Tras leer sus escritos, he tenido la intuición de buscar por la red qué proponen algunos grupos políticos. Y me he topado con éste: Programa político de la Comunión Tradicionalista Carlista
Y en su página 22, leo...
Y me recuerda muchísimo a algunas de las cosas que usted y yo, aquí, hemos dicho. Es verdad, "el actual sistema de sanidad es heredero del nacionalsindicalismo". Nada que objetar a la primera premisa, lo suscribo desde la primera letra a la última. Ojalá toda la sociedad española supiera que este modelo sanitario estatal que ahora muchísimos están defendiendo 'es heredero del nacionalsindicalismo' y no obra de ninguno de los sucesivos gobiernos del régimen masónico-juancarlista. ¡Correcto!."El actual sistema de sanidad es heredero del nacionalsindicalismo, lo que le lastra con una excesiva intervención del Estado. Las iniciativas en favor de la promoción de la salud y la atención al enfermo corresponden primaria y principalmente a los cuerpos sociales (fundaciones, cooperativas sanitarias, empresas aseguradoras, etc.). Los casos en que no llegue la iniciativa social serán atendidos, con carácter subsidiario, por la administración (el municipio, la diputación provincial o el estado, según proceda) con criterios de calidad y eficacia"
Ahora bien, la siguiente afirmación me recuerda muchísimo a algunas de las cosas que usted aquí ha dicho: "...lo que le lastra con una excesiva intervención del Estado". Pues nada, lo dicho, 'vamos a aceptar pulpo, otra vez, como animal de compañía'.
Y ¿qué propone este partido político para solucionar 'el problema'?. Pues, según leo, para 'solucionar' este supuesto problema, el programa político al que me estoy refiriendo nos informa que: "Las iniciativas en favor de la promoción de la salud y la atención al enfermo corresponden primaria y principalmente a los cuerpos sociales (fundaciones, cooperativas sanitarias, empresas aseguradoras, etc.)". Es decir algo de lo que mi madre, que tiene ya ochenta y muchos años ha conocido y padecido en primera persona. Si le contara yo las veces que mi madre nos ha contado a mis hermanos y a mi lo terrible que era, cuando algún miembro de su familia caía enfermo, tener que acudir a esas fundaciones privadas basadas en la misericordia, algunas de ellas con muy buena intención, pero con muy pocos medios. Lo terrible que era pensar que el familiar enfermo no iba a recibir jamás tratamiento correcto, y que ante una mala rotura de un hueso de una pierna que no sanara debidamente, lo más que podían ofrecerles era la amputación del miembro, si es que tenían la suerte de que pudiera llegar a ser atendido... ¡Cuéntenles ustedes a personas como mi madre, y a más personas de su generación, que la Seguridad Social que les donó el franquismo no fué una entera y completa maravilla!.
Y díganles después que, si pueden demostrar fehacientemente y en tiempo record, que las fundaciones esas, las cooperativas sanitarias o las empresitas aseguradoras del carajo, no les pudieran 'ayudar', habrían de comenzar a solicitarle a los ayuntamientos, las diputaciones provinciales, o a quien leches proceda... que, por favor, 'cubran de manera subsidiaria la operación de un hijo que se está muriendo'. Porque ellos no tienen dinero, ni seguro de enfermedad privado, ni ninguna mierda de esas.
Explíquenles ustedes a personas obreras ancianas como mi madre que van a tener que sufrir temiendo que sus nietos tengan otra vez que volver a pasar por las desgracias que ellos pasaron. Que van a tener que regresar a los tiempos de la monarquía de Alfonso XIII o la II República, y verán qué pronto corren prestos al colegio electoral más próximo a depositarles su voto en la urnita juancarlista. Porque, es que... señor Martin Ant, ese sistema en España ya lo hemos padecido. Lo padecieron nuestros abuelos... Y gracias a Dios llegó el Caudillo a traer a los obreros y a los que no eran obreros, a los españoles todos, la Patria, el Pan y la Justicia.
Un saludo
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P.D.: Le agradezco que usted nos haya desvelado todas estas ideas. Gracias a ellas me he tomado la molestia de leerme por encima el programa político de esta formación a la que me refiero, y ya sé a qué partido no voy a votarle, si alguna vez me decidiera a votar, en la vida.
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