Esa nacionalidad está concedida en 1854, cuando toda la Familia Borbón-Parma reconocía como reina de España a doña Isabel II; pero entiendo que quedaría sin efecto en cuanto don Roberto de Parma HIZO ARMAS contra la dinastía liberal en la Tercera Guerra Carlista. De ahí que SU HIJO, don Elías de Borbón-Parma TUVIERA que pedir la nacionalidad española en 1920 a Alfonso XIII, como he puesto más arriba:
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/19...0704-00704.pdfEn puridad, desde 1872 Carlos VII levantó armas contra Amadeo de Saboya y contra la República, liberando varios territorios de la Península. En ellos llevaba reinando, no sólo de derecho, sino también de hecho, casi tres años, cuando de repente apareció Don Alfonso en Enero de 1875 y fue él quien levantó armas contra su Rey legítimo.Por tanto, don Javier NO TENÍA LEGALMENTE la nacionalidad española; ni en tiempos de Alfonso XIII ni en tiempos de Franco, tal como afirma el Gobierno Español en 1969 con motivo de su expulsión:
https://linz.march.es/documento.asp?reg=r-15790
Usted dice que el hecho de que Don Roberto, en el lance bélico, estuviera del lado de Carlos VII, le habría supuesto la pérdida tácita de la nacionalidad española que le concedió la "legalidad" liberal. Pero los hechos posteriores del régimen alfonsino llevan a inducir más bien lo contrario.
En primer lugar, tendría sentido suponer la pérdida tácita de la nacionalidad si la dinastía liberal hubiera seguido rigiéndose según la legalidad tradicional española. Pero desde el momento en que han ido sometiéndose a las distintas Constituciones de los sucesivos regímenes revolucionarios, es claro que para ella no tenía vigor ni vigencia la susodicha legalidad tradicional. En el caso concreto del primer Alfonso, fue Cánovas del Castillo el que decidió instaurar de cero una nueva "monarquía", reavivando para ello a la dinastía liberal felizmente muerta y enterrada en 1868 (exactamente igual a lo que haría Franco después, instaurando también una nueva "monarquía" rompedora con el pasado, reavivando para ello a la dinastía liberal felizmente muerta y enterrada en 1931).
Por lo tanto, con Cánovas nos encontramos con una nueva "legalidad" que rompe con las anteriores, y, por lo tanto, entiendo que para que Don Roberto hubiera perdido su nacionalidad española el régimen alfonsino tendría que haber expedido un "Decreto" expreso de revocación de la misma. Esto es lo que sí le ocurrió, por ejemplo, a Alfonso "XIII", a quien la II República le quitó expresamente la nacionalidad española por "Ley" de 26 de Noviembre de 1931, y a quien Franco se la volvió a otorgar en 1938 (Ley 1938 concediendo nacionalidad Alfonso.pdf).
En segundo lugar, todo esto queda corroborado por el "Decreto" de 1920 en favor de D. Elías que usted trae a colación. En esa disposición no se le "otorga" a D. Elías la nacionalidad española, sino que le "reconoce" la nacionalidad española. Esto demuestra que D. Roberto no perdió la nacionalidad española que le dio a él la "legalidad" liberal, ya que su hijo D. Elías la heredó. Si D. Elías no hubiese heredado la nacionalidad española de su padre, entonces el Gobierno alfonsino le habría tenido que otorgar o constituir la nacionalidad española; pero ahí lo único que se hace es reconocérsela públicamente. A alguien se le "da" o se le "otorga" algo, cuando éste no lo tiene. En cambio, a alguien se le "reconoce" algo cuando éste YA LO TIENE. Y, además, no dejaría de ser absurdo que, siendo D. Elías y D. Javier hijos de un mismo padre, uno heredera la nacionalidad española de su padre y el otro no. El reconocimiento por el régimen alfonsino de que D. Elías nació español, no deja de ser, a su vez, un reconocimiento implícito de que D. Javier también nació español.
Por lo tanto, reitero lo que dije en mi mensaje anterior: aun cuando Franco hubiese utilizado la "legalidad" liberal como "argumento" para la "no españolidad" de D. Javier, incluso en ese caso no habría tenido razón, ya que esa misma "legalidad" liberal abogaba (tanto explícita como implícitamente) en favor de la realidad de la españolidad de D. Javier.
