Revista FUERZA NUEVA, nº 489, 22-May-1976
No llegaron
… Por desgracia… el Vía Crucis de Montejurra no sólo no ha vuelto al genuino sentido penitencial que nunca se debió perder, según declaraba el reverendo Joaquín Vitriain –recientemente presente en Codo, otro acto en memoria de los caídos con la Hermandad Sacerdotal-, su capellán y creador, sino que han abocado al lamentable suceso de todos conocido…
… Que conste solemnemente, en esta turbia agua revuelta, a tantos que claman, que en Montejurra, de donde salió la salvación de España y costó remover a los Requetés porque se negaban a sublevarse con Mola si no era con la bandera bicolor, se ha proscrito esta bandera gloriosa, se ha apaleado a quienes lucían sus colores, fueran hombres o mujeres, y, con todos los rencores y complicidades a favor de ETA, se ha intentado subir al monte llevando en alto banderas de todos los separatismos, banderas rojas, banderas hasta del Polisario, lo que constituye el colmo de la abyección y de la castración mental. Todo ello con puños en alto y con el adobo de la hoz y el martillo en todos y cada uno de los monolitos erigidos en honor de quienes murieron por desterrar ese signo del suelo sagrado de la Patria. ¿Cómo pretenden ser recibidos los que se entregan a tal aberración?
Monsieur Huges y sus seguidores no llegaron arriba. Monsieur Huges, con su comparsa, volvió la espalda y se marchó de España con las mismas complicidades con que entró en mala hora. Si quiere divertirse, ¿por qué no prueba en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas? Allí caerán bien sus devaneos promarxistas. Allí tiene en la Pasionaria un buen puntal. Sus cuñadas lo saben bien.
Aquí no. Ser español es algo más serio y entero que todo eso.
José Sánchez Robles
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