Fuente: El Pensamiento Navarro, 10 de Marzo de 1971, página 10.



MI RECUERDO EN LA FIESTA DE LOS MÁRTIRES DE LA TRADICIÓN

Por Joaquín Vitrián, Pbro.


Fue el gran Rey Carlos VII, prototipo de caballeros cristianos, quien estableció a perpetuidad esta conmemoración entrañable, que tanto ha calado en la gran familia carlista. Siempre se ha honrado el verdadero Carlismo con su glorioso Martirologio.

Pero honrar a los Mártires no ha de ser sólo enaltecer su memoria con bellas palabras; es, por encima de todo, aprender y poner en práctica la lección de ejemplaridad que nos legaron con su entrega al servicio de los grandes ideales de España. Los Carlistas deben ser siempre consecuentes con el ejemplo de sus Mártires. Frente a los que tratan de avanzar retrocediendo, es decir, volviendo la espalda al futuro, los hombres de la Tradición afirman que no hay otro camino posible de adelantar por el camino de la Historia que el de la consecuencia. El futuro de la Patria ha de ser condicionado por el sacrificio de nuestros héroes. Es preciso consolidar el triunfo de la Cruzada, para que la Patria no vuelva a estar en peligro. Hay que dar a España y al mundo entero testimonio de la más robusta vitalidad de la Causa, sostenida por tan leales y aguerridas multitudes. No podemos prescindir de la sangre de nuestros muertos. En esta hora crucial, en esta hora que puede ser dramática para el porvenir de la Patria, es necesario recordarlo una vez más. “El 18 de Julio de 1936” es algo más que un episodio glorioso y sangriento en la vida de la Patria; es algo más, con ser mucho, que la cifra y compendio de heroísmo y abnegación. Es un hecho irreversible que no puede explicarse sin unas raíces en el pasado; ni tampoco tendría razón de ser si se le pudiese relegar al olvido. Es, ante todo, una página grandiosa de lealtad a Dios y a España que no debe desvirtuarse. No se debe jugar, como quieren algunos malintencionados, con el futuro de la Patria. Sobre todo esto deberíamos reflexionar un poco, siquiera en esta efeméride gloriosa de los Mártires de la Tradición.

En el histórico Montejurra, al pie de las catorce Cruces, en la sencillez epigráfica de unos nombres de epopeya, está grabada la nueva página de la vieja historia de heroísmos del Carlismo. Son nombres de los 67 Tercios de Requetés de la Cruzada, que siguieron el ejemplo de los Batallones de Voluntarios del siglo XIX, y nos dejaron señalado el camino del honor. Tercios renovados muchas veces con frescas vidas, ofrendadas por el lema de Dios, Patria, Fueros y Rey. Todos ellos viven con su ejemplo constante en nuestro recuerdo y oraciones, pero, sobre todo, viven en Dios, para Quien no hay héroe anónimo ni sacrificio olvidado. Esperamos que el próximo mes de mayo, y en su primer domingo, día 2, podamos ofrendarles un año más el piadoso Vía Crucis Penitencial y el Santo Sacrificio de la Misa a lo largo del Calvario de Montejurra.

Pidamos, en esta fecha conmemorativa de los Mártires de la Tradición, diciendo con la Iglesia: “Dales Señor el descanso eterno, y brille para ellos la Luz eterna”. Ave Crux, Spes Unica.