles. Después, con la guerra y la propaganda, poco a poco se irían modificando los términos para hablar abiertamente de independencia y república. Nunca se reconocerá en un libro de texto de historia oficial el apoyo del pueblo a la monarquía y a España pero ¿por qué no pensarlo? No es la única evidencia que lo demuestra y en las próximas líneas veremos más.Sobre la lealtad proclamada hacia la monarquía y España de los “padres de la independencia” no cabe duda alguna, no hace falta bucear en oscuros archivos secretos para encontrar evidencias. Están ahí mismo:


    Ésta es la proclama del 10 de mayo de 1810 en Buenos Aires:

    Juráis a Dios nuestro señor y a estos santos evangelios reconocer la Junta Provisional Gubernativa de las provincia del Río de La Plata a nombre del Sr Fernando Séptimo, para guarda de sus augustos derechos, obedecer sus ordenes y decretos, y no atentar directa ni indirectamente contra su autoridad, propendiendo publica y privadamente a sus seguridad y respeto.Todos juraron y todos morirán antes que quebrantes la sagrada obligación que se han impuesto.



    El cura Hidalgo proclamaba lo siguiente en su “Grito de Dolores”:

    “¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!”



    Los próceres de la independencia de Nueva Granada no se quedaron atrás:

    ¿Jura usted defender la patria hasta derramar la última gota de sangre, para conservarla ilesa hasta depositarla en manos del señor don Fernando VII, nuestro soberano, o de su legítimo sucesor; conservar y guardar nuestra religión y leyes; hacer justicia y reconocer al supremo Consejero de Regencia como representante de la majestad Real?


    Lo mismo podría decirse del bando de la junta gubernativa de Santiago de Chile en 1810:


    ¿Jura usted defender la patria hasta derramar la última gota de sangre, para conservarla ilesa hasta depositarla en manos del señor don Fernando VII, nuestro soberano, o de su legítimo sucesor; conservar y guardar nuestra religión y leyes; hacer justicia y reconocer al supremo Consejero de Regencia como representante de la majestad Real?



    La junta gobernativa de Quito de 1811 estaba presidida por Juan Pío de Montúfar, hijo de español y criolla, que firmó tan patriótica proclama:

    El actual estado de incertidumbre en que está sumida la España, el total anonadamiento de todas las autoridades legalmente constituídas, y los peligros a que están expuestas la persona y posesiones de nuestro muy amado Fernando VII de caer bajo el poder del tirano de Europa, han determinado a nuestros hermanos de la presidencia a formar gobiernos provisionales para su seguridad personal, para librarse de las maquinaciones de algunos de sus pérfidos compatriotas indignos del nombre español, y para defenderse del enemigo común

    Un deseo eficaz, un celo activo, y una contraccion viva y asídua á proveer, por todos los medios posibles, la conservacion de nuestra Religion Santa, la observancia de las leyes que nos rigen, la comun prosperidad y el sostén de estas posesiones en la mas constante fidelidad y adhesion á nuestro muy amado Rey, el Sr. D. Fernando VII y sus legítimos sucesores en la corona de España; ¿no son estos vuestros sentimientos? – Esos mismos son los objetos de nuestros conatos.



    3 – ¿ESPAÑOLES CONTRA AMERICANOS?

    Aún existe en el imaginario colectivo de los pueblos americanos, y en parte de la propaganda oficialista – en Venezuela, por ejemplo- la idea de que la emancipación de las nuevas repúblicas fue una guerra de liberación de los habitantes de América contra unos supuestos ocupantes españoles. Se trata de un auténtico disparate que increíblemente aún tiene su público. Como dice el historiador Tomás Pérez Viejo en su ensayo Criollos contra peninsulares: la bella leyenda:

    Una afirmación que hoy muy pocos historiadores se atreverían a mantener de forma explícita pero que sigue siento el trasfondo último del relato hegemónico sobre las independencias americanas.




