Revista FUERZA NUEVA, nº 519 18-Dic-1976
¡Asco!
Hablar a estas alturas del vivir político español, de traición, suicidio del Régimen, venta al mejor postor, chaqueteos inmundos, conculcación de la legalidad etc., creemos sinceramente no es decir nada que pueda, en cada caso, representar o designar una situación política social, bien colectiva, bien personal. Sobre todo, en estos últimos días, cuando se agudiza la acción complaciente del poder ante cuanto está sucediendo en la Patria, en detrimento de la ley, la justicia, la unidad, la convivencia, la fe, la moral y hasta la ética más primitiva de la relación humana. Sólo la palabra asco tal vez pueda sintetizar, en cierto modo, el sentir de los españoles patriotas y honestos ante el espectáculo que en el vivir cotidiano de nuestra España se nos ofrece.
Es algo que indudablemente repugna a toda conciencia honesta y en donde, al parecer, sólo se paga la traición, se alaba al traidor y se ensalza los más oscuros contubernios y en donde el pueblo -ese gran pueblo que todavía espera anhelante encontrar a su auténtico señor a quien servir, en acción patriótica, colectiva y desinteresada- se ve envuelto en el confusionismo interesado, en la desinformación capciosa y demagógica, a la vez que conducido en su caminar hacia el mañana por sendas nefastas de insolidaridad nacional, lucha de clases, odios revanchistas y conculcadoras posturas de toda ortodoxa legalidad, en un aparente afán destructor del orden cristiano, en provocadora acción derrumbadora de cuanto de positivo y firme se ha construido en España en estos últimos años y en suicida intención conculcadora de las normas morales que han marcado la ideología positivamente firme de un Movimiento Nacional que ha servido para dar paz, coherencia, justicia, desarrollo y sentido católico a todo el hacer colectivo de los españoles.
Ramón de Tolosa
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