Revista FUERZA NUEVA, nº 501, 14-Ago-1976
LOS MASONES, LA “CAZA DE BRUJAS” Y OTRAS HIERBAS
No hace tanto tiempo que revistas como FUERZA NUEVA e “Iglesia-Mundo” emprendieron con valentía una campaña de desenmascaramiento y denuncia de la existencia, eficiencia e influencia de la masonería en España. Nuestros cándidos escritores “liberales” como el ínclito Néstor Luján pusieron el grito en el cielo del “Gran Arquitecto” masónico jurando y perjurando con aplomo y suficiencia que esa campaña antimasónica no era otra cosa que la versión española de la “caza de brujas” americana.
Pero ahora la liberal y pluralista revista “La Gaceta Ilustrada” nos sorprende, en su número 1.031 del 11 de julio de 1976, con un documentado y “autorizado” artículo de Eliseo Bayo, titulado “Hablan los masones”.
En este informe sobre la masonería española, aquí y ahora, se recogen las afirmaciones y manifestaciones de tres masones cualificados: Fernando Valera, José Zaplana y Constantino Álvarez. De él, entresacamos las siguientes y “elocuentes” afirmaciones, corregidas y aumentadas con breves y personales apostillas.
YA VUELVEN LOS DEL MANDIL Y LA ESCUADRA
“… el espíritu de la masonería no ha muerto y ha sido alimentado discretamente por las logias que no han dejado de funcionar en las catacumbas durante los últimos cuarenta años. La vuelta de los masones significa que, en la perspectiva democrática que se avecina, la masonería puede desempeñar un papel activo en la vida del país”.
¡El país! La misma terminología que la del señor Fraga y otros epígonos. ¡Atención, pues, españoles, no a la Vuelta Ciclista a Francia, ni a la Marxa de la Llibertat de Cataluña, sino a la vuelta de los masones a España! No sólo no han “vuelto” ya los comunistas (…) sino los de la escuadra y el mandil. ¿Para qué? Para implantar en España la partitocracia y el estado liberal. Nueva coincidencia con la “reforma” del señor Fraga, la “ruptura” del señor Suárez, y la “traición” de la Asamblea Conjunta [obispos-sacerdotes].
Ya vuelven, mejor, ya han vuelto los masones, con la “reconciliación y la amnistía” en los labios y el odio en el corazón, y el desquite en los puños. “Durante muchos años se ha hablado de los peligros de la conspiración masónica. Si lo que se quería decir era que los masones habían jurado odio eterno al Régimen, la afirmación podía ser cierta”.
Ahí está la confesión, rotunda y clara, que tantas cosas puede aclarar en esta “ceremonia de la confusión” en que nos hallamos hundidos los españoles. Entre otras, el asesinato del primer presidente del Gobierno de Franco, almirante Carrero Blanco; o el odio y la violencia desatados de media Europa, cuando el Régimen se decidió aplicar la ley a los criminales y asesinos de ETA o el FRAP.
LOS “ENEMIGOS DE LA VIOLENCIA VENGA DE DONDE VENGA”
(…) Después de confesar sin tapujos que el presidente norteamericano Gerald Ford, el príncipe Eduardo, esposo de la reina de Inglaterra y el presidente francés Giscard son masones (los tres grandes patrocinadores de la democracia liberal española), dicen que “los masones españoles son contrarios o enemigos de toda violencia”. Cómo se concilia esta afirmación con ese odio eterno al Régimen de Franco, es cosa que no aclaran los masones españoles. Tal vez algún futuro documento de la Conferencia Episcopal Española pudiera hacerlo. Esperemos. Mientras tanto, constatemos la “justificación” de ese odio eterno de la masonería española al Estado franquista: la bárbara represión y purga de masones del 1940 (…)
“Los masones –afirma Constantino Álvarez- no somos una sociedad secreta sino discreta, y no intervenimos, como sociedad, en la política. Sin embargo, es cierto que, aun contando con tan pocos miembros afiliados, el número de masones en las Cortes durante la República alcanzó casi las tres cuartas partes de su composición”.
De nuevo, la falta de lógica aflora en las palabras de los prohombres de la masonería española. ¿Cómo, sin intervenir en política, logran acaparar las tres cuartas partes de la República? Es un secreto de la discreta y “secreta” masonería española (…)
LOS DEFENSORES DE LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA INORGÁNICA
Estos masones españoles, que no han roto un plato en su vida, hacen, a renglón seguido, una singular profesión de fe democrática.
“Nosotros queríamos, y queremos, una sociedad libre, igualitaria y fraterna. Somos defensores del progreso, y estamos contra todo dogmatismo.” Casi, casi, como la profesión de fe democrática de nuestro joven Rey ante el Congreso americano o la declaración programática de su primer Gobierno. Los masones españoles son acérrimos defensores del progreso del imperio inglés, el norteamericano o el europeo, todo menos del español; y están contra todo dogmatismo, menos el masónico. Las cosas claras y en su punto.
A continuación, don Fernando Valera, jefe del “gobierno republicano” en el exilio, del Supremo Consejo del Grado 33 para España, nos descubre el velo de la responsabilidad que a los masones les cupo en el establecimiento de la II República y el Estado Liberal de ayer, y del que ahora tratan de implantar con la ayuda de los “tontos útiles” y “compañeros de viaje”, una vez desaparecido Franco de la escena política: “El clericalismo sigue considerándose el enemigo secular en la medida en que predicamos ideas de tolerancia, comprensión y libertad, enseñamos sentimientos humanitarios y practicamos normas de paz y de vida en común… guardando en todo momento las tradiciones liberales del país, y contribuyendo en todo momento al restablecimiento de los periodos del régimen constitucional y democrático, con los cuales coinciden los momentos de esplendor de la institución (masónica) en España”.
Más claro, agua, Ahí tenemos plasmados los hechos, los fines y las metas de la masonería de ayer y de hoy, coincidentes en todo y por todo con la actual reforma constitucional del Estado y Régimen constitucionales. Y ¿no habrán sido las cortes de Franco, las Cortes de la “reforma”, los instrumentos materiales (¿o formales?) para el cumplimiento de la voluntad masónica en España? Ahora nos damos cuenta del alcance exacto de aquella célebre afirmación de Franco: “el enemigo está dentro”. Afirmación explicitada días antes de su muerte y en la plaza de Oriente: “Todo ha sido una conspiración de la masonería y del comunismo”. Masonería y del comunismo que, vencidos en 1936, levantan ahora su cabeza, triunfantes y boyantes, y “amnistiados” por esas mismas Cortes de Franco, las cuales les permiten ya decir y afirmar sin rebozo: “Es cierto que los hombres de la masonería contribuimos de forma muy especial al triunfo de la II República. Poco antes de abril de 1931 nos reunimos la Gran Logia en Asamblea y de allí salió un acuerdo que luego se plasmaría en gran parte en la Constitución de 1931”.
A nosotros nos gustaría saber también el día, la hora y los componentes de la Asamblea masónica que decidió el asesinato del almirante Carrero Blanco, y la Asamblea que ha decidido, “nemine discrepante”, la vuelta del Estado Liberal masónico en puertas (…)
Angel GARCÍA
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