Revista FUERZA NUEVA, nº 499, 31-Jul-1976
Declaración penosa
• Nadie esperaba que la declaración programática del gobierno Suárez fuese una pieza literaria… el documento es farragoso y embarullado, endeble y tosco. Como cualquier artículo de los “Tácitos”…
Pero lo que interesa es su contenido… Lo primero que se advierte es la ausencia de dos nombres: Dios y España. Y también la Monarquía, que es suplantada por la Corona (¿de espinas?). En cambio, diez veces se utiliza la palabra “libertad” en singular o plural, adjetivada o no. Y del 18 de Julio no hay referencia ni intención, por supuesto.
• En realidad, si no estuviera fechada en Madrid, la declaración serviría lo mismo para Uganda o Somalia. Su texto es tan genérico e impersonal, como inane y vacuo. Sin explicación histórica, jurídica y política. Y más que democrático resulta demagógico. Porque se recurre a todos los tópicos y palabrería liberal, como si fuera fruto de la “mentalidad laicista” denunciada por el Papa. Es típica floración de la “fanática beatería democrática” como la ha calificado el padre Félix García. Algo que hubiera hecho las delicias de Clodio, ya que en la declaración aparecen expresiones como “la soberanía reside en el pueblo”, “sistema político democrático”, “libertades cívicas”, “igualdad de oportunidades políticas”, “juego político abierto a todos los españoles”, “acomodación de todos los textos legales a la realidad nacional” (éste será el coladero del aborto, el divorcio, la droga, la pornografía, etcétera.), “libertad de expresión”, “pluralismo natural” y otras de parecido jaez.
• Sencillamente, penosa y triste. Un claro ejemplo de la “dialéctica del caos” que señalaría Jesús Fueyo, y a cuyos autores cabe aplicar lo que también dijo proféticamente el profesor: “¿Les ha sido dado alguna vez a los mismos hombres que destruyen edificar sobre las ruinas?”
Para colmo, la amnistía. En la que, si hay un ánimo de reconciliación, ya hemos visto la respuesta con explosivos el día 18 de Julio.
• La declaración, sin embargo, en medio de la hojarasca libertaria que trata de disimular su raquitismo doctrinal, su enteca armazón, su espíritu decadente y regresista y su claudicación vergonzosa, apunta una cosa indubitable y clara: la ruptura total con el Régimen del 18 de Julio. Es lo único que pretendía encubrir y no ha podido. Lo cual justifica la oposición de los cuatro ministros militares, cuyo pensamiento ha sido expresado en la prensa por el vicepresidente De Santiago: “¿Es que puede extrañarse de nuestra historia contemporánea un bloque de cuarenta años con un balance tan positivo para España?
La declaración lo extraña, lo ignora. La suerte está echada.
El DIrector
|
Marcadores