Revista FUERZA NUEVA, nº 516, 27-Nov-1976
España es diferente
(…) Estamos quizá asistiendo al único caso de la Historia donde los herederos y beneficiarios de una victoria, que les ha otorgado en última instancia los títulos legitimantes del Poder usufructuado, se empeñan en postergarlos y en adornarse con los del adversario derrotado en el campo de batalla. Además -y ahí radica la paradoja más siniestra- se usa la “irrepetibilidad” de la figura de Franco para frustrar los efectos de su triunfo militar y demoler las estructuras comunitarias levantadas por el Caudillo. Y a tal labor se afanan quienes, en vida del mismo, más prodigaron la alabanza y proclamaron el fervor por su obra.
Repito que somos espectadores del caso único donde los albaceas legales de una guerra victoriosa replantean, voluntaria y entusiásticamente, lo zanjado y ganado con las armas sin que ningún suceso ulterior variase su resultado. Ni a la muerte de Washington y demás “padres de la Patria”, ni a la de Lenin, Stalin, Mao Tsé Tung… se les ocurrió a los dirigentes americanos examinar si procedía integrarse de nuevo en la Corona británica, ni los rusos o chinos, respectivamente, pensaron un solo instante sobre la conveniencia de restaurar el zarismo o la dinastía manchú o el Kuomintang (…)
Tal es, sin embargo, el fenómeno desarrollado hoy en España: los legatarios de la Victoria se disponen a edificar un nuevo Estado sobre la base de la doctrina del vencido, abandonando la propia.
También supone un caso, si no único, sumamente anómalo que el jefe de un partido o grupo político, cuando se le encomienda formar gobierno, se abstenga de realizarlo entre los componentes del mismo. Ahora, España se halla regida por un gabinete, cuyo presidente (A. Suárez), al recibir la investidura, ostentaba el caudillaje de la “Unión del Pueblo Español” (UDPE), y, lejos de formarlo con los militantes o directivos de tal asociación, lo hizo entre los miembros del grupo “Tácito”, fundamentalmente (…)
Además, resulta insólito que, cuando se trata de configurar las paredes maestras del Derecho Público que ha de imperar en la nación, se elabore ad hoc nada menos que un “procedimiento de urgencia para el trámite parlamentario. Una ley, que por su trascendencia exige la máxima dosis de reflexión y de análisis exhaustivo para descubrir sus posibles defectos y subsanarlos, ve, en cambio, cercenadas y limitadas las garantías previstas como normales. Sencillamente inaudito y difícil de explicar y mucho menos de justificar.
Finalmente, no deja de sorprender -si bien menos que en los anteriores casos- que haya coincidido con la llegada al Gobierno del grupo “Tácito”, filial política de la Asociación Católica de Propagandistas (AC de P), la invasión de pornografía y el proyecto -no disimulado ya- de establecer el divorcio, avalado con la propaganda desde los propios medios de comunicación social del Estado controlados hoy por los hombres de la AC de P, Asociación que se autodefinió como “agrupación de seglares que se propone establecer en sus miembros y en la sociedad el reino de Dios y su justicia (…) Y que proclamó estar “informada de espíritu de amor filial al Papa y a los obispos e impulsada por el propósito de servir a la Iglesia como ella desea se servida”, tomando como patronos a la Virgen Santísima en el misterio de su Concepción Inmaculada y al apóstol San Pablo. (…)
De ahí que el silencio del episcopado español, frente a los proyectos en torno a un punto de tanta importancia como la familia, cada día que pasa encuentra mayor dificultad en explicarse satisfactoriamente, ya que el matrimonio es, además de sacramento, institución de Derecho Natural. (…)
Carlos ONÍS
|
Marcadores