    Aparte de otras importantes razones, hay un problema de números que hacen insostenible esta teoría: la proporción de españoles peninsulares (y digo “peninsulares” porque españoles eran todos) respecto al de americanos en Las Indias era insignificante. En ciudad de México, por ejemplo, el censo de 1811 cifra apenas un 2% de peninsulares. En Buenos Aires no pasaban del 4%. Similares proporciones o menores hallamos en Bogotá, Cartagena o Lima. Hablamos de las urbes más importantes y donde más peninsulares debían residir de toda América. No nos deben extrañar estas cifras, dado lo difícil del transporte y las comunicaciones de la época, además de que España era un país poco poblado. Y con estos datos en la mano ¿cabe pensar en una guerra entre europeos y americanos como dicen? Hubiera durado cuatro días.Más bien fue al contrario: la mayoría de estudios serios coinciden en señalar que el apoyo, explícito o pasivo, a la monarquía hispánica fue muy extendido entre todas las razas y clases sociales. El sentimiento independentista pudo ser mayoritario en el estuario de La Plata, y con más dudas, en Santiago de Chile. En Nueva Granada sólo fue mayoritario entre las élites criollas; mientras tanto, en Nueva España y el Perú –bastión realista de las américas- fue claramente minoritario.La inmensa mayoría de los que lucharon bajo las banderas del Imperio habían nacido en América. Una expedición de 1815 al mando de Pablo Morillo que arribó en las costas de Venezuela fue la única tropa europea de tamaño considerable que se llevó al Nuevo Mundo, con 10.000 soldados. Además, hemos de tener en cuenta que el carácter de la guerra quitó protagonismo a los ejércitos regulares. Pensemos que con los medios de principios del XIX era completamente imposible tejer estrategias en un escenario tan inmenso y diverso. América no era la Europa llana y bien comunicada de las guerras napoleónicas, sino un continente entero lleno de territorios inhóspitos, desérticos, abruptos y difíciles incluso para la vida. En consecuencia, en vez de grandes ejércitos imposibles de mover y abastecer, casi todo el peso de la lucha lo llevaron fuerzas irregulares de muy diversa procedencia; guerrillas de montoneros, indígenas, milicias locales, etc… éstas estaban siempre conformadas por americanos; indígenas y mestizos en la inmensa mayoría. Así por ejemplo, en el Virreinato del Perú, los oficiales y suboficales del Ejército Real del Perú hablaban en la lengua quechua para dirigir a las tropas amerindias ya que era la que éstas hablaban en su gran mayoría. Estas tropas “del país” se movilizaron para sus respectivos teatros de guerra locales, y con raras excepciones partieron fuera de sus lugares de origen. De esta forma, y también para los independentistas, las personas identificadas con las múltiples castas de amerindios mestizos (cholos), o de negros mestizos (mulatos o pardos), junto con negros esclavos liberados fueron el grueso de la tropa realista dependiendo del predominio étnico en la población en cada lugar. Las guerras de independencia no fueron sino guerras civiles entre americanos.Gran parte de los mandos militares realistas e incluso de los cargos políticos estuvieron ocupados por criollos, e incluso por mestizos en algunas ocasiones. Si bien es cierto que generalmente se prefería optar por peninsulares para asegurarse la lealtad, durante el conflicto las circunstancias obligaron a la promoción de españoles americanos; los cuales en ocasiones demostraron superar en lealtad y valor a los europeos (así lo declaró en una ocasión el virrey novohispano Calleja) Por mencionar algunos que alcanzaron altos grados: José Manuel de Goyeneche, natural de Arequipa, fue mariscal del ejército realista del Alto Perú. Agustín de Iturbide, oriundo de Nueva España, fue comandante realista durante una década hasta que las circunstancias lo convirtieron en independentista. Guillermo Marquiegui, oriundo de Jujuy, actual Argentina, fue de los mejores comandantes de caballería de Los Andes. Antonio Vigil, peruano que llegó al grado de general; y Francisco Picoaga, llegó también a ser mariscal de Campo, que fue capturado y asesinado por sus enemigos en 1815. Pío Tristán, Miguel Aráoz y Arce, Felipe Rivero y Lemoine… podríamos seguir con esta lista un largo rato, pero valga como muestra. En apartados posteriores mencionaremos más.Incluso existieron casos de españoles nacidos en España que tomaron parte del bando de Bolívar y San Martín. Y no fueron pocos. El más conocido es Vicente campo Elías, prócer de la independencia de Venezuela. Otros: Xabier Mina, un famoso guerrillero navarro que se enfrentó a las tropas de Napoleón, desembarcó en México para apoyar el movimiento independentista y después fue derrotado por el virrey Apodaca. El ceutí José María Fernández fue partidario de la independencia de Chile, y el vasco José María Fagoaga y Leyzaur, de México.Añadamos para finalizar este apartado con una afirmación quizá chocante, pero real: realmente los próceres de la independencia eran españoles y nunca dejaron de serlo. San Martín, hijo de españoles; peleó por España en la Batalla de Bailén y dos de sus hermanos se mantuvieron leales al rey. Su sangre, su religión y lengua eran españolas. Lo mismo que Bolívar, Itúrbide…y tantos otros. Incluso el sentimiento privado de muchos de estos personajes estuvo con España por más que públicamente manifestaran lo contrario. Esto no es una suposición, sino un hecho real, demostrado por el testimonio de un boletín secreto de la época de la independencia publicado en Buenos Aires en 1937.