Ya. Bueno. Y yo simplemente le reitero el hecho de que NO TODOS IBAN DE TRADICIONALISTAS hasta 1948, sino que esa descripción podía tener sentido aducirla respecto a uno (D. Juan), pero no con respecto al otro (D. Javier), teniendo en cuenta sus respectivas trayectorias públicas hasta 1948 (por un lado, lealtad de D. Javier a los sucesivos Reyes legítimos españoles, a los Principios del Real Decreto de Enero de 1936, y al pacto fundacional del 18 de Julio; y por otro lado, obstinada e impenitente lealtad de D. Juan al demoliberalismo de sus antecesores de la dinastía liberal-revolucionaria).Lamento su decepción, pero YO NO HE DICHO que se fiara de don Juan y no se fiara de don Javier; he dicho que llevándose mal con don Juan se llevaba aún MUCHO PEOR con don Javier, que son DOS COSAS BIEN DISTINTAS. Así afirmé:
Y dado que entonces TODOS IBAN DE TRADICIONALISTAS mejor que no se fiase de ninguno...que "obras son amores, y no buenas razones".
Fiarse, no se fiaba de ninguno de los dos, pero al menos don Juan tuvo la prudencia de no haber discutido la autoridad de Franco durante la guerra (por las consecuencias gravísimas que eso conlleva) con motivo del Decreto de Unificación. Eso es lo que yo modestamente OPINO.
Respecto a lo de la no aceptación del Partido Único FET de las JONS creado por Franco, reitero lo mismo. La trayectoria pública de D. Javier y D. Juan de abierto rechazo al mismo hasta 1948 es clara y no supone, en este punto concreto, ninguna diferencia esencial entre ambos.
Otra cosa es que usted considere que D. Javier no tenía razón ninguna para oponerse a una medida política que constituía una flagrante contradicción y violación del pacto fundacional del 18 de Julio, uno de cuyos postulados exigía claramente la inexistencia total y absoluta de ningún partido político, pero eso es otra historia. Precisamente lo que quedó demostrado durante la Guerra fue la colaboración incondicional en materia militar por parte de D. Javier, pues nunca dio a los requetés la contraorden de desmovilización de los mismos, a pesar de que le sobraban los motivos para ello debido a las inauditas medidas que empezó a tomar Franco contra los legitimistas en plena Guerra (expulsión de Fal Conde por la erección de una Academia Militar que contaba con la expresa aprobación del General Mola; expolio al estilo soviético de la propiedad privada de los legitimistas: inmuebles, publicaciones, etc.; expulsión del propio D. Javier tras una gira exitosa en Diciembre de 1937 por varios territorios de la Península con entusiasmo y levantamiento de la moral de las multitudes legitimistas; etc...).
No. Una cosa es la falacia ad hominem, y otra cosa diametralmente distinta es el argumento ad hominem, que es el único al que yo me estaba refiriendo.Es decir, AFIRMA usted que don Javier emplea falacias en sus argumentos (y yo además no soy capaz de "entenderlas")....
Y si algo está escrito en la prensa francesa, pero va dirigido a orleansistas y liberales juanistas ¿no vale pare el resto del mundo?.
Sigue el absurdo de otra discusión INSÓLITA en este Foro.
Usted se obstina en una interpretación particularista que no tiene nada que ver con el sentido que se desprende del texto del comunicado de D. Javier. Este comunicado de D. Javier, nada más aparecer, fue ampliamente difundido entre las publicaciones de los legitimistas, y totalmente silenciado en las publicaciones de los juanistas. Lo que sí resulta insólito es que todo el mundo (legitimistas y antilegitimistas) comprendiera perfectamente el sentido que se desprende claramente de la simple y llana lectura del texto, y usted se empecine con su pintoresca y novedosa interpretación (que nadie vio, salvo usted) acerca de un supuesto reconocimiento de la legitimidad de D. Alfonso por parte de D. Javier. Pero en fin, para aficiones no hay nada escrito.
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