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Revista FUERZA NUEVA, nº 508, 2-Oct-1976

LAS «LIMITACIONES» DEL MINISTRO SEÑOR REGUERA

El ministro de Información y Turismo, Andrés Reguera Guajardo, ha manifestado en Tortosa que «existen tres limitaciones al amplio margen de información informativa... Son éstas: la institución monárquica, el respeto a las Fuerzas Armadas y la unidad nacional». Tanta simplificación es ya un sarcasmo. La Monarquía, Intérprete del Estado católico, social y representativo, que enuncia la Ley de Sucesión, las Fuerzas Armadas y la unidad nacional son valores de primera división. Pero la Monarquía, instaurada por Franco en la persona de Juan Carlos —no la Monarquía constitucional y parlamentaria, como con notoria infidelidad subraya «La Vanguardia» del 7 de septiembre—, tiene un abanico más amplio y sustantivo para promocionar. La moral pública, la familia, la participación política orgánica, entran también en el entramado de nuestras Leyes Fundamentales, así como la defensa de la sociedad contra el ateísmo y la depravación mental y moral, con tanto o más rigor que la propia Monarquía. No podemos caer en las contradicciones de la Restauración, que amparaba con gran hipocresía el respeto exterior a sus titulares, mientras permitía la corrupción de España, el anticlericalismo más soez y las propagandas demagógicas, republicanas, separatistas, anárquicas y marxistas. Y no es esto lo que juraron el ministro de Información y Turismo, ni el Gobierno, ni el Rey. Juraron ante Dios las Leyes Fundamentales y Principios del Movimiento Nacional, que incluyen la primacía total de la doctrina católica en la vida pública y del bien común nacional, sólo realizables en la unidad de la Patria, a cuyo servicio están la Monarquía y las Fuerzas Armadas. En esta escala de valores, sin eufemismos y con toda claridad.

Los signos que estamos viviendo no son de fortaleza política ni de vitalidad de nuestro pueblo, sino de pansexualismo, de marxismo y de subversión hábilmente aceptada por los que tienen más obligación de enfrentarse con ella. (...) Y si en España sólo son invulnerables la Monarquía —constitucional y parlamentaria, según el lenguaje de «La Vanguardia»—, las Fuerzas Armadas y la unidad nacional, habremos de contestar- lo que Eugéne lonesco comentaba en «Le Monde» acerca del derecho de matar, o sea del aborto y de la eutanasia: «¿Cuánto tiempo? ¿Diez años? ¿Un año? ¿Tres meses? ¿Un día? Quizá nos veamos obligados a suplicar: ¡Un minuto más, señor verdugo!»

Levantamos nuestra voz, no ya ante el Gobierno español, demasiado responsable de lo que ocurre, sino al propio Rey don Juan Carlos I, que, por sus juramentos y por su conciencia de Rey católico, está emplazado a las soluciones más drásticas. España no puede esperar ni un minuto más en esta agonía de la reforma-ruptura.

Jaime TARRAGÓ