Revista FUERZA NUEVA, nº 521, 1-Ene-1977
¡VAYA FAENA!
El pasado día 15, en el Ruedo Ibérico
(Crónica político-taurina)
Como muy bien saben todos los españoles y casi todos los extranjeros, porque el festival ha gozado de propaganda masiva, el pasado día 15 de diciembre se celebró en el Ruedo Ibérico un magno festejo patrocinado por la Ilustrísima señora doña Democracia Coronada, a beneficio del Colegio de Zurdos Marginados. Dicho festival fue presidido por la autoridad competente, que estuvo asesorada -muy bien, por cierto- por la famosa matadora doña Internacional, que, todo hay que decirlo, estaba radiante y se adornaba con rojos claveles.
El coso registró una entrada que puede calcularse en tres cuartos de plaza, incluidos los pases de favor, y había expectación por presenciar la actuación del joven diestro “Niño del Gobierno”, que venía precedido de cierta fama en sus tiempos de becerrista.
Se le dio un novillejo, de nombre “Referéndum”, perteneciente a la ganadería de doña Reforma Política, que hacía su presentación con divisa roja y gualda. El animalito estaba bien presentado, pero sin la edad reglamentaria y con los pitones afeitados, para menor peligro y mayor lucimiento de su joven lidiador. A la salida del novillo -más bien becerro- se escucharon protestas del público entendido, por estimar que así se las ponían a Felipe II; pero teniendo en cuenta que el festejo estaba dedicado a los turistas y amas de casa, naturalmente, pudieron más las palmas de los sanísimos y circunstanciales espectadores que los silbidos de los ortodoxos aficionados del 18. El becerro no fue devuelto a los corrales y dio comienzo la lidia.
El choto fue corrido a dos manos, con ciertas precauciones por el peón de confianza, M. Villa, “Villita”, que lo colocó en suerte, mientras que “Reguerita” y “Alianza” estaban atentos al quite detrás de un burladero. Una vez en suerte el inofensivo animalito, vimos cómo el joven y bien parecido “Niño del Gobierno” daba comienzo a su faena con una larga cambiada (silencio). Repite con otra larga, un poco atropellado (murmullos). No muy confiado, le endilgó el diestro cuatro lances codilleros que fueron jaleados por los incondicionales y silbados por los del tendido del 18, que estaban muy exigentes.
La verdad es que el “Niño” tiene buena planta, buen sastre, sabe disimular el miedo, y, a poco que hiciera, se ganaría al público femenino, que era muy abundante. Y así fue. Sí, señores, así fue, porque, después de dos pares desastrosos de “Villita” y “Reguerita”, que fueron abucheados, el “Niño del Gobierno” brindó la muerte del noble animal a unos extranjeros que presenciaban el festejo desde un palco. Sí fue hacia “Referéndum”, que era de dulce, y con gesto grave y componiendo la figura le dio los pases de tanteo. Ante la bondad del animalito y los consejos de su apoderado, Fernando Mirinda -que se las sabe todas-, el “Niño” se envalentonó y compuso una faena bastante aseadita, que, aunque no convenció a los del 18, entusiasmo a los menos entendidos o, por lo menos, a los más complacientes. Mató de media con derrame, en el rincón de Ordóñez (Fernández), y se le concedieron los máximos trofeos. Triunfante y dichoso dio el “Niño” la vuelta al ruedo y lo llevaron en hombros hasta la Castellana. El 94 por 100 de los espectadores arrojó flores a su paso y los gritos de ¡Sí!, ¡Sí!, ¡Sí!... ahogaron los ¡No!, ¡No!, ¡No! de los verdaderos aficionados, que, desgraciadamente, en esta clase de festejos, siempre suelen ser minoría. Y eso fue todo.
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Estoy seguro que los críticos, casi por unanimidad y por las razones que yo me sé, cantarán el triunfo de este “Niño del Gobierno” con loas en letras mayúsculas. Yo, no. Yo no; porque no quiero engañarle a él ni engañar al inocente. público que pueda seguirle. No puedo jalear una faena que, a mi criterio, tuvo muchísimos defectos: hubo precipitación en los primeros lances, le gusta congraciarse haciendo concesiones a la galería y le falta arte para rematar. Si actúa así ante un becerro, ¿qué pasará cuando tenga en la faja los pitones de un buen mozo? No, no puedo jalearle. Honradamente, y por su bien y el de la afición -que es el de toda España, porque estamos hablando de la Fiesta Nacional-, en vez de plácemes, me voy a permitir la libertad de darle unos consejos.
