En vista de que, junto al castellano, tengo el inglés por lengua materna, me veo forzado a hacerle una pequeña corrección. Verá, cuckold no es una invención de la industria pornográfica, pues es una palabra antiquísima; incluso la podrá encontrar en un poema escrito en inglés medio llamado The Owl and the Nightingale, en los escritos del magnífico Chaucer y en los sonetos de Shakespeare. No es una palabra de origen reciente; es más, se podría decir que simplemente el equivalente anglosajón de la palabra española cornudo. Lo que sí ha ocurrido es que se ha acortado en los laberintos interminables del internet y hemos terminado con cuck y, por extensión, cuckservative. Esta última tiene sus orígenes en las comunidades de derecha alternativa (alternative right o alt-right en inglés) para referirse a los politicastros pseudoconservadores (es decir, conservatives) que se adhieren a programas y posiciones muy parecidas e incluso idénticas a las de nuestros queridos progres. Entiendo que tenga objeciones validas para desvincularse y criticar a estos señores, pero no me parece que tratar de asociarlos con la pornografía sea la mejor manera de hacerlo.
No negaré, sin embargo, que estas corrientes tienen algunas confluencias anticristianas y neopaganas; me parece que su pensamiento es algo parecido al del italiano Evola, pero no he compartido ni charlado lo suficiente con estos caballeros como para obtener una explicación concreta de sus intenciones aunque lo encuentro oportuno informarle de la existencia de ciertos de convicciones simplemente nacionalistas y cristianas. Estos, me atrevería yo a decir, formarían la mayor parte de la derecha alternativa si pudiese hacer un «censo» de sus ramas.
Saludos, amigo Kontrapoder.
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