Saludos AlfonsoVIII.Buenos días compañero.
Cuando digo que una Castilla unida intimida, me estoy refiriendo, básicamente, a los secesionistas, que pretenden ningunear, empequeñecer y cuestionar Castilla porque así se ven más libres para cometer sus abyectas acciones. Sin ir más lejos, observo que algún que otro forero es adepto de las teorías de Anselmo Carretero; se cuenta que este personaje y su padre adoptaron sus teorías territoriales durante su exilio en méxico, donde entablaron contacto con separatistas catalanes y vascos que les influyeron para defender una Castilla menor a la histórica. Vamos que no me refería a usted en concreto.
No te había entendido a la primera, mil disculpas. Sé que no se refería a mi. El tema secesionista a la hora de analizar datos históricos y mapas no es algo que le doy mucha importancia. Bien es sabido que el nacionalismo secesionista y no secesionista en casi todos los casos está llena de fábulas y hago lo posible en no hacerle caso. Pero a veces tienen razón en algunas cosillas, me explico. Yo había entendido que al hablar de empequeñecer Castilla era dentro del marco político español y no en el marco secesionista, ya que existen disputas internas entre comunidades autónomas y que pueden existir intereses, como por ejemplo la partición de Andalucía en este y oeste (surgido a raíz de unas proposiciones de leyes territoriales en la segunda mitad del Siglo XIX cuando ya se abolieron los reinos de Granada y las de Andalucía). Es completamente cierto lo que dijo Rodrigo, que el estado de las autonomías ha hecho un gran daño a España en el marco geográfico (que sin duda ése es el caso principal hoy) en concreto a las regiones y provincias españolas, pero Cataluña no es tanto el caso aquí porque ésta región no ha sufrido otro cambio que la de sus provincias tras la ley de Javier Burgos de 1833 y algunos otros asuntos internos que se hayan cambiado en la época, que no dejan de tener importancia (y hoy mismo con "Tabarnia"). Sus únicas demandas hoy son la falsas promesas de una secesión apoyado por mitos fabricados de la situación social, política y económica de la nación española. Hablo en este caso por ejemplo de León (provincias de León, Zamora y Salamanca) en el que se le ha hecho una unión con Castilla mientras que a ésta se les ha mutilado dos provincias (Santander y Logroño). La importancia de León es tal como la que yo había mencionado de Toledo que no se ha representado hoy por culpa de la const. de 1978 y los estatutos de autonomía. Cuando se habla de empequeñecer Castilla, pienso que Castilla está en una ventaja ahora mismo y que ésta organización es injusta. Diré que Castilla la Vieja no debería incluir León, y que Castilla la Vieja debería recuperar Logroño y Santander que es lo más importante para Castilla ahora mismo, porque, como Ud. bien te referías, ésto beneficia en este caso a nacionalistas vascos cuyas intenciones sería ésa, empequeñecer Castilla. Y seguramente estarías de acuerdo conmigo.
Debo decir que no conozco el origen del nombre Castilla la Nueva (en oposición a Castilla La Vieja), como tampoco la de Castilla Novísima (Andalucía). Saqué dos conclusiones a raíz de mis investigaciones mías en mi tiempo libre, la primera que eran apodos dados a las regiones para darles otro denominativo distinta de la original para indicar algo destacable como suele ser el caso para ciertos pueblos, provincias e incluso Estados hasta el día de hoy o nombres populares, pero no eran nombres propios de dichos reinos, es decir, nombres políticos, y la segunda que fueron nombres usados ya por liberales/afrancesados con fines concretos, y que estaba en uso desde 1833 hasta 1978. Pero a día de hoy ¿por qué no se siguó llamando Castilla la Nueva y pasó a llamarse Castilla-La Mancha, que es incoherente dado la extensión de La Mancha? Es como si a Castilla la Vieja lo llamaramos Burgos y Aragón Zaragoza. ¿Y que pasa con la importancia administrativa de Toledo, no se ha podido llamar así tampoco? Aquí le dejo un mapa que se puede encontrar facilmente en la Red que explica lo que me refiero, son las prefecturas que impuso José Bonaparte (Es como si hoy al Estado americano de Texas lo llamasemos Rio Grande Bajo-Comanchería o, por haber compartido territorio con Coahuila según algunos mapas, Nueva Coahuila). Yo no niego la existencia ni la importancia de dichos nombres, y sé que son certeras. Es más que visto que Castilla la Nueva es parte íntegra de la madre Castilla, y bien como has descrito en otro comentario, que es un dato muy importante a la hora de mirar a la historia, Castilla la Nueva fue tal por sus pobladores o repobladores castellanos a la zona tras la reconquista. Y dirás que no es lo mismo que a Murcia, puede que sí, pero no se puede ignorar que Murcia es Castellana también, al igual que la Actual Andalucía. Yo lo que no estoy de acuerdo del todo es incluir Castilla la Nueva dentro de Castilla la Vieja como una misma región debido a que hay cosas que se estaría intolerando. Quizás parecerá absurdo u obsoleto, pero si hoy me preguntaras que sería verdaderamente Castilla, yo te enseño esto. La esencia de castilla reside en la extensión de la corona dentro de la peninsula ibérica, y la Castilla original las provincias que había mencionado. En España había pensado que junto con los