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El primero es que cambie de cuadrilla si quiere evitarse complicaciones en tan difícil menester. ¡El peonaje es más importante de lo que parece, muchacho!
El segundo, que aproveche el invierno para entrenarse a fondo y darse cuenta del terreno que pisa. Puede hacerlo perfectamente en los tentaderos del Conde de las Cortes; su apoderado, el señor Mirinda, entra por allí como por su casa y no le pondrán inconvenientes. No hay que perder un minuto; la temporada seria empieza con la primavera y ya sé que está firmada la corrida de la alternativa para el mes de mayo. ¡Algo muy serio, chaval!: único matador y en corrida concurso, con distintas ganaderías, y bajo el siguiente orden de lidia:
1º “Comunista”: colorado y bragado, de la trágica ganadería de don Santiago y doña Dolores, herederos de don José Stalin, con divisa roja y la hoz y el martillo en la oreja izquierda. Un bicho correoso, reservón, peligrosísimo y con fama de proporcionarle la gloria al más diestro (la Gloria de arriba). ¡Un regalito!
2º “Socialista”: berrendo en colorado, de la conocida camada de don Carlos Marx, con cruce de la anterior ganadería, y con divisa grana amarilla y morada en plazas de primera. Un toro que parece facilón, pero que, entrampilla en cuanto puede hasta al mismísimo presidente (un hermano ya sacó a un presidente del palco). Hay que andarle con mucha seguridad porque es muy difícil hacerle faena con la derecha.
3º “Terrorista”: negro zaino de la espeluznante ganadería Parabellum, procedentes de un cruce con vacas y sementales de las ganaderías anteriores. Se lidian sin divisa determinada y pastan en las dehesas de Francia, Argelia y Venezuela. Son bravísimos, pero suelen estar toreados y le dan una cornada al lucero del alba. Cuidadito, muchacho; suelen embestir mejor a lo azul que a lo colorado.
4º “Separatista”: jabonero y listón. Esta ganadería lidia a nombre de Países Independientes. S. L., y con la divisa que más conviene en cada momento. Suele escarbar y mugir para impresionar y embiste a oleadas. No se le puede torear en el terreno que escoge y hay que sacarlo a los medios y llevarlo en corto. De salida hay que pararle muy bien los pies y que se sienta dominado.
5º “Demócrata”: retinto, meano, verdugo y bizco del derecho -mirando a la Izquierda-, de la desacreditada Federación de Ganaderos Convergentes. Todavía no tienen divisa y, provisionalmente, la usan de blanca CEDA. Proceden de don Gil del Robledal, que tuvo su apogeo en los años de la segunda República, pero que, por desconocimiento, no supo conservar la casta y los mando al matadero. No suele cornear para matar, pero muerde y tira coces, que es la única forma de dejar en ridículo al diestro que lo lidie.
6º “Sotana”: cárdeno, astifino, de la antiquísima ganadería de los Tarancones, con divisa celeste y oro. Es un toro hipocritón, de embestida incierta y desarrollando un gran sentido. Admite muchos pullazos y no se le puede lidiar a la sombra. Le gusta estar al sol… que más calienta. En el último tercio suelen dar buen juego para buscarse el indulto.
7º “Desahuciado”: sobrero de la muy acreditada ganadería de Los Búnquer, con divisa grana y oro. Es noble y luchador hasta la muerte, pero tiene que torearlo. un hombre de cuerpo entero. Se crece al castigo y es muy peligroso cuando se le pincha de mala manera.
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Este es el panorama que te espera, chaval. Mucho habrá que aprender para salir airoso en mayo y cortar alguna orejita. Y, ahora, mi último consejo: si los seis de lidia ordinaria no dan facilidades -que será lo más seguro-, no habrá más remedio que pedir el sobrero, que siempre suelen salvar las malas corridas.
Y aquí termina mi crónica. Vista, suerte… ¡y al toro!
Eloy HERRERA SANTOS
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