Re: Xenofobia vs. xenofilia

Iniciado por
Kontrapoder
El tradicionalismo carlista y el falangismo ya ofrecen doctrinas muy sólidas para evitar la disolución de las naciones. Y para evitar el declive demográfico blanco lo mejor es la moral católica, sin aditivos.
Cierto, si no fuese así yo no sería carlista, pero hay otras diferencias además en esas tendencias que en otros países europeos se están empezando a sentir plenamente: es decir, aquí no veo el "ora et labora" o el más popular "A Dios rogando y con el mazo dando" por ninguna parte. Sin embargo, dentro de poco más de un mes vamos a volver al mismo circo que hemos tenido los cuatro meses anteriores mientras los señoritingos podemitas siguen adelante y no es que nos vayan a adelantar a nosotros, ¡es que ni existimos! ese es el problema. Vaya un análisis sobre ello, razón tiene el cura Jorge, y razones expone, pero el nudo gordiano del asunto no es qué pasa y por qué, sino ¿qué carajo hacemos? porque si alguien se cree que todo esto ha venido así por el aire, por el viento zapateril, va dado. Esto ha venido porque desde hace mucho tiempo no hay lo que hay que tener. ¿Y vamos a reprocharles a otros que ya empiecen a reaccionar? No me sorprende el desprecio que sienten unos y otros por el Catolicismo. Parafraseando a Kennedy viene al pelo aquello: "No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país." Pues además de preguntarnos que podemos hacer por España, preguntémonos también que podemos hacer por Cristo y su Iglesia. En el Siglo XIX unos tipos llamados carlistas hicieron tres guerras; en el XX esos mismos tipos, junto con otros tipos conocidos como falangistas hicieron otra, para finalmente soltar sopapos como guantes de béisbol en los primeros años del "ESTADO DE DESHECHO que nos hemos dado" ¿y hoy qué hacen unos, los "carcas" y otros, los "fachas"?
Carca y facha como argumentos de peso
Jorge, el 6.05.16 a las 11:40 AM
Oigan, que ustedes dirán lo que quieran, pero no es nada fácil tratar de razonar o argumentar con alguien y que la única respuesta a tus argumentos sea llamarte carca, fascista, retrógrado, fundamentalista, fariseo, infocatólico y de paso machista, misógino y destructor del espíritu del concilio, amén de poco misericordioso. Como pueden imaginar, servidor, con argumentos de tal calado, prefiere dedicarse a otras cosas.
¿Que hablamos de cosas de fe, por ejemplo? Bueno, pues ahí tenemos el Catecismo de la Iglesia Católica para empezar y obras de calado donde apoyarnos.
Si de liturgia de la eucaristía, que menos que partir de la Instrucción General del Misal Romano, que es el abc del asunto.
Si del rito extraordinario, por lo menos conocer “Summorum Puntificum”.
No vean las que he tenido con la adoración eucarística perpetua, que hasta he escuchado que es “no solo un error teológico, sino además una práctica piadosa, marcadamente preconciliar y de dudoso alcance ecuménico.”
Cuando me dicen estas cosas, que llegan al extremo de cuestionarte el uso de la casulla en la liturgia, del lavabo en la misa o de que recuerdes que faltar a misa un domingo es pecado mortal, simplemente pregunto que en qué se basan, si hay una normativa nueva, una reflexión interesante, un estudio que merezca la pena ser conocido. No sé. Algo.
Pues no. No hay nada. Al contrario claro que sí. Pero argumentar con el Catecismo, los documentos de la Iglesia, el testimonio de los santos no vale. Lo que vale es la opinión de Manolo, cura párroco de liturgia alternativa y nómina convencional, las ocurrencias de sor Veremunda, Vere para los amigos, de hábito seglar y enormes colegio y conventazo de siempre, y las genialidades del equipo de liturgia de la parroquia de San Serenín en su éxtasis segundo, que acaba de descubrir la pancarta en el presbiterio recordando que Dios te ama, la ofrenda de las sandalias como signo de nuestro caminar y la danza contemplativa tras la comunión , que por cierto tiene de los nervios a doña Segunda, empeñada machaconamente en dar gracias de rodillas. Cosa suya.
Pues vete tú a opinar -suavemente, eso sí- que la misa se debería celebrar siguiendo las rúbricas, que tal vez fuera bueno recordar los mandamientos y que de momento parece que lo de lo de la doctrina de la Iglesia sobre comulgar en pecado mortal sigue estando plenamente vigente. Pobre de ti. Insisto: carca, retrógrado, fundamentalista… Pero ni un solo argumento.
Con la cosa de que la Iglesia somos todos, especialmente Manolo, sor Vere y el grupo de San Serenín, se imponen la liturgia con danza y estallido de globos, la retirada de los reclinatorios, el cierre de los confesionarios, que quedan chachi guay para guardar los trastos de limpieza, la, de momento, abolición del sexto mandamiento en vías de ser obligatorio lo antes prohibido, la nueva comprensión de Jesucristo como líder religioso mundial de categoría similar a Gandhi y Lither King y la reducción en la práctica a la nada del papado por la cosa del nuevo ecumenismo. Y usted, doña Segunda, a ver si se actualiza.
Si hay que hablar y dialogar, se hace, pero dialogar por dialogar pues como que no. Perder el tiempo con gente que carece de otra argumentación que llamarte carca y tradicionalista, fariseo y machista, amén de opositor al espíritu del concilio y por supuesto infocatólico, no merece la pena.
Carca y facha como argumentos de peso
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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