fueros y los títulos anteriores se restauraría esas divisiones regionales de las antiguas coronas, y pensé que esto tambien solucionaría varios problemas nacionalistas, pero por otra parte no tendría sentido dado que el actual Estado español es la suma de esas coronas mas es Reino de Navarra. Yo creo que aunque se llame Toledo una cosa no quitaría la otra y tampoco sería un invento como ya se ha dicho. Yo toledo lo veo más como la segunda de Castilla, dentro de ésa corona Castilla, pero además como siempre se ha visto, siendo también castellana. Es cierto que tanto Toledo para España por Castilla, como Algarve para Portugal nunca fueron un reino en el sentido administrativo político o ningún Estado por el estilo y solo lo fueron por título nobiliario, como lo puede ser un principado o un ducado, de otro cuerpo mayor, en este caso Portugal y Castilla. Digo esto porque al descubrir que Portugal se constituyó a principios del Siglo XIX en el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, causaba confusión porque parecía que se había hecho un error aquí, ya que Algarve no era un Estado, como bien has dicho, eran títulos nominales. Más allá de las intenciones, queda claro que hoy Algarve como tal no existe ya, pero Castilla la Nueva (Toledo) si. Y yo personalmente abogaría por la restauración del Algarve en un caso determinado, y ahora propongo la idea de denominarlo Castilla la Nueva Toledo, sin quitar todo lo que sabemos ahora. Parecería un caso difícil de digerir hoy, como plantear la restauración de Granada.Menciona ud. la territorialidad de la Corona de Castilla, formada por varios reinos -León, Galicia, Castilla, Sevilla, Córdoba, etc.-, y sí, en teoría, entre estos reinos, se hallaba el reino de Toledo, cuya territorialidad aproximada coincidía con la del Arzobispado de Toledo y el Obispado de Cuenca; a grandes rasgos, lo que hemos llamado Castilla la Nueva hasta el desastre de las autonomías. Bien; este supuesto reino era el único de todos los reinos de la Corona de Castilla que jamás contó con instituciones propias, mientras el resto de reinos contaba con su propio Adelantamiento Mayor. El reino de Toledo estaba supeditado al Adelantamiento Mayor de Castilla, y de hecho conocida es la disputa entre Toledo y Burgos por su primacía en las Cortes Castellanas, resuelta por el Rey Sabio, haciendo honor a su apelativo. El reino de Toledo no es más que una titulación nominal, idéntica a la del portugués reino de Los Algarves. Era un título que daba categoría, dada la importancia de la ciudad de Toledo en la Hispania Visigoda y el ideal de Restauratio Hispaniae que mueve la Reconquista. Toledo y su reino -Castilla la Nueva- no son otra cosa que Castilla. Ya en el siglo XII se menciona a Toledo como ciudad castellana; no es casualidad tampoco que el más antiguo vestigio heráldico de Castilla se halle en Toledo también. Llegados a este punto, pretender que Castilla la Nueva es a Castilla la Vieja lo mismo que Murcia es un tanto atrevido.
Yo defiendo el establecimiento de Extremadura, pero es verdad que dependía de León por la provincia de Salamanca si no me equivoco. Y si, es un termino geográfico, también hay otras extremaduras por la península. Yo había pensado si ha Extremadura había que llamarlo Badajoz si fuese el caso debido al uso de los escudos de armas, pero no creo que tiene pies ni cabeza. Vascongadas y Navarra son más distintos entre sí que las dos castillas dado que Vascongadas formó parte de Castilla, y pienso que eso marcó unas diferencias hasta la actualidad entre éste y Navarra en cuanto al tema del euskal herria.La idea de Extremadura aplicada, más o menos, al actual territorio que conocemos con ese nombre data del siglo XIV, aunque sólo como denominación geográfica. No es hasta mediados del siglo XVII que surge Extremadura como provincia del Antiguo Régimen, con fines meramente administrativos, ya que hasta ese entonces dependían de la provincia de Salamanca. Conozco bien la Extremadura oriental -tierras de Plasencia, Trujillo, Medellín y la Siberia- y si halla usted diferencias entre un abulense del Bajo Alberche y un verato le doy un premio. De la misma manera que no hay diferencia apreciable entre alguien de la Siberia y alguien de los Montes de Toledo -la Siberia fue parte de los Montes de Toledo, y con ello del alfoz de Toledo, hasta mediado el siglo XV-. Y con el occidente puedo decir lo mismo. Las tradiciones, el habla, la música tradicional y tantas otras cosas, no hallan fronteras entre Salamanca y Las Hurdes o la Sierra de Gata.
Yo por mi parte no tengo nada en contra con que Extremadura, en el seno común de nuestra amada España, siga teniendo su lugar, pero dadas las circunstancias, si el día de mañana los extremeños de uno u otro lado de la Vía de la Plata desean retornar con León y Castilla, y ambas partes queremos, pues por qué no.
Del mismo modo tampoco hallo problema en la existencia de una Castilla la Vieja y una Castilla la Nueva, tal y como existen hoy Vascongadas y Navarra, que a pesar de ser una sola unidad histórico-cultural son dos regiones separadas; pero siempre manteniendo entre nosotros esos lazos históricos, culturales y afectivos que nos identifican como castellanos tanto a los de la Vieja como a los de la Nueva.
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