Revista FUERZA NUEVA, nº 491, 5-Jun-1976
ESTRATEGIA CONTRA ESPAÑA
El Partido Comunista español –según el propio Santiago Carrillo- sitúa como fase deseable un proceso democrático con objeto de arribar a la terminal
La estrategia de la oposición al Estado del 18 de Julio ha sido trazada por el Partido Comunista de España, que, en definitiva, mueve los hilos conductores a las sucesivas etapas incluidas dentro del plan operativo, tiempo ha, por Santiago Carrillo o quizá, incluso, por sus mentores soviéticos. La plataforma subversiva Coordinación Democrática no representa más que la plasmación real y tangible del perseguido Pacto para la Libertad. Detalle al que, por cierto, apenas se alude ni siquiera por quienes que se hubieran percatado del mismo y sobre los cuales recae, cuando menos, el imperativo de alertar a la comunidad nacional. Y el Pacto para la Libertad implica, dentro de los planes carrillistas, la antesala y ariete para forzar la singladura hacia la democracia, ulterior punto de arranque hacia el socialismo.
… Estrategia subversiva elaborada por Carrillo y su Estado Mayor que así se encargan de desmentir implícitamente a cuantos se empeñan en convencer de que en la democracia estriba el valladar para el comunismo… La ingenuidad candorosa de cuantos suponen lo contrario no puede resultar mayor.
Quizá el éxito más notorio de Carrillo consiste en impregnar a casi toda la oposición al Estado nacido de la Cruzada, de aquellas concepciones tácticas propiciadas precisamente por el Partido Comunista. El tinte bermejo de la prensa, denunciado no hace mucho por Salvador de Madariaga, las reacciones histéricas frente a las verdades cantadas por Soljenitsin, la exigencia del reconocimiento legal del Partido Comunista, reclamada incluso por los democristianos, los planteamientos comunistoides del increíble Congreso de la UGT, la imposición y vigencia de las locuciones “ruptura democrática” o “ruptura pactada”… implican indicios incontrastables de hasta qué punto el Partido Comunista ha introducido su táctica… guardando fidelidad a la añeja y clásica táctica seguida en todos los procesos revolucionarios y que Lenin sintetizara como “dos pasos adelante, uno atrás”.
Lo cierto es que se camina hacia el objetivo propuesto por los partidarios de la “ruptura” y que solo se aprecian diferencias de puro trámite… se apresura la marcha hacia el restablecimiento de las libertades… que consagrarán la legalidad de una parcela amplia del marxismo, y ya estamos ante el indisimulable umbral de un periodo constituyente. Mas el principal logro de la subversión radica en que se acaba de restaurar el dogma de la soberanía popular, que –se persiga o no- se encarnará en la Cámara Baja, introduciendo el principio disolvente del Régimen y antagónico del fundamento y sustancia doctrinal de la Monarquía del 18 de Julio.
Pero, además, a poco que se examinen los puntos programáticos de Coordinación Democrática, casi en su totalidad, se recogen entre los objetivos propuestos por el Gobierno Arias… sólo algunos puntos accesorios, como el de la amnistía o el de gobierno de amplia coalición se han pospuesto, pero incluso ésos, al igual que la legalidad del Partido Comunista, no tardarán en llegar…
Mientras tanto se disimulará el éxito, para soslayar la eventual sensación de inseguridad de quienes dormitan porque han suspirado ante el acatamiento de las formas procesales y creen que ya pasó el peligro. Peligro que nunca se ataja sin afrontarlo en su raíz. Ignoran que cualquier proceso revolucionario tuvo sus períodos de relativa tranquilidad… Y procurar atender con credulidad a las declaraciones, donde la subversión encubre la alegría frente a la fase ya superada y critica los esquemas adoptados por la reforma para no descubrir el triunfo y a la vez preparar el próximo asalto, presionando a quienes imaginaron que las concesiones postreras valdrían de salvaguardia.
Vicente de PERLORA
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