Revista FUERZA NUEVA, nº 528, 19-Feb-1977
Entreguismo
Al escuchar recientemente, el discurso del presidente del Gobierno de S. M. el Rey, camarada Suárez -en el supuesto de que se pueda seguir aplicando este tratamiento entre los que continuamos encuadrados en el Movimiento Nacional, todavía no disuelto oficialmente-, el de los tres “nada”, no puedo por menos echar mi cuarto a espadas -aunque sea con evidente retraso- y exponer mi modesto parecer.
El presidente Suárez, al reconocer que el terrorismo no es solo de aquí ni de ahora, parece como si quisiera consolarse y consolarnos con el mal de muchos y llamarnos tontos. Alude al esfuerzo de todos los Gobiernos para erradicar el terrorismo, que culminó con la Convención Antiterrorista Europea firmada en Estrasburgo hace unos días por los países que integran el Consejo de Europa. Y me pregunto yo: ¿en dicha Convención se ha acordado suavizar las leyes de sus respectivos países para la represión de los secuestros y atentados políticos? Es de suponer que no.
Y siendo así, ¿cómo se explica que el actual Gobierno de S. M., que tenía una Ley Antiterrorista, casi sin estrenar, sin encomendarse a Dios ni al diablo, se permitiera el lujo de derogar parte de ella? ¿Por qué se ha desarticulado la Brigada de Investigación Social y Criminal que tantas pruebas ha dado de su eficacia, persiguiendo, deteniendo y poniendo a disposición judicial a toda clase de terroristas? ¿Y cómo, contando con el Tribunal de Orden Público, que a ninguna persona de orden amedrentaba, se suprime sin más miramientos? ¿Es que en la mal naciente democracia no va a haber delincuentes sociales y agitadores políticos a los que perseguir y castigar? ¿No se van a ver ahora obligados a inventar la pólvora o a descubrir el Mediterráneo para homologarse a la Convención Internacional Antiterrorista?
¿Y qué me dicen de los tres “nada” (del presidente Suárez)?
“De entreguismo a la subversión, nada; y de actitudes tibias, nada”. Pero el Duque de Paracuellos, alias “Carrillo”, se sigue paseando por ahí y vuelve al Ritz de Barcelona alternando con toda la sociedad a la que anteayer llamaba “fascista”. Se dialoga con él, y se permiten manifestaciones de la joven y vieja Guardia Roja, mientras se deniegan o escamotean las que pretenden rendir homenaje y un último adiós a los defensores del orden últimamente asesinados. Si esto no es entreguismo o tibieza, que lo diga la señorita Carmen Díaz de Rivera, sonriendo a don Santiago Carrillo en los premios “Mundo”.
“De despreocuparse ante los grandes temas que puedan rozar la unidad, la independencia o la seguridad de la Patria, nada”. Ahí tienen para muestra la “ikurriña”, tolerada como pendón, después de haber sido empapada en sangre generosa para arriarla, obedeciendo -y esto es lo triste- las mismas órdenes gubernamentales que ahora la vienen a izar; la cooficialidad de idiomas regionales y el acatamiento de los dictados democratizadores de Europa. Nada, casi nada. Todo destruido para retrotraernos al año 1931.
Me parece que, parodiando a Hamlet, algo huele mal en… España.
Manuel BERCEBAL LAFUENTE
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