    4 – LA OTRA CARA DE BOLÍVAR

    Bolívar, San Martín, O,Higgins, Sucre…apellidos que en América conforman auténticos mitos nacionales. Dado que ellos fueron los principales artífices de la independencia de sus países es justificable que así sea. Sin embargo, sus vidas encierran episodios poco gratificantes para sus defensores, siempre silenciados por la propaganda oficial.



    El “dios” del panteón independentista

    El caso más polémico es el del más renombrado de todos: el mismísimo Simón Bolívar. Bolívar fue racista, cosa que choca bastante con la idolatría que le profesa el que se ha erigido en actual paladín del llamado “neoindigenismo”. El “Libertador” volvió a gravar a los indios con un antiguo impuesto que ya había sido abolido y que pesaba sobre ellos por el solo hecho de serlo. Son conocidas también sus expresiones insultantes hacia y sobre ellos. Cuando la expedición por él comandada llegó al Perú, restableció la esclavitud de los negros, que habían sido declarados libres por San Martín. Y como colofón, decretó que las tierras comunales que pertenecían a los indígenas peruanos, concedidas por autorización real (que en ocasiones eran previas a la conquista) se enajenarían por el estado, para venderlas después a precio de saldo a sus amigos criollos acaudalados. Esta medida condenó a la hambruna a cientos de pueblos amerindios.Visto lo visto, no de extrañarnos que en numerosos territorios los últimos realistas fueran los indios. Por ejemplo, en Colombia: los pastusos fueron partidarios férreos de la corona y mantuvieron guerrillas hasta una fecha tan tardía como 1830, en la guerrilla del caudillo Huachaca. Lo mismo ocurrió en Chile: los araucanos habían llegado a proponer en 1813 “formar para la defensa del Rey una muralla de guerreros en cuyos fuertes pechos se embotarían las armas de los revolucionarios”. Como respuesta a su lealtad a la corona, fueron vilmente masacrados por los próceres chilenos. Uno de los últimos reductos realistas de Suramérica fue la islita chilena de Chiloé, donde los indígenas fueron prácticamente exterminados. Y por supuesto, en el Perú, donde las víctimas de las medidas boliviarianas estuvieron combatiendo en guerrillas hasta principios de 1830.



    5 – EL PAPEL EXTRANJERO Y LA MASONERÍA

    Los mayores beneficiados de la independencia no fueron los pueblos de Hispano América, ni siquiera sus élites criollas, sino los británicos. Su papel fue determinante, hasta límites insospechados que los historiadores oficialistas no se atreven a reconocer –aunque no lo puedan negar-Hay que ver los antecedentes históricos del hecho. Carlos III le declaró la guerra a Gran Bretaña durante la guerra de independencia de EE.UU. La apertura de un segundo frente de batalla debilitó militarmente la posición británica en el continente americano, y resultó vital desde el punto de vista estratégico para el inicio de las victorias de los rebeldes. Esto unido a la ayuda económica y a la reconquista de Florida, hizo que los norteamericanos reconocieran la ayuda española; tanto que durante la parada militar del 4 de julio, Bernardo de Gálvez, el conquistador de Florida, desfiló a la derecha del mismísimo George Washington en reconocimiento a su labor y apoyo a la causa americana.




