A ver, señor Martin Ant, no hay ningún problema en que puedan existir mutuas privadas o 'igualas' (¿recuerda el término?). De hecho, como usted mismo admite, esas mutuas privadas de asistencia médica, también sobrevivieron una vez instaurada la Seguridad Social en España. Aunque, también es justo decir que, antes de ese punto de inflexión determinante para la sanidad española, las familias españolas por necesidad (...y tampoco todas podían permitírselo) se veían en la obligación contratar a un médico particular o se inscribían en una mutua, porque de otra forma no podían acceder a los siempre costosísimos servicios sanitarios privados (que es lo único que había). Los que optaban por la primera opción, financiaban su asistencia mediante el abono de una "iguala". Estoy seguro de que recuerda el término. Y es justo precisar también que, a pesar de la implantación progresiva del sistema estatal sanitario durante el franquismo, esta alternativa todavía se mantuvo vigente en algunas localidades españolas durante algún que otro tiempo. En algunos casos, esta costumbre pervivió hasta bien entrados ya los años 70. E incluso también llegó a ser una solución para quienes no habían cotizado, porque recordemos que aquella Seguridad Social a la que nos referimos era solo para los trabajadores españoles y sus familias. En ningún caso tenía carácter universal como más tarde nos obligaron a entenderla... de modo que hasta un inglés que se cayera bajando por la escalerilla de su avión de turista tenía ya pleno derecho a ella. Con ese error lamentable comenzó su ruina...
Habla usted de defender la propiedad social, e incluso alude usted al señor Eloy Landaluce a la hora de mostrar su predilección por un tipo de propiedad que no es, ni la individualista del capitalismo, pero tampoco la propiedad estatista de los muy diversos socialismos. Dice usted, y yo estoy de acuerdo, que se trata de un concepto distinto. ¡Perfecto!, es un concepto distinto. Pero no olvide que ese 'concepto' también coexistía con la Seguridad Social estatal creada durante el franquismo. Ahora bien, tampoco nos diga que velar por la sanidad de sus súbditos no es misión propia de los buenos gobiernos. ¡Ya solo faltaría eso!. No lo será en el modelo de estado que usted preconiza, pero sí lo es en el mío y también lo fué en el del franquismo. A ver si vamos a reducir ahora otra vez las funciones del estado únicamente a las del ejército, la policía y los tribunales de justicia. Ese modelo de estado es demasiado injusto, liberal, imperfecto y raquítico para que alguien como yo pudiera aceptarlo y digerirlo de buena manera. Su modelo de estado se parece demasiado, a mi modo de verlo, al modelo vigente en algunos países como Marruecos o los Estados Unidos. ¿Sabía usted que en Marruecos también existen instituciones privadas benéficas (generalmente religiosas, del islam...) que prestan ayuda sanitaria a los que no tienen dinero para costearse las carísimas clínicas privadas?. Ahora bien, pruebe usted a ir a una de ellas... o hable con algún desgraciado que haya tenido que utilizar sus servicios. Al más mínimo problema traumatológico, y hablo de un caso que conozco a ciencia cierta, sencillamente se lo arreglan cortándole un brazo o una pierna... Así está tan repleto de lisiados, mutilados y tullidos ese país tan próximo al nuestro.
Lo siento, Martin Ant, pero no me convencen sus argumentos. Puede que no le parezca lo suficientemente católica, ni tradicional, mi decisión... pero me quedo con la Seguridad Estatal y gratuita que en España disfrutamos desde los tiempos del Caudillo. Y le repito que, entre otras cosas, por eso aún podemos decir que en España vivimos muchísimo mejor que en otros países que jamás tuvieron esa maravilla.
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