    Es abrumadora la presencia de símbolos masones en los santuarios de los próceres



    Como era de esperar, los británicos, de todo menos tontos, no se quedaron de brazos cruzados y empezaron a conspirar de todas las maneras posibles para devolvernos el golpe. Y lo hicieron muy bien.Su participación fue más velada, en forma de dinero e influencias, que directa. Aun así, no faltaron tropas británicas en momentos clave, pese a que la nación insular se encontraba teóricamente en paz con España (aliados de hecho durante la Guerra de Independencia) Una legión británica de 2000 hombres tuvo un papel decisivo en Carabobo, que fue la batalla más importante para la independencia venezolana. La flota de Thomas Cochrane intervino para ayudar a lograr la independencia de Chile, impidiendo el socorro de los realistas chilenos desde el Perú y contribuyendo al ataque sobre el Callao en 1826, último bastión realista. Pero tales intervenciones puntuales sólo fueron la punta del iceberg.La anglofilia prendió como un voraz incendio entre los principales políticos de las independencias. Resulta sumamente ilustrativo que el primer presidente argentino, en 1826, haya sido un anglófilo del calibre de Bernardino Rivadavia, que gustaba de escribir extensas cartas a sus amigos ingleses en los que tanto elogiaba a Inglaterra como insultaba a España. En sus tiempos, al parecer, hasta los reglamentos para los debates de la nueva Cámara de Diputados eran los del Parlamento inglés. No debe extraños que La primera nación en reconocer la independencia de las Provincias Unidas fuera Gran Bretaña, que lo hizo oficialmente en febrero de 1825, cuando la guerra aún no había cesado.Pero más importante aún que las maquinaciones de los gobiernos fue el papel de una organización: la masonería. En los próceres, unida a la anglofilia estaba la afiliación casi unánime como masones. Es difícil verter juicios objetivos sobre el papel de la masonería en Hispanoamérica, dada la opacidad de la información y las dificultades para separar el grano de la paja . Obviamente, tuvo gran importancia a la hora de las independencias; lo que no se sabe es cuánto. Algunos dicen que aún hoy las organizaciones masónicas siguen controlando al 100% los países de América, otros que su papel está magnificado por teorías conspiracionistas. Suponemos que la verdad estará en algún punto medio.Los símbolos comunes de la masonería se encuentran en las enseñas nacionales, monumentos y en general, en cada testimonio de las independencias. Todos los grandes próceres fueron parte de alguna logia. La más famosa era la Logia Lautaro fundada por el venezolano Francisco de Miranda…en Londres. El objetivo principal de esta logia era la independencia de Hispano América, con inspiración en las ideas liberales de la revolución francesa y un intenso odio a todo lo que representara el Antiguo Régimen. Todos estos líderes habían estado en Inglaterra en algún momento o tenido amigos ingleses, y todos eran profundos admiradores, ora del inglés, ora de la Francia napoleónica. El asturiano Rafael Del Riego, responsable de la revuelta en la expedición de Cabezas de San Juan (1820), episodio que dio un golpe mortal a la causa realista, fue también masón, lo que no es casual.Que conste que no hablamos aquí de una gran conspiración masónica orquestada desde la sombra. El ser masón no es una causa de ser revolucionario, sino más bien una consecuencia de ciertas ideas y principios que estaban en contra de la monarquía y a favor de un nuevo orden de las cosas. Además, hay muchas ramas diferentes dentro de la masonería que en ocasiones difieren mucho entre sí. También debe reconocerse que hubo muchos masones partidarios de la unidad del imperio (como los generales Rodil y Espartero) si bien fuera de España predominaron los primeros de manera aplastante.


    __________________________

    Fuente:

    El fin del Imperio Español y sus mitos (I) | Soul Guerrilla


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